El Gobierno se parte en dos por el fichaje de Miguel Ángel Rodríguez como jefe de gabinete de Ayuso
Aguado (Cs) muestra su disconformidad en una comparecencia con la presidenta (PP)
El fichaje de Miguel Ángel Rodríguez como jefe de gabinete de la presidenta de la Comunidad provocó ayer un desencuentro sin precedentes entre los líderes del Ejecutivo de coalición que dirige la región, Isabel Díaz Ayuso (PP) e Ignacio Aguado (Cs). Conocedor de las críticas vertidas contra él y su partido por el excolaborador de José María Aznar, el vicepresidente explicitó su desacuerdo con el nombramiento mientras la presidenta le escuchaba en una comparecencia conjunta. La designación subrayó la división del Gobierno y reflejó que Díaz Ayuso quiere convertir Madrid en el escaparate de la oposición del PP a Pedro Sánchez.
El consejo de gobierno comienza a las 10.00. Díaz Ayuso suelta pronto la bomba: Miguel Ángel Rodríguez será su jefe de gabinete. La mayoría de políticos presentes se quedan boquiabiertos. No es solo que veinte años después vuelva a la Administración uno de los hombres fuertes del Gobierno de José María Aznar, nada más y nada menos que su portavoz y secretario de Estado de Comunicación. Tampoco que su fichaje se interprete inmediatamente como un refuerzo de la línea dura de Díaz Ayuso y de su apuesta por convertir Madrid en el bastión de la oposición del PP al Gobierno que han formado Pedro Sánchez (PSOE) y Pablo Iglesias (Unidas Podemos) en La Moncloa. Lo que impresiona más a los miembros del Ejecutivo es que todos saben que Rodríguez ha atacado en público a Aguado y a su partido (Cs). Y que es imposible que este acepte con una sonrisa su llegada. ["Aguado, el Desleal", y otras perlas de Miguel Ángel Rodríguez en Twitter]
"El consejo ha estado calentito", resume una fuente conocedora de lo ocurrido. "La gente se ha enterado sobre la marcha", añade sobre el nombramiento de Rodríguez, mantenido en secreto hasta el último momento por la presidenta. "En el PP ha causado sorpresa. En Ciudadanos, indignación".
No son palabras elegidas a la ligera. Pese a que luchan por seducir al mismo electorado, el PP y Cs han formado el primer gobierno de coalición de la historia de Madrid gracias al apoyo de Vox. Aunque su relación ha sido tensa desde el primer día, las dos partes han hecho todo lo posible por mantener las formas en público. El jueves, Aguado presentó un desayuno informativo de Díaz Ayuso. "Mi compañera", dijo, describiendo a una mujer "generosa", y que "no se deja avasallar". Un guión lleno de guiños cómplices que saltó ayer por los aires, en privado y en público.
—En un momento en el que no se cuestionan las declaraciones incendiarias de los miembros del Gobierno de España, que yo tenga que casi pedir opinión acerca del nombramiento de un asesor es ilógico, dijo la presidenta.
—Respetamos el nombramiento, pero no lo compartimos, replicó el vicepresidente a su vera, compartiendo la rueda de prensa posterior al consejo de Gobierno, que se retrasó más de media hora sobre el horario previsto.
Hombro con hombro, los dos socios representaron en público el desencuentro que habían tenido antes en privado, durante la reunión del Ejecutivo.
Tras leer cómo en los últimos meses Rodríguez usaba sus redes sociales —borradas en las últimas horas— para apodarle como "El Desleal", o pedír que se investigara un contrato de 2011 de su padre con la Asamblea de Madrid, Aguado protagonizó un inusitado ejercicio de sinceridad ante las cámaras que sirvió para retratar la difícil convivencia de los dos partidos que forman el primer Ejecutivo de coalición de la historia de Madrid.
Antes siquiera de que esa alianza echara a andar, las dos partes ya explicitaron un asunto que les separa claramente: la relación con Vox, un partido de extrema derecha con el que el PP está dispuesto a llegar a acuerdos, y al que Cs intenta obviar.
