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La emergencia del CAP Raval

Vecinos y sanitarios reivindican la urgencia de trasladar el ambulatorio a la capilla que también reclama el Macba

La entrada del CAP del Raval Nord.
La entrada del CAP del Raval Nord.Massimiliano Minocri

No pueden esperar más, repiten los vecinos y trabajadores del centro de atención primaria (CAP) Raval Nord. El ambulatorio, antiguo dispensario antituberculosos del barrio, se cae a pedazos y no hay más tiritas para tapar las heridas de una infraestructura obsoleta que tiene 25 años. Tampoco hay tiempo ni paciencia para lidiar con la pugna política que se ha generado alrededor de la única alternativa viable, a ojos del Departamento de Salud, para emplazar un nuevo centro sanitario.

El gobierno de la alcaldesa Ada Colau ofreció a Salud la Capella de la Misericòrdia para construir el nuevo CAP y el Departamento dio el visto bueno. El problema es que esas instalaciones ya estaban cedidas al Macba para ampliar el museo. La disputa sigue abierta en el Consistorio y en la calle. Los vecinos alertan de que la situación del CAP es insostenible.

“A mí me da igual donde sea. Solo quiero un espacio para que se construya un CAP digno y ya”, zanja Anna Romagosa, directora del CAP. El centro tiene una población de referencia de 22.000 personas y recibe unas 165.000 visitas anuales. Los trabajadores llevan muchos años alertando del deterioro. Es visible desde la entrada: la pesada puerta inviable para que una persona en silla de ruedas acceda de forma autónoma, pasillos estrechos, humedades, goteras y consultas minúsculas. “Un hombre se le desplomó a una enfermera en la consulta y cuando fueron a buscar el carro de paradas cardíacas, no entraba por la puerta”, ejemplifica Romagosa.

Pero los profesionales no están solos en sus reclamos. Los vecinos se han posicionado a su lado y han montado una plataforma conjunta para reclamar que la Capella de la Misericòrdia acoja el CAP. A finales de enero entregaron al Ayuntamiento 6.500 firmas con esta demanda. “Está de derrumbe”, sentencia Mercè Cendra, vecina del barrio. “El CAP necesita ese cambio para estar en mejores condiciones. Lo necesita más que el Macba. La salud es primordial”, coinciden Alicia Farnos y Mari Carmen Hernández, tras visitar a su médico.

El veterano activista del Raval Iñaki García, resume así la pugna entre el Macba y el CAP: “Es la historia de un menosprecio. El CAP está en una situación insostenible, de extrema emergencia, de no cumplir estándares. Y el Macba funciona con normalidad”.

La semana pasada, en la comisión del Ayuntamiento de Barcelona donde la oposición forzó aplazar un mes la decisión sobre quién ocupará el espacio de la capilla, García estalló e hizo una contundente intervención. Todos los partidos salvo la CUP acababan de jurar a la plataforma que son conscientes de la urgencia de hacer un nuevo centro; pero al mismo tiempo acababan de votar para retrasar la decisión. García estalló: “Los vecinos del Raval estamos hartos, llevamos 17 años soportando unas condiciones que ustedes ni se pueden imaginar ni se van a encontrar nunca y ahora nos dicen que la víctima es el Macba. Ya basta”.

El vecino se desespera cada vez que en el Ayuntamiento el gobierno de la alcaldesa Ada Colau y la oposición se acusan mutuamente de actuar con razones electoralistas en este caso y de utilizar a los vecinos: “Las instituciones han reaccionado cuando hemos alzado la voz los vecinos, ya basta de hablarnos como si fuéramos niños. Vienen elecciones llevamos 17 años, estamos hartos y ya no les creemos. Es ahora o habrá que esperar otros cuatro años”, avisó.

Y repite como un mantra que Salud dijo en noviembre que el único emplazamiento apto para el CAP es la capilla, que el convenio que firmó el exalcalde Xavier Trias con el Macba en 2013 para cederles la capilla tenía una cláusula que afirmaba que se extinguía si no se intervenía en cinco años (que ya han pasado) y que la Generalitat tiene el dinero para hacer el nuevo CAP.

Romagosa insiste en que la decisión “no se puede demorar más”. Si finalmente se quedan con la capilla, ya cuenta con cinco años de obras y permisos para estrenar el nuevo centro. “Es una situación crítica a nivel de dignidad”.

Una de las cuestiones que más molestan a los vecinos es que el debate se plantee en términos de confrontar el derecho a la salud y el derecho a la cultura. “No son incompatibles las dos cosas, no tienes que elegir entre ellas. Lo que hay que hacer es priorizar y el CAP es urgente”, apunta Romagosa. Coincide García: “Nos presentan como egoístas, como que no nos interesa la cultura, nos indigna la arrogancia y el paternalismo clasista y rancio que emplean. Como si la única cultura del Raval fuera el Macba. También hay raperos, grafiteros…. No es presentable que la prioridad sea el Macba, la prioridad es el CAP, estamos hablando del Raval”, señala. La esperanza de vida en el barrio es casi tres años menor que en la media de la ciudad: 81,4 años respecto a 84,1.

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