Un colegio de monjas compra el inmueble donde está desde hace 40 años un centro laico
Los padres y madres del centro educativo Las Naciones se organizan para buscar una nueva ubicación antes de que termine el curso
“Estamos de funeral”. Así resume Silvia García Esteban, madre de dos niñas de nueve y 13 años, con lágrimas en los ojos, el ambiente del colegio laico de pedagogía alternativa Las Naciones. El pasado sábado, las familias de los 185 alumnos del centro recibieron un correo electrónico de la directora e hija de la fundadora, Lola Tomás Krichevsky: este será su último curso. Los dueños del inmueble, ubicado en el barrio de Hispanoamérica del distrito de Chamartín, lo han vendido a un colegio de monjas, exclusivamente para niñas, que reciben educación en francés.
El hall de la finca que alquila el colegio privado Las Naciones desde hace más de 40 años, en el número 90 de la calle Alfonso XIII presentaba una imagen peculiar ayer a primera hora de la mañana. Decenas de padres y madres compungidas, se daban ánimos y grandes abrazos. Los dueños del inmueble lo acaban de vender a la congregación religiosa Unión Chrétienne de Saint Chaumond.
La orden católica lo ha comprado para trasladar el curso que viene a 300 alumnas de su colegio francés, de monjas y solo femenino ubicado a dos kilómetros de allí, en la calle Rodríguez Marín, el Saint Chaumond, mientras llevan a cabo obras de reconstrucción de uno de sus edificios. “Después a lo mejor lo utilizamos para ampliar, de momento lo que nos urgía era un espacio para ubicar a nuestras alumnas”, explican fuentes de la orden católica.
Recibida la información de la venta, en menos de 48 horas los padres y madres, junto al equipo docente, se han organizado en comisiones —legal, económica, de emplazamiento y de comunicación— bajo un solo paraguas: Salvemos Las Naciones. Tienen un objetivo claro: buscar un nuevo edificio donde continuar con un proyecto educativo de vanguardia en el entorno de Chamartín, Hortaleza, Plaza Castilla, Tetuán o Ciudad Lineal, enclaves compartidos por otros centros con una educación alternativa. “Como solo nos quedan seis meses, lo ideal es que se trate de un antiguo colegio cerrado, o una academia con licencia para actividades educativas”, explica un portavoz de la comisión de emplazamiento.
Las Naciones, con clases para alumnos desde los dos hasta los 12 años, abrió sus puertas en 1974, fundado por una docente de origen ruso que quiso plantear un proyecto educativo laico de vanguardia en aquel momento. Captó la innovación pedagógica de las corrientes de aprendizaje de la Educación Activa, el método Montessori o la pedagogía Waldorf.
Las clases de Las Naciones se centran en el aprendizaje por descubrimiento, con actividades prácticas y juegos creativos, enfocadas en el potencial de cada alumno. “Un método de enseñanza que trasciende más allá del centro, una manera de crear buenos ciudadanos”, así lo explica Carmen Pérez, una de las madres que ayer se acercaba por la mañana a dejar a su hija. En este colegio, los alumnos son el protagonista, marcan el ritmo del aprendizaje y nunca han tenido libros de texto. Un modelo considerado tan especial por los padres que muchos alumnos actuales son los hijos de los que ya pasaron por sus clases.
Fuentes de la congregación religiosa, la nueva propietaria del inmueble desde diciembre, afirman que los dueños querían venderlo desde hacía cinco años. Incluso colocaron un anuncio en el portal inmobiliario Idealista: pedían por la finca de 1.019 metros cuadrados de Las Naciones 4,3 millones de euros. Una cifra que, según los padres y madres de los alumnos del centro, es la cantidad aproximada que ha pagado la orden católica. “Antes de comprarlo nosotras, se lo ofrecieron a la directora y lo rechazó, los propietarios estaban muy interesados en vender, no querían prorrogar los contratos de alquiler por más tiempo”, explican desde la congregación. Kriechevsky, la directora del centro recuerda que las monjas, cuando llegaron para tomar las medidas, anunciaron: “Solo puede haber un obstáculo: que el Papa no nos dé el permiso”. Se lo dio.
“Creemos que hay posibilidades reales para continuar con este proyecto tan único”, explica Beatriz Lucas, una de las madres de dos alumnos y periodista especializada en educación. “Este cole hacía coeducación cuando nadie lo hacía, enseña educación sexual desde hace más de 30 años, mis hijos de ocho y tres años hablan con lenguaje inclusivo sin que yo se lo haya enseñado”, añade. Para la mayoría de padres y madres, el proyecto del centro es “demasiado valioso para que desaparezca”. Por ese motivo, hasta que termine el curso, trabajarán para buscar un nuevo emplazamiento donde continuar.
Este lunes por la tarde, unos 200 padres y madres tuvieron una primera reunión con la dirección y el cuerpo de profesores para barajar diferentes opciones y salvar su proyecto educativo. La mejor de ellas es constituirse como asociación sin ánimo de lucro, o como cooperativa, para buscar una nueva ubicación: un colegio abandonado o a la venta.
“No podemos renunciar a este proyecto porque unas monjas quieran este espacio. El colegio sois el equipo y necesitamos que nos digáis si queréis que peleemos por ello. Esto es mucho más grande que Alfonso XIII 90”, se ha escuchado de algunos de los padres más decididos durante el encuentro. La dirección y los profesores han terminado la reunión en manos de todas las familias que, por ahora, parecen dispuestas a luchar por la educación alternativa de sus hijos.
La Consejería de Educación se mantiene al margen
La Consejería de Educación, por su parte, se mantiene al margen de la decisión de la compra-venta al tratarse de una transacción entre privados. “El nuevo propietario tendrá que comunicarlo para que autoricemos las enseñanzas que vayan a impartir”, dicen. Esa será su única implicación ya que un proyecto educativo privado no es competencia del Área. Según explican las fuentes de la Consejería que lidera Enrique Ossorio, del PP: “Los padres sabían cuando escolarizaron a sus hijos donde les llevaban y seguro que entienden que no pueden reclamar a la Administración que les ayude a buscar un nuevo centro”, señalan.
El proyecto pedagógico alternativo de Las Naciones es similar al recientemente desaparecido colegio Estilo (fundado por Josefina Aldecoa), al colegio Estudio que continua la filosofía de la Institución Libre de Enseñanza (en Aravaca), al Reggio, al colegio Ingenio fundado por profesores del Estilo (en Aravaca) o al colegio Madrid (en el centro), todos ellos privados.
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