La playa de As Catedrais sufre un nuevo desprendimiento en plena oleada turística
La caída de piedras en uno de los pasadizos que da a las cuevas no alcanzó a ninguno de los numerosos visitantes
La playa de Augas Santas de Ribadeo (Lugo), conocida como As Catedrais por las espectaculares formas que la erosión ha labrado en sus acantilados, ha registrado durante la mañana de este jueves un nuevo desprendimiento sin que ninguno de los numerosos visitantes a este monumento natural haya sufrido heridas. La caída de piedras en plena temporada turística se ha producido en uno de los pasadizos que da entrada a las cuevas, un año y medio después de que una joven de 25 años muriese por el golpe de una roca en la Semana Santa de 2018.
A consecuencia de aquel accidente mortal, la Xunta reforzó la señalización en los puntos críticos del arenal donde más derrumbes se registran. Y ha sido precisamente en uno de ellos donde han caído cascotes este sábado. Según relata la Consellería de Medio Ambiente, fueron dos agentes medioambientales los que alertaron al 112 del suceso y quienes, junto a los cinco operarios que se encargan de atender a los visitantes en temporada alta, informaron a los turistas de lo ocurrido y los disuadieron de que se acercasen a la zona afectada.
Protección Civil de Ribadeo, según fuentes citadas por Europa Press, ha asegurado que estos desprendimientos son habituales, sobre todo cuando se registran cambios de temperaturas y días de lluvia. "La gente está avisada de que no puede andar por los acantilados", añaden desde la agrupación local.
En las jornadas precedentes al accidente mortal de hace año y medio también llovió intensamente, tal y como subrayó entonces el geólogo Juan Ramón Vidal Romaní, director del Instituto Universitario de Xeoloxía Isidro Parga Pondal, quien alertaba de que la afluencia de turistas estaba "acelerando la destrucción" de As Catedrais, un monumento con 135.000 años de vida que sigue siendo transformado por la erosión de las olas, el viento y las mareas.
Medio Ambiente reforzará esta noche el dispositivo de vigilancia de cara a la bajamar que está prevista para las 23.35 horas. Dos horas antes, los visitantes que hayan hecho la reserva podrán ya acceder a la playa, un delicado ecosistema que en los últimos años se ha convertido en una de las mayores atracciones turísticas de Galicia y que la consellería permite visitar a un tope de casi 5.000 personas al día. Quienes se hacen con una entrada, ha recordado el Gobierno gallego tras el desprendimiento de este sábado, firman un consentimiento conforme son conocedores de los riesgos que entraña el recorrido por el monumento.
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