Los Mossos acusan a los Maristas de poner trabas para investigar los abusos
El profesor Joaquín Benítez, que reconoció haber abusado a menores, ha dicho que hubo más profesores implicados
“Los llamaba a un despacho reservado, y con el pretexto de corregir alguna lesión comenzaban los masajes que precedían a los abusos”. Así actuaba el profesor de los Maristas Joaquín Benítez según la descripción de dos agentes de los Mossos d’Esquadra que han declarado este lunes en el primer día del juicio por los presuntos abusos sexuales del profesor de gimnasia del colegio Sants-Les Corts. Los agentes han hablado de un “patrón” habitual y aseguraron que la escuela se resistió a facilitarles información del agresor tras la primera denuncia presentada contra él.
Durante más de dos horas, las cuatro víctimas que denuncian a Benítez -otros 13 casos están prescritos- declararon a puerta cerrada después de que las partes no llegaran a un acuerdo. Esa posibilidad sobrevolaba el caso Maristas. Manuel Barbero, padre de una de las víctimas que destapó el escándalo, estaba dispuesto a aceptar un pacto siempre que implicara una pena de prisión de 16 años. A cambio, Benítez debía reconocer los hechos y, sobre todo, admitir que los Maristas conocían los abusos.
A la salida del juzgado, Benítez, cubierto con un pasamontañas, ha pedido perdón a las víctimas, y ha destacado que él también sufrió abusos cuando era menor por lo que tenía “la actitud normalizada”, "Instintivamente lo veía como un comportamiento normalizado", ha explicado el docente. Benítez también ha señalado que “había más” profesores implicados, y que este martes explicará, en su declaración ante la Audiencia de Barcelona, el grado de conocimiento que los Maristas tenían sobre los hechos.
El docente se sienta en el banquillo por los abusos sexuales que, durante años, cometió contra los alumnos del colegio Sants-Les Corts, y que él mismo reconoció. El exprofesor se enfrenta a una petición de la fiscalía de 22 años de prisión por abusos sexuales continuados y dos por abuso sexual, entre los años 2006 y 2010. El caso de Benítez salió a la luz en 2016 tras la denuncia interpuesta por Barbero. Junto a las víctimas se han presentado como acusación la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona que solicitan penas de 35 y 26 años de cárcel, respectivamente.
Tras el testimonio de las víctimas, ha declarado Pere Francesc Ferré, vicario provincial de los Maristas durante la primera denuncia. Lo ha hecho como representante del centro. El vicario ha reconocido que el centro no comunicó al resto de padres el primer caso de abusos alegando que los denunciantes querían mantenerse en el anonimato. En aquel momento, el colegio llevó el caso a la Fiscalía de menores, y comunicó la denuncia al claustro de profesores. Sin embargo, no despidió al profesor, que simplemente quedó apartado. Días más tarde, el propio Benítez presentó su renuncia.
Ferré ha explicado que desconocían casos de abusos anteriores a 2011, "Hemos preguntado a todos los directores desde los años 80 y en ningún caso nos dijeron que hubiera ocurrido esto". Y también ha negado conocer que el profesor ejerciera de masajista.
Dos de los mossos que investigaron las denuncias han asegurado que el entonces director del centro, Francesc Xavier Giné, no quiso facilitarles más datos que el nombre completo de Benítez. Según los agentes, Benítez tenía despacho propio con una camilla donde cometía los abusos. El patrón de actuación también incluía el perfil de los alumnos, en todos los casos varones y menores de 14 años.
Los dos policías han recordado en torno a una veintena de denuncias, la mayoría prescritas, que coincidían con el modus operandi. Algunos de los denunciantes explicaron que otros profesores habían descubierto a Benítez en el momento del abuso.
En el inicio de la sesión, el juez rechazó admitir el documental “Shootball”, en el que el profesor admitía los abusos, por tratarse de una declaración “extrajudicial”. Este martes tendrá lugar la declaración de Benítez que ayer aseguró ser desde el 2011 "una persona impecable".
Los Maristas niegan encubrimiento
El coordinador del equipo de protección a la infancia de los Maristas, Raimon Novell, ha negado este lunes que la institución haya encubierto alguna vez casos de pederastia porque siempre que han tenido conocimiento los han denunciado, como así sucedió con el profesor Joaquín Benítez en 2011. "Asumimos las cosas que no han sido positivas en nuestro pasado y estamos damos una respuesta efectiva y muy firme de cara al futuro", ha añadido Novell.
El coordinador de protección a la infancia ha recordado que desde 2013 los Maristas se han dotado de un protocolo "muy claro" para actuar de manera inmediata cuando tienen conocimiento de un caso.
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