Una santa gótica, culta y con pedrigí regresa a casa
La Generalitat adquiere, a petición del Museo de la Noguera de Balaguer, una excepcional escultura vinculada con el mundo de lujo que rodeó al conde Pere II
A falta de otros atributos que la identifiquen: una rueda como a Santa Catalina, un cordero como a Santa Inés, incluso dos pechos mutilados que lleva Santa Águeda y los dos ojos de Santa Lucia. Tampoco una palma que evidencia la victoria frente al martirio que sufrieron muchas de ellas. La escultura que ha adquirido recientemente la Generalitat para el Museo de la Noguera de Balaguer puede asegurarse que representa a una santa culta, ya que mientras bendice con la mano derecha, sostiene un libro en la izquierda; algo que para el gran historiador del arte Joaquín Yarza, es, como mínimo, signo de cambio de estatus cultural de la mujer, tal y como publicó en el magnífico artículo La santa que lee.
Pero esta talla del siglo XV, de madera policromada de 90 centímetros de alto, si tiene una serie de elementos que la vinculan con un lugar, un momento y un personaje concreto que está detrás de su creación y que seguro que la utilizó como elemento de culto: bajo el largo manto rojo ribeteado con una cenefa donde hay unos escudos indeterminados, la santa anónima lleva un brial dorado ceñido a la cintura en cuyo pecho luce el escudo de la casa de Urgell con dos barras de Aragón y el ajedrezado típico de esta familia. Pero hay más. En la larga falda se distribuyen hasta nueve pequeños escudos con las armas de la baronía de Entença. Esta iconografía parlante relaciona a la santa de forma directa con el conde Pere II de Urgell (1347-1408), que, además, era barón de Entença, tras heredar el título de su abuela, mujer del rey Alfonso I el Benigno.
“Cuando vimos que estaba a la venta en una casa de subastas pedimos a la Generalitat que la comprara, porque es fundamental para nosotros”, explica Carme Alòs, directora del Museo de la Noguera de Balaguer. Y apunta que detrás de la obra también puede estar la culta mujer de Pere II, Margarita de Montferrant. “No podemos obviar el papel de las mujeres en este momento. Ella pertenecía a una familia noble italiana y fue educada en Italia ya en el Renacimiento”. Pere y Margarida se rodearon de un ambiente de lujo y fastuosidad, en el que no faltaron músicos y juglares, además de disponer de una importante biblioteca. Su epicentro era el castillo palacio de Formós, en Balaguer, que fue arrasado en 1413 por Ferrán de Trastámara al ser elegido rey y enfrentarse a sus opositores.
“Pere II era uno de los hombres más ricos después del rey. Cuando el Trastámara entró en el palacio hizo un inventario y es alucinante el lujo y la riqueza que encontró”, prosigue Alòs que menciona como el Rey Martí y Pere II, primos, se intercambiaban artistas, según la correspondencia.
No es de extrañar que uno de sus encargos fuera esta talla de la santa para alguna de las dependencias condales: el castillo de Formós u otras propiedades como la iglesia de Sant Miquel-Santa Maria de Balaguer, el palacio y la iglesia de Santa Maria de Castelló de Farfanya, el claustro de la colegiata de Àger y el castillo de Agramunt. “La destrucción del Trastámara supuso la dispersión de todas las obras de arte y la biblioteca. Cualquier obra relacionada con ellos tiene mucho valor, por eso pedimos a la Generalitat que la comprara”, prosigue Alós.
Lamas Bolaño que la vendió no mencionaba esta relación entre la santa y Pere II. Marcó un precio de salida entre 5.000 y 6.000 euros. Al final, tras ejercer la Generalitat el derecho de tanteo se remató por 4.200 euros. “Si se hubiera vinculado con Pere II habría costado el triple”, dicen desde la Generalitat.
La santa está ahora en el centro de restauración de la Generalitat. “A final de otoño nos la entregarán y la expondremos en la colección permanente y la estudiaremos. Ya hemos hecho un vaciado de las fotos antiguas del condado para ver si podemos saber su procedencia. Si salió durante la Guerra Civil es probable saberlo. Si fue en la Desamortizacion de 1835 será más difícil”. La santa se expondrá junto a otra obra de Pere II que se compró hace un par de años también en Lamas Bolaño. “Es un fragmento de casulla del siglo XIV con el escudo de Pere II sobre San Miquel, patrón del condado de Urgell. Todo cuadra”.
Otras dos piezas excepcionales vinculadas con Pere II han sido noticia: el portapaz de Sijena, que Isabel, una hija de Pere II, llevó como dote en su ingreso en este monasterio femenino de Huesca, que desapareció de la caja fuerte del MNAC en 1991 en circunstancias nunca aclaradas y el copón del Hermitage localizado en 2016, que, además, aparece en los inventarios que se hicieron en 1413. “Poco a poco vamos recomponiendo el tesoro que salió de Balaguer en el siglo XV”, concluye Alòs.
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