La muerte de la turista en As Catedrais se produjo en un punto no considerado de riesgo
La Xunta reabrirá el lunes la playa y no se plantea medidas inmediatas para prevenir más accidentes mientras se alzan voces críticas con su gestión
La muerte de la turista en la playa gallega de As Catedrais por el impacto de una roca en una de sus grutas se produjo en una zona no considerada de riesgo por posibles desprendimientos, según apuntan fuentes cercanas a la investigación del trágico accidente que el sábado acabó con la vida de Irene Baladrón Zorita, una joven vallisoletana de 25 años. En el lugar donde se encontraban la mujer y su pareja cuando cayó la piedra no había, por tanto, ningún cartel de advertencia, como sí ocurre en otros puntos del arenal que se ha convertido en los últimos años en uno de los parajes más visitados de Galicia.
El siniestro mortal, el primero que se produce en este singular espacio donde la erosión del mar ha esculpido en los acantilados formas que recuerdan a los grandes templos góticos, no traerá, sin embargo, cambios inmediatos en el sistema de visitas que gestiona la Xunta de Galicia. La Consellería de Medio Ambiente, dirigida por Beatriz Mato, considera en principio que la caída de la piedra que mató a la chica fue un accidente fortuito, aunque esperará a las conclusiones de la inspección realizada este domingo por la Guardia Civil para decidir si encarga “un estudio”.
De hecho, la playa de As Catedrais, ubicada en el municipio de Ribadeo (Lugo), será reabierta este mismo lunes. El Gobierno gallego insiste en que los visitantes ya son advertidos del peligro de desprendimientos en este espacio natural cuando tramitan la autorización para bajar a la playa, un permiso obligado para acceder en temporada turística con el objeto de evitar aglomeraciones que superen las 4.812 personas al día. “No suele suceder y la prueba de ello es que hasta el momento nunca había sucedido”, argumentan fuentes oficiales del departamento de Medio Ambiente sobre el impacto mortal que sufrió la turista. En relación a la posibilidad de proporcionar cascos a los visitantes ante la existencia de ese riesgo, la consellería admite que nunca se ha planteado esa medida.
Mientras, se han empezado a alzar algunas voces críticas con la gestión del Gobierno gallego en este monumento natural. Un matrimonio que estaba visitando As Catedrais el sábado ha asegurado al periódico local El Progreso de Lugo que minutos antes de la muerte de la vallisoletana advirtieron al personal de la Xunta que allí se encontraba de que estaban cayendo piedras de los acantilados y que una de ellas había impactado a poca distancia de donde se hallaban sus hijas de corta edad. Los turistas aseguran que su alerta fue ignorada. Medio Ambiente, por su parte, ha señalado este domingo a este periódico que no tiene "constancia oficial" de estos hechos previos al accidente mortal.
Otro aviso sobre una posible tragedia en As Catedrais se produjo en enero pasado, esta vez por parte de un experto que ya ha criticado en varias ocasiones la afluencia de visitantes que permite la Xunta en este delicado espacio. El catedrático de Geografía Física de la Universidade de Santiago Augusto Pérez Alberti advirtió a través de su cuenta de Twitter de la "inestabilidad" en el paraje y se refirió a un estudio hecho público por la Xunta en aquellos días sobre la seguridad en la playa afirmando: "Si la Xunta acepta lo que dice el informe se hace responsable de cualquier desgracia que se pueda producir en As Catedrais".
El domingo, poco después del accidente mortal, el profesor Pérez Alberti volvía a escribir en la red social: "¿Y ahora qué señor@s políticos responsables? Vengo avisando desde hace años. Nadie me ha hecho caso". "Yo creo que esto era previsible. Llevo diciendo mucho tiempo que las visitas a zonas de acantilados tienen que estar mucho más reguladas, que me parecía un error que tanta gente pudiera acceder a la zona de As Catedrais porque es un espacio reducido y con cuevas", ha añadido en declaraciones a Europa Press tras la muerte de la joven turista.
Agentes del instituto armado y técnicos de Medio Ambiente han bajado en la mañana de este domingo a la arena aprovechando el descenso de la marea para inspeccionar el lugar donde falleció Irene Baladrón. La Guardia Civil informa que las pesquisas se han limitado a una revisión “ocular”, cumpliendo el mandato de la titular del juzgado de instrucción número 1 de Mondoñedo que lleva la investigación. Visitantes que tenían autorización para entrar en el arenal pero que han tenido que quedarse arriba y un buen número de curiosos han presenciado los trabajos.
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