La Colometa visita la plaza del Diamant

Vuelve La plaça del Diamant de Mercè Rodoreda en la versión teatral de Paco Mir que tan bien funcionó la temporada pasada en el Teatre Victòria pese a ofrecerse en un horario restringido, solo los martes. Ahora se verá a partir del 2 de octubre y hasta el 3 de noviembre en el Teatre Poliorama y con todos los honores (y responsabilidades): funciones de jueves a domingo y dos los sábados.Los siete actores que interpertan la obra presentaron ayer el espectáculo in situ, en la zona cero de la novela, la propia plaza del Diamant de Gràcia, posaron con el vestuario de la función junto a la escultura de la Colometa de Xavier Medina Campeny y visitaron el refugio de la Guerra Civil que se encuentra bajo el lugar.

Meterse allí con los actores ataviados como si estuvieran en plena época de los bombardeos resultó bastante impresionante, explicó luego Mir. “Ha sido fuerte, había estado en otro, refugio de la guerra el de Montjuïc, durante el rodaje de Lo peor que le puede pasar a un cruasán, pero fue muy diferente. En este te pones en situación y te coge mal rollo enseguida”. Mir estaría turbado, pero también muy satisfecho por el regreso del montaje a causa del éxito. El espectáculo empezó como una aventura con la Companya Eòlia, formada por ex alumnos de la escuela Eòlia —eso sí, con el apoyo de la estructura de Tricicle—.

Paco Mir se tiró a la piscina de La plaça del Diamant con la ventaja (la inconsciencia pensarán algunos) de no haber visto ninguna de las versiones que se han hecho, ni la célebre película de Francesc Betriu del 82 con Sílvia Munt, ni la adaptación de Josep Maria Benet i Jornet dirigida por Toni Casares en el Teatre Nacional de Catalunya (TNC) en el 2007, con Sílvia Bel, ni el monólogo de Lolita. En la versión de Mir, reducida a 90 minutos, a la Colometa la encarnan Núria Bonet (de mayor) y Carla Pueyo (de joven). El director afirma que la novela le cautivó desde la primera página y que es un fan absolurto. “Lo difícil fue eliminar cosas, siempre traicionas, aunque creo que al final la poesía del original se conservaa bastante bien”. Su versión es “moderna, con proyecciones, cambios a la vista y mucho ritmo”, subraya. Y se caracteriza especialmente porque la Colometa no es la figura doliente y delicuescente de otras versiones, dice, sino que “la hemos hecho más luchadora aún, es una feminista, que lucha por sobrevivir con una gran fuerza interior”.

Mir no siente nostalgia del Victòria, vendido al Mago Pop, “que tiene la misma edad que nosotros cuando lo cogimos y finalmente es un artista y no un fondo de inversión, y garantiza que siga siendo un teatro”.