Punto de partida
Fontserè, Ainhoa GoGreen y Lita Guijarro dan a conocer sus proyectos artísticos en mercadillos, festivales y ferias de autoedición
Comienzan el año dispuestos a seguir haciendo camisetas, fanzines y lo que se les ocurra. Comparten el mismo entusiasmo por desarrollar sus proyectos artísticos. Como tantos otros que inician sus carreras, los diseñadores Fontserè y las ilustradoras Ainhoa GoGreen y Lita Guijarro coinciden en mercadillos, festivales y ferias de autoedición. Son lugares perfectos para darse a conocer, en los que encontrar refrendo a su trabajo. Aún están en el punto de partida, pero no les falta impulso para alcanzar sus metas.
Bien avenidos. Carla y Jordi son hermanos, estudiaron diseño y están detrás de Fontserè. “Hacemos prendas que nos apetecería tener en nuestro armario”, explican. Cuando las acaban, son los primeros en lucirlas. El nombre de la marca se debe a su apellido. “La verdad es que suena demasiado bien. Tenemos una familia llena de artistas y creativos, que en gran parte nos ha llevado a ser quienes somos ahora”. Calaveras, fantasmas y elementos esotéricos predominan en sus prendas, de series muy limitadas. Venden camisetas a 25 euros. “Hasta ahora hemos experimentado con diferentes técnicas de estampación, pero el próximo paso que queremos dar es crear prendas más complejas y abarcar otros ámbitos del diseño”. Son de Aranjuez, pero hacen su vida en Madrid. “Nuestras creaciones están inspiradas fundamentalmente en la calle y en la música. Hacemos merchandising de nuestro entorno”.
En expansión. Los Fontserè de vez en cuando hacen alguna acción callejera, como poner carteles a modo de anzuelo para descubrir su marca, pero fundamentalmente publicitan lo que hacen a través de Instagram. Venden online y han participado en Otro Puto Mercadillo y en el festival Saint John. “Este 2020 esperamos estar en todos los mercadillos posibles”. Jordi también experimenta en su propio estudio de diseño gráfico, La Mort Studio, mientras que Carla está trabajando en una agencia. Su proyecto conjunto no ha hecho más que comenzar. “Desde siempre hemos querido ser una marca que no hace solo ropa. Intentamos ir más allá de las prendas, estamos creando un universo muy personal”. Tienen a la vista nuevos lanzamientos. “Siempre estamos creando cosas nuevas, aunque a veces no salen a la luz”. ¿A quiénes les gustaría ver con sus prendas? “Nos encantaría vestir a Sita Abellán y a Rappel”.
Intimidad compartida. Ainhoa GoGreen hace fanzines, pegatinas y bolsas de tela serigrafiadas con sus ilustraciones. “Me gustas tanto que por ti recojo la ropa de la silla cuando vienes de visita”, se lee en una. “Desde que te conozco no me gusta ninguno de Tinder”, se lee en otra. Dibuja sobre el amor en tiempos de redes de ligoteo. “Nos relacionamos con miedo a estar perdiéndonos algo mejor. Nos cuesta muchísimo comprometernos, las relaciones sin compromiso están a la orden del día, pero creo que aunque no exista un compromiso de relación tradicional debe haber un compromiso de cuidados y respeto, igual que lo hacemos con amigos y familia”, reflexiona. Al verse en sus dibujos, ¿qué dicen sus parejas, amantes y ex parejas? “Algunos han tenido miedo de salir, pero por lo general les gusta salir, incluso diría que se sienten orgullosos”.
Segunda adolescencia. En su fanzine Imbéciles no quedan muy bien parados algunos chicos. “Lo hice un poco desde el odio, dedicado a esos chicos que se vuelven fríos y no son sinceros. Fue una época en la que estaba aprendiendo a vivir con las frustraciones y ansiedad que te pueden generar las maneras de relacionarse hoy en día. Como no tenía psicólogo, plasmarlo en papel me ayudó mucho con la rabia que tenía dentro”. Otro fanzine de Ainhoa es Me he bajado Tinder. “Son conversaciones que tengo con una amiga sobre historias que me han pasado con chicos que he conocido en Tinder mayoritariamente. A mis 31 años, estoy viviendo mi segunda adolescencia”. Se venden, a 4 euros, en sitios como Molar y Otro Puto Mercadillo. Habitual de ferias de autoedición, su estilo naif conecta con sus referentes. “Una de las cosas que me ayudó a dibujar y creer en mi trabajo fue empezar a leer cómics y descubrir artistas con un estilo alejado de lo académico, como Aude Picault”.
Alternancia continua. Lita Guijarro también hace fanzines, entre otras muchas cosas. Es de Ibiza y llegó a Madrid hace seis años para hacer un máster de fotografía documental tras haber acabado Bellas Artes en la Universidad de Barcelona. “Considero que mi trabajo es directo, siempre hablando del empoderamiento de la mujer”, dice. Trabaja en blanco negro, tanto en dibujo como en fotografía. “Simplemente es porque creo que es mucho más potente, el mensaje que quiero mandar llega de forma más clara y funciona mucho mejor”. Se pasa el día dibujando. “Hay veces que me olvido de comer si estoy muy centrada en algo. Realmente podría estar dibujando las 24 horas”. Como curiosidad, nunca trabaja en un solo dibujo. “Al menos debo estar trabajando en cinco dibujos distintos a la vez. Voy alternando, más o menos cada media hora, pero si no no soy capaz de avanzar”.
Tarot y brujas. Nacida en 1991, Lita participó en la última edición de Pichi Fest, festival de fanzines feminista y autogestionado que se celebró hace unas semanas en Carabanchel. Entre los fanzines que llevó, que también presentó en Otro Puto Mercadillo, se encuentran Tarot, su particular interpretación de la baraja, y Víboras, “un cómic en el que comparto cómo muchas veces somos nuestros propios enemigos, pero no tiene nada de libro de autoayuda”. Está preparando un fanzine alrededor de La casa de los mil cadáveres, la película de Rob Zombie. También está ultimando otro sobre brujas. Entre sus referentes, a cuyo trabajo vuelve una y otra vez, El Bosco. De vez en cuando se va a El Prado a revisar sus obras.
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