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Una multinacional alemana atenaza al municipio catalán más industrial

Continental ha iniciado un análisis para decidir el futuro de su fábrica en Rubí, con 760 empleados

La sede de la multinacional alemana Continental en Rubí.
La sede de la multinacional alemana Continental en Rubí.Cristóbal Castro

Con el permiso de Barcelona y Tarragona, Rubí es desde hace años el municipio que concentra mayor actividad industrial de Cataluña, cifrada en 2016 en 904 millones de euros, según los últimos datos del Idescat. Pero el anuncio de la multinacional alemana Continental, la segunda mayor empresa de la ciudad con 760 empleados y que ha iniciado un análisis para decidir el futuro de su fábrica del Vallès Occidental, ha dejado tocada a una ciudad en la que el 40% de su población vive de la actividad industrial y que perdió 472 empresas en plena crisis, en el periodo entre 2008 y 2013.

Continental ha afirmado que está buscando soluciones de futuro para la fábrica, pero la “reindustrialización” de la que ha hablado ha sido entendida por los sindicatos como una posible venta. El impacto de un posible cierre es imprevisible, por el efecto mancha de aceite que tendría sobre los proveedores presentes en Rubí y el resto de municipios a su alrededor. “Pero es un escenario que no contemplamos”, asegura la alcaldesa, Ana Maria Martínez (PSC), quien admite que el Ayuntamiento “poco puede hacer”, aparte de aprobar una declaración de apoyo a la plantilla o exigir a la Generalitat que interceda. Unas 500 familias del municipio dependen en mayor o menor medida de los salarios que salen de la planta.

Las alarmas saltaron hace dos semanas cuando Continental, con sede en Alemania, aseguró que abría un periodo de seis meses de negociación con los sindicatos para decidir cómo afrontan el futuro de las instalaciones de Rubí. La compañía se encuentra inmersa en un gigante plan de reestructuración para adaptarse al futuro del coche eléctrico y ya anunció el recorte de diferentes fábricas repartidas por todo el mundo. En la de Rubí montan el tablero delantero de vehículos, una de las partes que se verá más afectadas por la electrificación del parque de vehículos, pero de momento Continental no se ha pronunciado abiertamente sobre su futuro.

“Ahora tienen un producto analógico y falta inversión para hacer un cambio de negocio. Pero la empresa no está interesada en hacer esa inversión, así que en esos seis meses buscará un comprador para la fábrica”, apunta Josep Rueda, secretario general de Industria de CC OO en el Vallès Occidental. Las patronales quitan hierro al anuncio y lo ven como una estrategia. “Nos ha sorprendido porque Continental ha invertido mucho en Rubí. A veces estos anuncios son globos sonda porque hay una negociación en curso sobre algún aspecto”, apunta Manuel Jiménez, presidente de Cecot-Rubí.

A sus 52 años, Emilia lleva literalmente media vida trabajando para el grupo germano, dedicado a la fabricación de componentes de automoción, y de su sueldo depende toda la familia (su marido está en paro y su hijo, en la universidad). “Como yo hay muchas más”, comenta en referencia a las trabajadoras de la fábrica que la compañía tiene en Rubí. Emilia ve con preocupación la intención de Continental de replantearse el futuro de la planta. Muchas de ellas acumulan muchos años allí. “Hay parejas que se han conocido en la fábrica o varios miembros de una misma familia trabajando allí. Es que Continental es una multinacional, pero también una gran familia”, sentencia Emilia.

La presencia fabril de la multinacional alemana del sector de la automoción es muy importante en una ciudad de 74.000 habitantes con un tejido formado por unas 3.000 empresas, la mayoría de pequeño y mediano tamaño, de sectores tan variados como el farmacéutico, el químico, el metal y el motor. Del total, unas 1.400 se distribuyen en una red de 11 polígonos que se asientan a su alrededor. Como buena ciudad vallesana, el pasado industrial de Rubí pasó por el textil, pero su ubicación era ideal para convertirse en un polo atractivo para las empresas. “La clave está en el tamaño del municipio, con suelo industrial disponible, y sus buenas comunicaciones, situada al pie de la autopista AP-7”, resume Ramon Talamàs, presidente de la Cámara de Comercio de Terrassa.

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Crisis económica

El municipio vallesano sufrió considerablemente con la crisis, cuando la actividad económica tocó fondo. La tasa de paro se disparó desde el 8,8% en 2007 a un máximo del 23% registrado en 2012; actualmente ronda el 12%, según datos del pasado mes de septiembre y el último informe del Idescat situaba la renta por habitante en el municipio ligeramente por encima del 90% de la media de Cataluña.

“Rubí ha sufrido más crisis de las que la gente recuerda. Es una ciudad industrial y estamos en un momento de cambio", apunta Glòria Piera, que regenta una farmacia cercana a Continental. Justo antes de la crisis, Rubí ya sufrió dos cierres sonados de empresas, como Durex (se marchó en 2007 dejando 230 personas en la calle) y, un año antes, Alcoa (casi un centenar). Pero la posibilidad de que Continental renuncie a su presencia en Rubí se convertiría en el peor hito de la industria en el municipio.

Empresas de catéteres, perfumes y ‘peta zetas’

Rubí cuenta con casi 3.000 empresas pero pocas son de gran tamaño, ya que su tejido industrial se basa en pymes. Entre las principales firmas del municipio destacan B Braun (fabricante de productos y elementos para el sector sanitario), DSV (dedicada al transporte y la logística), PPG Ibérica (pintura para vehículos), Dermofarm (farmacéutica), Top Cable (cables eléctricos) o Eurofragance (cosmética). Pero también hay empresas mucho más pequeñas, pero emblemáticas como Jovi (fabricante de la conocida plastilina) y Zeta Espacial (creadores de los Peta Zetas).

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