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Mantas, guantes y termómetros a 12° en clase: así se congelan los estudiantes de un instituto de Madrid

Tres años después de que se rompiera una de las calderas del centro, que escolariza a 800 alumnos y está en Entrevías (Puente de Vallecas), la avería sigue sin arreglarse

Fotos de los alumnos del IES Arcipreste de Hita en Entrevías (Madrid), donde sufren falta de calefacción desde 2022
Fotos de los alumnos del IES Arcipreste de Hita en Entrevías (Madrid), donde sufren falta de calefacción desde 2022

Mantener el interés del alumnado los días previos a las Navidades es una de las tareas más difíciles para los profesores. Pero lo es aún más si el centro en el que imparten sus clases se ha convertido en un lugar de sufrimiento para los adolescentes debido a sus malas condiciones. Esa es la realidad para los estudiantes del Instituto de Educación Secundaria (IES) Arcipreste de Hita, en Entrevías (Puente de Vallecas, Madrid): no se pueden quitar el abrigo cuando llegan al centro, todo lo contrario, deben ponerse más capas de ropa, gorro, bufandas, guantes, y hasta mantas para sobrevivir a la jornada, según relata una estudiante. Según denuncian CC OO y los propios alumnos, en 2022 se averió una de las calderas del centro, que escolariza a casi 800 estudiantes, lo que provocó que la calefacción no funcionara durante ese invierno, ni durante el de 2023, ni tampoco ahora. A pocos días del inicio de los meses más fríos, las temperaturas dentro de los tres edificios marcan 12°. No es el único caso: el sindicato recoge situaciones similares en al menos dos centros más.

Escribir con guantes no es fácil, pero se han tenido que acostumbrar. “Pasamos mucho frío en clase, y en cualquier sala, en la biblioteca, en los pasillos. Los profesores y el personal también. Traemos mantas porque la temperatura es insostenible”, relata Sara Daiboun, estudiante de 4º de la ESO. Así lo muestran también unas fotografías compartidas por los estudiantes, en las que se les ve sentados en sus escritorios totalmente cubiertos de ropa. Concentrarse es más difícil que nunca.

Los estudiantes, padres, madres y hasta profesores llevan tres años presentando quejas y peticiones a la dirección del instituto y a la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid para intentar solucionar el problema, pero no han tenido éxito. Incluso entre los mismos menores organizaron una recogida de 500 firmas que terminó en nada. “Al ser un instituto de un barrio obrero se nos deja de lado. Nos deja claro que, si esto pasase en un instituto de un barrio con mucha riqueza, sería un problema que se solucionaría rápidamente”, critica la joven, de 15 años.

Para las familias, también es un martirio que sus hijos pasen tantas horas bajo esas condiciones. Gemma Castro, madre de uno de los alumnos del centro, ha dicho que la inacción de la Consejería de Educación ha sido “sangrante”. “Se alega la falta de presupuesto y se va alargando y dejando pasar el tema. ¿Que seamos de uno de los barrios con mayor índice de vulnerabilidad y fracaso escolar tiene que ver? No tengo pruebas, pero tampoco ninguna duda”, comenta por teléfono. Su preocupación la ha llevado a remitir una carta a la Dirección de Área Territorial, pero solamente fue remitida a la directora del centro, que lleva en el cargo desde septiembre. “Yo no me voy a callar, están saltándose todas las leyes”, sostiene.

La Federación de Enseñanza de CC OO de Madrid ha confirmado que la situación compromete el trabajo de los docentes y el aprendizaje de los estudiantes. “Con la llegada del frío, se están tomando temperaturas que oscilan entre los 12° y los 17° en diferentes espacios del centro. En la sala de profesores, la temperatura a las ocho de la mañana, cuando empieza la jornada escolar, es de 15°”, afirma Isabel Galvín, responsable de Educación del sindicato. El instituto escolariza a casi 800 menores de edad y tiene una plantilla de unos 85 docentes. Todos sufren por igual. “Es una zona muy perjudicada también por la escasez de recursos de las familias y la pobreza energética”, dice Galvín, para denunciar que “ya no es un espacio seguro y confortable para su alumnado, que tiene que pasar el día con los abrigos y mantas en las aulas”.

Fotografía de los termómetros dentro del IES Arcipreste de Hita en Entrevías (Madrid) durante la semana del 9 de diciembre. Cedida por CC OO.
Fotografía de los termómetros dentro del IES Arcipreste de Hita en Entrevías (Madrid) durante la semana del 9 de diciembre. Cedida por CC OO.

El sindicato asegura que caldera del centro tiene más de 40 años y que nunca se ha cambiado. “Varios informes realizados a principios de ese año, tanto de los bomberos, como la Auditoría Energética y Medioambiental y el informe de la empresa de mantenimiento, constatan que es antigua y no está en condiciones de seguir funcionando”, comenta Galvín. Según han podido confirmar, los expertos han recomendado sustituir la caldera actual por otra de “alta eficiencia y condensación de gas por seguridad”. Estos informes llevaron a la comunidad educativa a volver a solicitar el cambio en la Dirección General de Infraestructuras y Servicios de la consejería, pero, según indican, la licitación de la obra todavía se encuentra en proceso.

CC OO también ha confirmado otros dos casos en los que se vive una situación similar: el IES Ángel Corella, en Colmenar Viejo, y el IES Menéndez Pelayo, en Getafe. En este último, la Consejería de Educación no ha dado de alta la compañía del gas.

El problema del Arcipreste de Hita de Entrevías estuvo cerca de solucionarse esta semana, pero finalmente no ha sido así. Uno de los trabajadores del centro cuenta que el lunes acudió un técnico de la empresa de mantenimiento para encender la calefacción, pero apenas funcionó unos minutos. “Ha venido el técnico para ponerla en marcha, estábamos tan contentos porque la ha dejado puesta, pero a los radiadores de la segunda planta les ha empezado a salir agua y tuvimos que volver a apagarla. El centro ya tiene muchos años”, comenta.

Tras una consulta de EL PAÍS, la Consejería de Educación señala que ya desde el lunes avisaron para que la empresa encargada acudiera al centro a encender la caldera de manera manual y añaden que el único informe de los bomberos se produjo en 2022 y que se refería a una acumulación de hollín que se resolvió de inmediato. Mientras tanto, las temperaturas seguirán bajando y los estudiantes esperan no tener que terminar otro invierno helados de frío.

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