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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

PSPV-PSOE: Ejercicios espirituales

Mantener la cohesión del Gobierno valenciano, conseguir una mejora de nuestra financiación, y contarnos qué quieren él y su partido que sea la Comunidad Valenciana, son los elementos que fraguarán o dinamitarán el liderazgo de Ximo Puig

Amparo Tórtola
El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, durante una votación en las Cortes Valencianas.
El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, durante una votación en las Cortes Valencianas. EFE/Kai Försterling

Un puñado de cargos públicos y orgánicos del PSPV-PSOE -unos 150 apuntan las crónicas- han pasado día y medio reunidos en un hotel de l’Alfàs del Pi, municipio alicantino que presenta una singularidad llamativa: según el Instituto Nacional de Estadística (INE), más de la mitad de sus 20.000 habitantes son de nacionalidad extranjera. El personal foráneo acude a esta apacible villa porque sus responsables políticos y cívicos han sido capaces de acuñar para ella la marca como “destino saludable y sostenible”. Ahora que tanto se habla de la España despoblada, ejemplos como este deberían ser una inspiración. Ahí lo dejo.

Mejorar la coordinación entre la organización y los cargos públicos que la representan en las instituciones era el objetivo de esta especie de seminario socialista, resumido con irónico gracejo por algunos de los asistentes como: “Nos vamos de ejercicios espirituales”.

La semana pasada la CDU -partido democristiano alemán- celebró su congreso anual en Leipzig. El líder del sector crítico, Friedrich Merz, enfrentado a Annegret Kiamp-Karenbauer (AKK) -sucesora de Angela Merkel al frente de la CDU- se expresó en los siguientes términos: “Los socialdemócratas son desleales estructuralmente; nosotros, no. Nosotros somos leales”. Fue su manera de reconocer que no estaba en condiciones de disputarle el liderazgo a AKK. La susodicha, previamente, había lanzado un órdago ante los mil delegados presentes: “Si creéis que este no es el camino correcto, entonces hablemos con franqueza. Entonces, terminemos hoy. Aquí, ahora y hoy”. Sin matices, sin escaramuzas, sin juegos de palabras, AKK reclamó al plenario la misma sinceridad para saber si la consideraban, o no, la candidata apropiada para competir por la Cancillería alemana tras la renuncia de Merkel a volver a presentarse. Harta AKK, suponemos, del ambiente conspirativo en su contra.

El debate sobre los liderazgos y las candidaturas nunca cesa en los partidos políticos; a lo sumo se suaviza cuando el poder es alcanzado, pero nunca se detiene del todo. En el reparto de ese poder siempre hay agraviados o críticos con la forma en que se está gestionando el triunfo.

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Oficialmente, en el seminario de l’Alfàs del Pi no se ha abordado el debate sobre la continuidad o no de Ximo Puig como secretario general del PSPV-PSOE y candidato a la presidencia de la Generalitat en las siguientes elecciones autonómicas. Y, sin embargo, no se habla de otra cosa cuando más de tres socialistas valencianos coinciden en una esquina. La conspiración figura en su ADN.

Tiempo queda por delante, en teoría, para despejar la incógnita. En circunstancias normales, el PSPV-PSOE debería celebrar su XIV Congreso en 2021. Como la normalidad se esfumó hace mucho tiempo, en ámbitos socialistas se da como seguro un adelanto de las citas congresuales. El calendario empezaría con la convocatoria de un Congreso federal antes del próximo verano -cierre de filas en torno a Pedro Sánchez como líder socialista y presidente del Gobierno-,y a continuación, en cascada, los Congresos de las organizaciones territoriales. De cumplirse estas previsiones, los plazos se acortarían.

¿Aspira Ximo Puig a revalidar su liderazgo y a repetir como candidato a la presidencia de la Generalitat? En 2017, ante el plenario del XIII Congreso del PSPV-PSOE, dio a entender que era la última vez que optaba a la secretaría general del partido. Sus colaboradores más cercanos restan importancia a aquel momento -maldita hemeroteca- y tratan de mantener viva la llama de su liderazgo, mientras barajan opciones para reforzarlo, incluida ¡la marcha a Madrid de Puig para situarse al frente de un Ministerio!

No estaría mal que desde la periferia valenciana mandásemos ministros a la Villa y Corte, para variar; sin embargo, ese encaje ministerial se nos antoja harto imposible dada la desconfianza de Sánchez hacia el barón valenciano, fraguada con ahínco a base de desencuentros y desconfianzas mutuas. Donde sí se observan mayores posibilidades de proyección política y mediática de la figura de Puig es en su participación para hallar una salida al conflicto catalán; tendrá que decidir si acepta o no las peticiones que le están llegando en ese sentido y calibrar muy bien el desgaste político que su relevancia en la materia podría acarrearle en el ecosistema valenciano.

Decida lo que decida Ximo Puig sobre su continuidad, sabe que el valenciano José Luis Ábalos, con mando en plaza en Madrid como secretario de organización del PSOE y ministro en funciones, representa un contrapoder dispuesto a mover sus hilos y, de camino, su silla.

Mantener la cohesión del Gobierno valenciano para evitar su fractura, conseguir por la vía de los hechos y no de las promesas una mejora sintomática de nuestra financiación, y contarnos qué quieren él y su partido que sea la Comunidad Valenciana dentro de una década, son los tres elementos que fraguarán o dinamitarán el liderazgo de Ximo Puig. Van a hacer falta más seminarios.

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