“Hace años que lloro siempre que escribo”
El cantautor Fran Fernández ha financiado su nuevo disco mediante micromecenazgo. Antes de llevar a cabo la campaña ya tenía comprometidos 50 conciertos en Latinoamérica
Tierra, mar y aire es el último trabajo de Fran Fernández (Granada, 38 años), un cantautor que concibe la música como un viaje. De hecho, el disco con el que alcanzó relevancia hace una década se llama Travesía. Empezó a componer con 15 años, ganó un premio en su ciudad que le permitió pisar por primera vez un estudio y se matriculó en la Escuela Creativa de Madrid. Aquello supuso un punto de inflexión en su vida, pero aún quedaban muchas idas y venidas. Este último trayecto lo ha financiado gracias a una campaña de crowdfunding, aunque antes de hacerlo ya tenía asegurados más de 50 conciertos en Latinoamérica.
¿Cómo le fue la ‘travesía’?
Conseguí un contrato discográfico a los pocos meses de llegar a Madrid, pero en verano volví a Granada. Me dediqué a La Tertulia, un bar con 40 años de historia donde hay conciertos cada día. Así pasaron cinco años. Me di cuenta de que no estaba dedicándome a cantar y volví a la capital.
¿Qué particularidades tiene el nuevo disco?
No quería llamar a las puertas de las discográficas. Si esperas te pasa la vida por delante. Quería que fuese diferente. Comenzamos con una base electrónica y logramos un lenguaje moderno, del siglo XXI.
¿Cómo le llegan las musas?
Cuando algo me duele. Hace años que lloro siempre que escribo. Es el único momento en el que lo hago, tanto de alegría como de tristeza. Cuando algo te sobrepasa, te sale por los ojos.
¿Es más músico o más poeta?
Más músico. Las letras que escribo en los libros de poesía no caben en las canciones. La canción lleva un corsé y en el poema se desabrocha y se expande de una manera más natural.
¿Es más difícil componer una canción?
Es un lenguaje diferente. El poema debe tener musicalidad, pero ahora que se ha puesto de moda el verso libre tiene más libertad que una canción.
¿Qué artista le cambió la vida?
Muchos. Escuché en la radio casi simultáneamente a Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Ismael Serrano, Tontxu y Javier Álvarez y aluciné. Entonces supe que quería ser cantautor.
¿Por qué escribe?
Ismael Serrano dice que lo hacemos para que nos quieran. Probablemente alguien me quiso por escribir, pero fue un daño colateral. Yo hago por liberación. Vivía en un pueblo de Granada donde no había mucho más que hacer que escribir canciones.
¿Carlos Cano o Miguel Ríos?
Cano es más autor y Ríos es más intérprete, pero siempre tuvo magia para elegir los temas. Estoy pensando versionar a Carlos Cano. Nadie lo hace y merece mucho la pena.
¿Ha perdido tirón la canción de autor?
Cada cierto tiempo llegan los periodistas preguntando y nosotros seguimos aquí. Cantautores habrá siempre. Depende de ciertas espirales de la industria. Hace poco han aparecido cantautores en multinacionales que han hecho una carrera individual muy valiosa.
¿Con Franco se vivía mejor?
Con Franco estaba claro el enemigo, quién era el virus del miedo. Ahora hay mucho a lo que cantar. Los problemas están dispersos.
¿El cantautor es la resistencia?
El arte en sí y su forma de expresión pueden ser la resistencia. Está en muchas cosas, aunque todas tienen el factor común de querer cambiar algo y no dejarse pisar.
Como Labordeta, ¿lleva un país en la mochila?
Llevo muchos países en la mochila: España, México, Perú, Chile, Colombia y Argentina.
¿Es más difícil ser profeta en su tierra?
Es diferente. Yo canté casi toda mi vida en Granada. Cuando sentí que había hecho todo lo que tenía que hacer allí decidí venir a Madrid. Llegué a México de la mano de Marwan y de cantautores que allí funcionan muy bien y me pusieron delante de mucho público. No tuve miedo escénico, pero impresiona.
¿Son malos tiempos para la lírica?
Nunca fueron buenos, parece que es algo intrínseco. Existe la posibilidad de trascender para un tipo de persona que tiene un espíritu de búsqueda, que no se conforma con lo primero que lee o escucha. Con lo que le ofrece la industria.
¿Le han censurado alguna vez?
No, porque mi discurso ha sido siempre muy metafórico y los políticos no se dan por aludidos. Parece que algunos no contaban con que los tiempos han cambiado y que ahora no pueden cortar cabezas sin que lo sepamos.
¿Quedan templos de la música?
Por suerte sí, pero no sabemos hasta cuándo. Son lugares a los que les cuesta mucho sobrevivir. Si lo hacen es por amor al arte. Ahí están Libertad 8, La Fídula o Galileo Galilei.
Del Galileo a Latinoamérica
La agenda de Fran Fernández es frenética. Acaba de volver de Latinoamérica y ya ha comenzado a preparar las maletas para volver. En noviembre comienza una ruta en México que le llevará por diversos países del continente americano, donde goza de un gran éxito. Antes ofrecerá dos conciertos en Madrid. El 22 de agosto estará en la sala Galileo Galilei y el 25 de septiembre en uno de sus espacios fetiches, Libertad, 8.
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