A la esencia por la resistencia y la expansión

Contra todo pronóstico, el Festival Internacional de Música “Pórtico do Paraíso” celebrará su 13º edición. La supresión del apoyo del Concello de Ourense a los ciclos culturales más consolidados de la ciudad no ha logrado su desaparición. A partir de aquel punto de inflexión, la dirección del festival tuvo que buscar nuevos apoyos económicos para sacar adelante esta edición y hacerlo con la calidad acostumbrada.

El festival ha tenido que disminuir el número de sus conciertos, pasando de 7 a 5, y renunciar a los formatos habituales disminuyendo el número de conjuntos pequeños o medianos e incrementando el número de solistas, que asciende este año a tres. Juan Antonio Miguéns, director artístico del festival, destaca el apoyo de los artistas que actuaron en anteriores ediciones y cómo han rebajado sus cachés en solidaridad con Pórtico do Paraíso, apostando por su continuidad.

Miguéns califica esta edición de “festival milagro, por poder presentar una edición tan digna” pese al recorte del 87% del presupuesto a finales de agosto “por la retirada del proyecto del Concello y la Diputación Provincial”. En este sentido, salta la sorpresa: el primer patrocinador de este XXI Festival Internacional de Música es la Diputación Provincial de Lugo, presidida por el socialista José Tomé Roca, alcalde de Monforte de Lemos.

De esta forma, la retirada de los 45.000 euros que aportaba el Concello y los 10.000 de la Diputación ha sido paliada en parte por tres instituciones: el Concello de Carballiño pone 5.000; otros 5.000 aporta Xunta de Galicia a través de la Agadic y finalmente la Diputación de Lugo 12.000. De esta forma, el organismo provincial ha logrado llevar a la Ribeira Sacra lucense tres de los conciertos programados para este año, lo que no deja de ser un refuerzo a las posibilidades de que la Ribeira Sacra sea declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad.

A estas aportaciones de las instituciones se ha de sumar los fondos aportados por la asociación Pórtico Musical, que ha elevado sus cuotas sociales a este fin, y los de los patrocinadores privados que nunca le fallaron al festival. Tras la presentación de este jueves en Ourense –el miércoles se hizo una previa en Monforte de Lemos- y ante la pregunta de por qué no emigra el festival, su coordinadora, Conchi da Silva, afirmó que “ahora más que nunca debemos mantenernos en la ciudad”. Da Silva estima que la permanencia en Ourense es “un acto de resistencia” y que “en los momentos malos es cuando no se debe abandonar”.

EL festival se abrirá el viernes 6 de marzo a las 20.30 horas en el Templo da Vera Cruz de Carballiño con un concierto coral. Este estará a cargo de un coro de voces blancas, la Escolanía de Segovia, que interpretará un programa de música sacra internacional. El sábado 7 a las 19.00 horas, el arpista Andrew Lawrence-King, que ya actuó exitosamente en 2013, actuará en la iglesia de Santo Estevo de Rivas de Miño (O Saviñao, Lugo).

El domingo 8 el festival regresa a su cuna, con un concierto del violinista José Manuel Álvarez, quien interpretará un programa dedicado a J.S. Bach y los grandes virtuosos del violín. El concierto se desarrollará en la capilla del Colexio do Santo Anxo, que se abrió al público por primera vez en años en la 7ª edición del festival.

El siguiente fin de semana Pórtico do Paraíso vuelve a la provincia de Lugo. El Kosmos Ensemble (violín, viola y acordeón) actuará el viernes 13 a las 20.30 en la iglesia de Santa María da Régoa. Como en ellos es costumbre, ofrecerán un concierto atractivo por lo rompedor del programa y por el rigor de sus interpretaciones.

Los conciertos finalizarán con la actuación del guitarrista Víctor Villadangos en el Liceo de Ourense, dedicada a la música argentina para guitarra, con obras de Máximo Pujol, Carlos Gardel, Lito Vitale y Astor Piazzolla entre otros. El guitarrista porteño impartirá un curso en el Conservatorio Profesional de Música de la ciudad. Se mantiene así una de las actividades paralelas más características de Pórtico do Paraíso, cuyos responsables luchan por conservar la esencia del festival pese a todas las dificultades y zancadillas sobrevenidas.