Cien citas para habitar Conde Duque
Los directores artísticos presentan la nueva programación de la temporada hasta enero 2020
Isla Aguilar y Miguel Oyarzun lo han vuelto hacer. Hace un año regresaron a Madrid, a su ciudad, para dirigir el centro cultural Conde Duque y llenarlo de actividades, público y artistas. Según el equipo, la asistencia aumentó en más de un 45% respecto al mismo periodo del año anterior. Este jueves, los directores artísticos han presentado la nueva programación de la temporada hasta enero 2020 que incluye más de un centenar de citas culturales organizadas en cuatro bloques: escena, música, instalaciones y proyectos audiovisuales. “El Conde Duque se ha posicionado como un centro con identidad propia abierto a la ciudadanía de Madrid”, explica Aguilar.
Hace un año había espacios que el Conde Duque mantenía cerrados o que estaban gestionados de una manera tradicional. Aguilar y Oyarzun los abrieron y configuraron de forma diferente para permitir que los artistas pudieran intervenir con sus trabajos en los espacios de otra manera. Las bóvedas, el torreón, los patios... todo quedó abierto y a disposición de la ciudad. Y esta temporada no será menos. La novedad es que el centro se abre también a las nuevas generaciones de artistas. Las obras de los que están empezando se unen a las carreras de los creadores que cuentan ya con algo de recorrido. Todo dirigido y orquestado por la marca de la casa de la dirección del Conde Duque: los artistas asociados.
A los 11 que comenzaron a trabajar el año pasado, Aguilar y Oyarzun incorporan a dos nuevos esta temporada. Cross Border Project —una compañía de teatro que trabaja con alumnos de institutos públicos de Madrid y menores refugiados— y Sotteraneo —el primer colectivo internacional que se asocia con el Conde Duque. “Nos inspiramos en un modelo que ya ocurre en Inglaterra, en Francia o en Bélgica. Desde hace un año damos apoyo en el largo plazo a artistas concretos”, explica Oyarzun. Suso Saiz es uno de ellos y añade que esta idea original de los directores funciona gracias a su compromiso. “Yo por eso sigo aquí, porque la dirección del Conde Duque asume un riesgo y hay pocas personas en este país que lo hagan”, explica.
Las obras escénicas que destacan para los próximos meses son el trabajo documental Mining Stories, que trata sobre un desastre ambiental en Brasil o Gentry, que explica el proceso por el cual se expulsa a los vecinos de sus ciudades. Los proyectos no solo ocuparán el espacio dedicado tradicionalmente al teatro. “Tendremos teatro inmersivo en las bóvedas, teatro de objetos, circo, coreografías, poesía en el torreón para público reducido, danza, híbridos…”, enumera Oyarzun.
La programación musical continuará sonando también esta nueva temporada. El centro estará ocupado casi todas las semanas con más de 25 conciertos e incluye novedades. Las residencias de jazz y el festival Pulso, cuya convocatoria se abre la semana que viene para nuevos proyectos musicales madrileños. “Apostamos por creadores con voz personal y desde una perspectiva independiente y contemporánea”, explica la dirección. Destaca el concierto de Ata Kak, que inaugura la temporada la semana que viene, Flavia Bittencourt, Tulipa o la artista local María Rodés. Pedro Portellano, el comisario del bloque musical, explica que el objetivo es visibilizar a músicos poco conocidos de voz propia para permitir que los madrileños descubran nuevos estilos.
La memoria de Europa articula el bloque dedicado a las instalaciones. Destaca la vídeo-instalación Mats Staub 21 que repasa la historia a través de diferentes personas que la recuerdan cuando tenían 21 años. “Es un proyecto que presenta un archivo vivo de nuestra historia común europea”, dice Oyarzun. El Conde Duque conmemora además el 30 aniversario de la caída del muro de Berlín a través de varias instalaciones que denuncian y reflexionan sobre las fronteras y la aparición de nuevos muros.
La producción audiovisual del videoarte y el cine también forman parte del proyecto de Aguilar y Oyarzun. Colaboraciones con el Festival de Cine de Madrid o con Mi primer festival son algunas de las propuestas. Además proyectarán los cortos premiados en los Bafta en asociación con el British Council.
En opinión de los artistas asociados del Conde Duque, es muy difícil obtener un espacio de visibilidad en una ciudad como Madrid. Conscientes de este problema, la intención del programa de la nueva temporada del centro pretende acogerlos a todos. "Nuestros proyectos giran alrededor de los artistas emergentes e intentamos estar muy atentos a lo que están creando y a la realidad social, porque nos afecta a todos", apunta Oyarzun.
Arte sonoro y visual
La guinda del pastel es el Muro del Conde Duque. "El único espacio en Madrid dedicado en exclusiva al arte sonoro", según Oyarzun. Entre la escalera y las bóvedas, el muro es un espacio original de piedra del siglo XVIII, donde el artista asociado Suso Saiz, propone una inmersión musical durante el mes de septiembre.
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