El presidente de la Generalitat reclama más descentralización del poder institucional
El político valenciano sostiene que tanta concentración en Madrid permite a esa comunidad autónoma hacer "dumping fiscal"
El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha abogado este lunes en Madrid por descentralizar "el poder institucional concentrado en Madrid, también el económico y financiero, que permite que la Comunidad de Madrid pueda hacer "dumping fiscal, generador de asimetrías".
En un desayuno informativo, Puig ha calificado ese "dumping fiscal" de antipatriótico y perjudicial para el resto de las autonomías y ha abogado por la armonización de impuestos de patrimonio y sucesiones entre las autonomías, al igual que se pide la armonización fiscal en Europa.
"La macrocefalia política, económica y financiera de Madrid es ineficiente, injusta e insostenible" para el resto de las comunidades, según el político valenciano, quien ha asegurado que el aumento de los ingresos en Madrid responde más a esta circunstancia que a la bajada de impuestos.
Puig ha comparado España, un país descentralizado, con Alemania, que también lo es y ha recordado que allí las sedes judiciales están en una ciudad, la corte de finanzas, en otra, así como otras instituciones que tampoco están en Berlín y ha sugerido que esa es "una buena orientación para nuestra cohesión.
Puig ha dejado claro que no quiere posicionarse en contra de Madrid, sino a favor de la racionalidad, la cohesión y la armonía en España, ya que una redistribución del poder será buena para los distintos territorios.
Hay que impulsar la cooperación territorial, ha añadido, y potenciar el Senado, la Conferencia de presidentes o las conferencias sectoriales, pues si "compartimos competencias, compartimos responsabilidades".
En su opinión, España es diversa y se deben entender sus distintas "miradas" para lograr una "unión más perfecta" entre los territorios, pueblos y ciudadanos, donde esa diversidad se vea como una riqueza y no como un problema.
El presidente de la Generalitat ha pedido un nuevo pacto que permita cohesionar España y fortalecer su unidad, sin centralismos, ni secesionismos. Y ha considerado que la crisis de Cataluña es un síntoma del agotamiento del modelo territorial y se ha preguntado si hay otro camino que no sea el diálogo dentro de la ley para solucionarlo, pues los "unilateralismos y las judicializaciones" llevan a "un callejón cada vez más intrincado", por lo que hay que dar una oportunidad a la palabra.
Para Puig, no se puede seguir gritando, ni cronificar la crispación en la política y ha considerado urgente un cambio de clima político, dado que los ciudadanos han hablado varias veces en las urnas y han expresado sus preferencias, pues la oposición tiene que ejercer como tal, pero no hablar de golpes de Estado, gobiernos ilegítimos o alianzas con los terroristas.
Ha precisado que en Europa hay extremismos y que el problema es que se contagie por ósmosis, "como le ha ocurrido a la derecha española", por lo que ha invitado a hacer una reflexión.
Durante su conferencia ha apelado a la necesidad de un nuevo sistema de financiación autonómica y ha reiterado que la suya es la peor financiada, como han dictaminado los expertos.
Su situación es "crítica", ha sostenido, y no porque gasten mucho sino porque perciben "muy poco" y los valencianos no quieren privilegios, pero tampoco discriminaciones.
"Nuestra reivindicación no es identitaria", ha agregado, "es una cuestión de justicia, igualdad y respeto", pues la financiación de las autonomías ha de garantizar un Estado del Bienestar potente y viable con el proyecto compartido que es España.
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