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Caza de brujas en el siglo XXI

La artista Sara Ramo reflexiona sobre la dificultad de ser mujer con su muestra “lindalocaviejabruja”

Exposición Linda loca vieja bruja
Exposición Linda loca vieja bruja Joaquin cortés

El espectador que se adentre en Espacio 1 y Sala de Protocolos del Museo Reina Sofía debe renunciar a su manera lógica de entender las cosas para así comprender “lindalocaviejabruja”, la muestra que Sara Ramo (Madrid, 1975) ha producido específicamente para el museo nacional y que puede verse hasta marzo de 2020. Allí, se encontrará un entramado de detalles que a simple vista parecen no estar conectados. “Que preste mucha atención”, anima la artista, “y que esté atento a las brechas y las fisuras”, donde podrá descubrir objetos cotidianos como caramelos, joyas, ropa o telas. 

Un trozo de pelo, una fregona, una pierna que parece un monstruo o un habitáculo tapizado con barras de pintalabios que asemejan el espacio a una cámara de tortura llena de sangre. Pequeñas instalaciones sobre el mobiliario de la sala Espacio 1 configuran los fragmentos del discurso de Ramo que, a través de juego de puertas, invita a descubrir la dificultad de ser mujer.

"Sea didáctico o no, o político o no, creo que este no es un trabajo solo para intelectuales, sino que tiene algo de democrático porque puedes verlo sin saber nada de arte ni tener referencias sobre el feminismo, de modo que el objetivo es que se perciba sensorialmente", explicaba la artista durante la inauguración de la exposición el mes pasado. "Lo importante de Sara Ramo es que no es descriptiva, su trabajo rompe la estructura narrativa", añade el director del Reina Sofía, Manuel Borja-Villel.

En la Sala de Protocolos se proyecta el video “Una y otra vez” (2019), que presenta un evento teatral donde la cortina –compuesta por viejas piezas de tela– permanece a medio levantar, permitiendo al espectador ver solo lo que sucede de mitad para abajo: escenas como la de un títere que golpea a su mujer con un bate de madera o la insinuación de una bruja que evoca una hoguera.

El título de esta exposición proviene de un cúmulo de palabras y atributos asociados con lo femenino. Las palabras “linda”, “loca”, “vieja”, “bruja”, según la artista, “no están en oposición, sino que se complementan”. Como señala la crítica de arte brasileña Júlia Rebouças en un ensayo escrito sobre esta muestra y que se entrega al espectador en la sala, “el término loca sirve, por ejemplo, para recordar que fueron precisamente las mujeres las que facilitaron el acceso al inconsciente en los primeros tiempos del psicoanálisis, a principios del siglo XX, a través del tratamiento de la histeria. En esa época, se creía que se trataba de una condición exclusivamente femenina (del griego hystéra, que significa útero). En lindalocaviejabruja también se evoca una asociación recurrente entre la mujer y la bruja”. “Cuando comencé a estudiar psicoanálisis me di cuenta de que la mujer no existía como sujeto, no ha tenido un espacio de libertad para crearse”, explicaba Ramo.

Precisamente, Rebouças ha sido una de las influencias, junto a la escritora feminista Silvia Federici, a las que Ramo ha recurrido para crear esta muestra y así explicar "la relación de la caza de brujas con el patriarcado y el capitalismo". En una entrevista para EL PAÍS a principios de este año, la activista italiana señalaba que esa caza de brujas continúa dándose en la actualidad en regiones de África, India o Papúa Nueva Guinea, un problema “conectado con la globalización, con la extensión de la organización capitalista, el despojo de las tierras comunales, además de la llegada de sectas evangelistas y pentecostales”.

“lindalocaviajebruja” se enmarca dentro del programa FISURAS, una iniciativa que el Museo Reina Sofía lleva realizando desde hace una década y con el que invita a artistas a crear “un arte que rompe”, experimentando con los espacios y renunciando al anquilosamiento del que pecan muchas instituciones museísticas.

Sara Ramo, que actualmente reside en São Paulo (Brasil), es una de las artistas de su generación con mayor proyección internacional. Sus trabajos se han mostrado en importantes espacios expositivos como las Bienales de Venecia y São Paulo. Además de “lindalocaviejabruja”, la artista hispano-brasileña formará parte de la nueva programación cultural de la Comunidad de Madrid con su muestra “La caída. Y otras formas de vida”, que podrá verse a partir del 12 de septiembre en la Sala Alcalá 31.

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