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Un polígono de bateas sin señalizar, principal causa del naufragio del ‘Nuevo Marcos’, con tres fallecidos

Fomento confirma que existía riesgo de colisión cuando el pesquero chocó contra una de ellas en la ría de Pontevedra en abril de 2017

Polígono de bateas en Arousa.
Polígono de bateas en Arousa.ÓSCAR CORRAL
Pontevedra -

La Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim), dependiente del Ministerio de Fomento, concluye que la falta de balizamiento de las bateas en la ría de Pontevedra ha sido la principal causa del naufragio del pesquero Nuevo Marcos que se saldó con tres de sus tripulantes fallecidos en abril de 2017.

Aunque el informe pericial sostiene que en esa ruta de navegación existía un cierto riesgo de colisión al carecer de señalización el polígono de bateas Portonovo D, donde se produjo el siniestro, los peritos también apuntan como causas del accidente la falta de otras medidas de protección en la ría, como factores consecutivos y desencadenantes del siniestro.

"Se ha comprobado que la posición de las bateas del polígono Portonovo D, contra el que colisionó el Nuevo Marcos, no se ajusta a la orden que lo regula", señala la investigación en la que se subraya que "aparecen en blanco las coordenadas geográficas en que se fondearon las citadas bateas", según informa Europa Press.

Aunque la investigación incide en que los patrones de la zona navegan habitualmente "a la vista" y no mediante cartas náuticas electrónicas o posicionamiento GPS, no deja dudas de que "la ausencia de balizamiento de los límites de la zona de bateas contribuyó objetivamente a que se produjera la colisión".

Por tal motivo, la Ciaim insta en sus recomendaciones de seguridad a la Xunta y al Ministerio de Fomento a evaluar si las bateas del polígono Portonovo D "suponen un riesgo para la navegación", al tiempo que llama a "la instalación del balizamiento". Además, emplaza a actualizar su posición y modificar las cartas náuticas oficiales.

Según la reconstrucción del siniestro, sobre las 4,00 horas de la madrugada del 26 de abril de 2017 el Nuevo Marcos colisionó contra una batea mientras navegaba con cinco tripulantes desde el puerto de Marín al de Combarro. Tras ello se produjo una inundación "masiva" que dio lugar a un rápido hundimiento. Uno de los tripulantes nadó durante más de una hora hacia la costa para pedir ayuda, mientras otro fue rescatado al estar agarrado a las bateas, en un accidente en el que murieron tres personas.

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En esos momentos, el radar "no estaba en funcionamiento o no estaba siendo atendido" por ausencia de vigilancia, por lo que no se detectaron las bateas. Por ello, "a la vista de las evidencias, parece que el patrón no fue consciente de la posición relativa en la que se encontraba la embarcación respecto al polígono de bateas", concluye la Ciaim.

Tras la colisión, la tripulación no se detuvo a evaluar los daños, de manera que la embarcación continuó su navegación que favoreció la rápida vía de agua que llevó al naufragio. Insisten en que si se hubiera parado la embarcación "probablemente" no se habría hundido o la tripulación "hubiera tenido más tiempo para protegerse" y pedir ayuda.

"Posteriormente, tampoco se tomó medida de protección alguna que permitiera a la tripulación ponerse a salvo de manera efectiva. La tripulación no fue consciente de la gravedad de la situación como lo muestran los hechos de que no se ordenara el abandono, ni preparar la balsa ni chalecos salvavidas, ni tan siquiera avisar a las embarcaciones de la zona o a Sasemar del suceso", relata el informe. "Posiblemente se juzgó que el puerto de destino era más accesible de lo que en realidad era", añade.

Asimismo, la investigación establece la "incertidumbre" sobre el destino de la embarcación, aunque se cree que iban a faenar al este de la isla de Tambo. Tampoco se sabe quién estaba gobernando la embarcación, dado que los dos tripulantes que se salvaron iban durmiendo.

Al estado de "confusión" de los navegantes debido a la colisión, se suma que "su conciencia de seguridad no era la adecuada", dado que "el orden de prioridades de la tripulación no estaba suficientemente asentado en cuanto a hacer prevalecer la seguridad de la tripulación y el buque por encima del resto de consideraciones".

Otro factor a tener en cuenta en la visibilidad en el siniestro es que era una noche "sin luna" y "oscura", lo que "no permitía ver las bateas a no ser que se estuviera vigilando el radar". Precisamente, la Ciaim realiza la recomendación a los patrones de que "deben anticipar la posible limitación de sus capacidades para trabajar en horario nocturno". Y punta como hipótesis de que la radiobaliza no saliese a flote para dar aviso del accidente a que esta pudo quedar retenida por las cajas de pescado que estaban en cubierta, las cuales emergieron antes.

En el informe también se relata el angustioso periplo del superviviente que nadó durante más de una hora para llegar a tierra a pedir auxilio. Alcanzó la costa en la zona de Chancelas con síntomas de hipotermia. Allí, trepó unos muros para llegar hasta la carretera en donde reclamó ayuda de varios vehículos que pasaron por la zona sin detenerse ninguno, incluido un camión de la basura del Ayuntamiento de Poio "al que pidió auxilio y ni siquiera paró a interesarse". Continuó corriendo hasta la zona de Combarro, en donde timbró a dos casas pero nadie le abrió. Por suerte encontró a un conocido en una playa cercana, que fue quien llamó al 112.

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