El siguiente encontronazo tuvo que ver con la comisión de investigación de Avalmadrid, una sociedad semipública que facilita el acceso al crédito a los emprendedores, y que podría incluir el análisis de una operación a favor de una empresa participada por el padre de la presidenta: el PP consideró "una traición" que Cs diera su decisivo apoyo al organismo, y tildó de "desleal" a Aguado.
El último conflicto ha sido el fichaje de Rodríguez, analista perspicaz, agudo asesor, portavoz agresivo, condenado por un delito de injuria grave contra el doctor Montes, y juzgado en 2013 tras causa desperfectos con su coche a otros tres y dar positivo en el control de alcoholemia.
"Necesito pedir perdón a la sociedad por mi mal ejemplo", dijo entonces este periodista, genuino representante del PP más desacomplejado y duro.
Unanimidad rota
"Lo respetamos pero no lo compartimos, así lo hemos manifestado en el consejo de gobierno", resumió sobre el nombramiento una fuente de la confianza de Aguado. "Es la primera vez que se rompe la unanimidad en el consejo de gobierno".
"En los consejos de gobierno no se vota, se delibera", replicó otro interlocutor del Gobierno regional, desacreditando la afirmación de uno de los socios del Ejecutivo. Peor: fuentes gubernamentales recalcaron que Aguado había incumplido con su deber de guardar el secreto de las deliberaciones del consejo al revelar que había expresado su desacuerdo en la reunión del Ejecutivo traicionando, de paso, apuntaron, la promesa con la que había accedido al cargo.
Ese cruce de declaraciones fue otro síntoma de la crisis abierta en el Ejecutivo de coalición.
Díaz Ayuso afrontó el conflicto al ataque. Sin pelos en la lengua. Y sin paños calientes. Apostando fuerte por un asesor que no viene a corregir las múltiples polémicas en las que se ha visto envuelta desde que accedió al cargo. Al contrario, el papel de Rodríguez será potenciar la voz de Díaz Ayuso e intentar que se proyecte como una líder de peso nacional con capacidad para convertir a Madrid en la cabeza de puente de la oposición del PP al Gobierno de España, formado por el PSOE y por Unidas Podemos con el apoyo de PNV, Más País, Compromís, Teruel Existe, Nueva Canarias y BNG, además de las abstenciones de ERC y Bildu.
"Le he nombrado porque para mis mensajes, para mi agenda, para mi trabajo, es el que creo que va a hacer mejor papel en este momento", resumió la presidenta de Madrid sobre Rodríguez.
Esa frase resume lo que busca Díaz Ayuso en Rodríguez: una estrategia comunicativa y política que le permita proyectarse a nivel nacional. El nombramiento, en todo caso, solo hace oficial lo que ya era un hecho.
Rodríguez dirigió la campaña electoral de Díaz Ayuso junto con Alfonso Serrano. Desde entonces, los dos mantuvieron un contacto frecuente, que causó tensiones con el anterior equipo de la presidenta, y que quedó reflejado en gran parte de la estrategia política y comunicativa que lleva protagonizando la líder popular desde que llegó al poder.
Que Díaz Ayuso haya apostado por poner el acento en criticar al Gobierno de España, en viajar a Cataluña, en confrontar con el independentismo, o en declararse defensora de la igualdad y el feminismo con un viaje a Arabia Saudí, tiene su origen principalmente en dos personas: ella misma y Rodríguez.
Esas andanadas no solo buscan construir una política de alcance nacional. También permiten llenar de contenido la legislatura madrileña, en la que todavía no se ha aprobado ninguna ley ni se ha intentado siquiera tramitar unos Presupuestos para 2020 —su aprobación requiere de la unión de PP, Cs y Vox—.
¿Se acostumbrarán Cs y Aguado a convivir con Rodríguez y el PP de Díaz Ayuso?
"Siempre se rema en favor de la unidad y los madrileños que es la máxima prioridad", contestó una fuente de la confianza de Aguado.
"Será como en la película E. T.", respondió, tirando de ironía, un interlocutor de la Real Casa de Correos. "La primera vez que se ven, la niña y el extraterrestre se asustan y cada uno sale corriendo para un lado", recuerda. "Luego, se acostumbran. Y esto es política".
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