Calma tensa en el Pozo
El hijo del hombre asesinado en Vallecas pide a las familias de los autores que se marchen del barrio
Unas 200 personas se concentraron ayer de nuevo delante de las dos casas habitadas por los Visita, en los números 14 y 18 de la calle de Esteban Carros, en el barrio del Pozo del Tío Raimundo. Justo en esas viviendas residen Los Visita, los supuestos autores de la agresión en la que murió el pasado domingo Francisco Doctor Cortés, de 63 años, tras recibir una cuchillada en el cuello. Algunos manifestantes tiraron al suelo imágenes de Yaki, el supuesto autor de la mortal puñalada. Acto seguido, las quemaron, mientras no paraban de gritar “asesinos, asesinos” y que se fueran del barrio.
La concentración es la quinta que se produce en la zona tras la muerte de Paco, como era conocido Francisco en el barrio. Ayer fue mucho más tranquila y no hubo tanta presencia policial, en especial de los antidisturbios. No se produjeron incidentes ni altercados. Los manifestantes exigieron que el presunto asesino se entregue a la policía.
El hijo pequeño del fallecido, también llamado Francisco, dio una rueda de prensa junto con el presidente de la asociación de vecinos del Pozo, Gabriel del Puerto, y el concejal de Puente de Vallecas, Francisco Pérez. El hijo pidió que las dos familias que viven junto enfrente de ellos, a los que pertenece el supuesto asesino, se marchara del barrio. “Lo que no quiero es que vivan delante de mi casa. Espero que al final lo hagan, tengo toda la confianza para que todo vuelva a la normalidad y se acaben los problemas que hemos tenido”, explicó Francisco.
El presidente de la asociación vecinal aseguró que ya se han reunido con los colectivos de gitanos del barrio. Estos también están a favor, según afirmó, de que los Visita se vayan del Pozo del Tío Raimundo. En este barrio viven 136 familias de realojo y no han dado problemas de ningún tipo, según Del Puerto. “Esta situación, como es el asesinato de una persona, no se debería haber producido nunca. Ha faltado el diálogo y el haber hablado un poco más. Se podría haber salvado de una persona”, aseguró el presidente del colectivo vecinal. “El barrio es trabajador, humilde y donde se cumple la justicia”, añadió, en un intento de borrar la imagen negativa que están proyectando los medios de comunicación en los últimos días. A estos les pidió “un ejercicio de honestidad” para que la situación vuelva a la calma y la normalidad.
Menos delitos
El concejal de Puente de Vallecas aseguró que el barrio es seguro y que los delitos han bajado un 4% en 2018, según datos de la Delegación del Gobierno en Madrid. Recordó que no se había registrado un homicidio en los tres últimos años, cuando la media de la capital es de 30 muertes violentas al año. “Esto no es Baden-Baden, pero tampoco es Tijuana. El único delito que se ha incrementado en el último año ha sido el de la violencia de género”, afirmó el edil vallecano, que se comprometió a mantener la presencia policial en la zona.
Ese aumento de la vigilancia se ha dejado notar en los últimos días. Es continua la presencia de coches de la Policía Municipal y de la Policía Nacional. Se trata de un hecho circunstancial, ya que los vecinos se quejan de la presencia policial en la zona es escasa. También protestaron por “la impunidad” que tienen algunas familias realojadas ante los problemas de ruido, suciedad, peleas y gritos en algunos puntos.
Paco Pérez hizo un llamamiento a los vallecanos a la tranquilidad: “Hemos perdido dolorosamente a un vecino, a un amigo y a un padre, en el caso de Francisco, pero pedimos que no se pierda la cabeza y que no se agrave un problema o se abran brechas y zanjas que luego sean insalvables”. Para el edil, el problema lo ha causado la enorme cifra de familias de integración que acogió hace tiempo el barrio (136), a la que calificó de “abusiva” y la falta de medios para evitar problemas. “Hay que revisar esas políticas y ver cómo se afrontan, porque siempre recaen en los mismos barrios”, añadió Pérez.
Mientras la familia del hombre asesinado y el concejal pedían calma, los vecinos ya han adelantado que continuarán con las manifestaciones todas las tardes delante de las casas de los Visita hasta que estos se marchen del Pozo. No piensan cesar. “Es la primera vez que nos levantamos contra una familia gitana y no vamos a parar hasta conseguirlo. Basta ya de tener miedo”, afirma anoche un vecino con más de 60 años en el barrio.
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