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De nuevo una familia con niños es rescatada del frío en Madrid por voluntarios ante el colapso de los albergues

Vecinos de la capital dieron techo a dos adultos y cuatro niños que esperaban ayuda con temperaturas muy bajas en la sede del órgano que gestiona los refugios municipales

Los solicitantes de asilo a las puertas de la sede del Samur Social, que gestiona los albergues municipales.
Los solicitantes de asilo a las puertas de la sede del Samur Social, que gestiona los albergues municipales.JULIA F. CADENAS

Dos adultos y cuatro niños, demandantes de asilo, han quedado expuestos a la fría noche de Madrid al no encontrar este viernes plaza en los albergues municipales. Una vez más voluntarios intervinieron de emergencia para darles acogida en una iglesia de Vallecas que se ha convertido en colchón de ayuda para suplir el colapso de los refugios oficiales en la ciudad. Hace solo dos semanas el Ayuntamiento y la Administración central habían ampliado las plazas para proteger a familias que llevaban días en la calle. Es una expansión que parece ahora insuficiente.

Con el termómetro marcando siete grados, Antonia Echevarría, la madre de El Salvador, con cuatro niños de 8, 12, 14 y 16 años, y el hermano de ésta, habían quedado en la calle con maletas y mochilas a las puertas de la sede del Samur Social en la calle de San Francisco, 10. Vecinos de la Red Solidaria de Acogida y de la Red Solidaridad Popular acudieron a su auxilio. Se prevé que en la madrugada del sábado el termómetro baje en la capital de España hasta los tres grados.

"Nunca antes habíamos sentido tanto frío, no venimos preparados" decía Echevarría, la madre de 35 años. Llegó a Madrid este martes con sus hijos y su hermano de 29 años procedentes del país caribeño. Desde entonces, cada día han ido a la sede del Samur Social para pedir alojamiento.

"Y cada día nos dicen que vengamos la día siguiente", comenta Adrián, el hermano de Echevarría. Afirman que este viernes no les echaron, les dijeron que volvieran a las 5, y las 10 de la noche aún continuaban esperando. Si no duermen aquí lo harán en la parroquia San Carlos Borromeo, que lleva meses alojando a estas familias demandantes de asilo.

El invierno pasado también se produjo un colapso de la red de acogida del Ayuntamiento que no ha podido dar respuesta a la llegada de familias que huyen de los conflictos de Latinoamérica.

Este viernes a las 5 de la tarde había ocho familias con, por lo menos 10 niños haciendo cola en la sede municipal en pleno barrio madrileño de Latina. Los servicios sociales de emergencia del Ayuntamiento de Madrid dieron solución a tres. Otros se marcharon sin ayuda.

La familia Echevarría se marchó de El Salvador por la violencia de las bandas armadas. "Ya no se podía vivir allí". La madre limpiaba casas y su hermano conducía Uber. Su marido sigue en San Salvador, "y como le contemos lo que estamos pasando, no va a venir", bromea Lourdes, la hija pequeña.

Esta noche les había acompañado otra familia compatriota, con su hijo de 14 años. Ellos están más tranquilos, ya tienen sitio donde pasar esta noche y la del sábado. "Dormimos en un hotel aquí cerca y mañana iremos a la Borromeo" , explica Flor, la matriarca de la familia. La violencia les sacó a balazos de su país esta semana y ahora han pedido asilo en España. "A mi me mataron dos hermanos", dice Flor. Y no dice más, se echa a llorar y da la espalda.

Estas dos familias salvadoreñas tienen cita el 21 y el 22 de noviembre respectivamente en la comisaría para pedir protección internacional. Una vez hecha la solicitud, podrían ocupar una de las 120 plazas que la.Cruz Roja acaba de abrir en Cercedilla.

El colapso de la red de acogida afecta a los refugios del Ayuntamiento y al Gobierno central, responsable de atender a las personas solicitantes de asilo. El mes pasado, el Ayuntamiento de José Luis Martínez-Almeida, ofreció varios espacios municipales al Ministerio de Migraciones para acoger a las familias demandantes de asilo.

El centro de vacaciones residencia Nuestra Señora de la Paloma en Cercedilla (Madrid) recibió este viernes a los primeros 30 refugiados.

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