“Vi con mis propios ojos los tocamientos en el confesionario ”
El alcalde de Báscara, Narcís Saurina, asegura haber presenciado los abusos del expárraco de Vilobí d’Onyar investigado por el Obispado de Girona
El alcalde del pequeño municipio gerundés de Báscara, Narcís Saurina, asegura que fue testigo de los presuntos abusos que cometió, durante décadas, monseñor Tomàs Pons, el expárraco de Vilobí d'Onyar investigado por el Obispado de Girona. Saurina lo conoció cuando él estudiaba en el colegio Bell-lloc de Girona, donde Pons era profesor. El ahora alcalde de Báscara y algunos de sus compañeros de clase simulaban ir a confesarse para no ir a clase y se escondían en una zona oscura desde la que veían los confesionarios. Allí lo presenció todo. Él y otros exalumnos, insiste. "Vi con mis propios ojos los tocamientos en el confesionario", sentencia.
Bell-lloc es una escuela masculina concertada con la Generalitat. Saurina recuerda que alumnos mayores le aconsejaron que cuando fuera a tutoría espiritual con Pons, “intentara escaquearse y salir rápido”. Al entrar, les hacía darle un beso en la mejilla.“Era vox pópuli entre los alumnos que allí pasaba algo, que había actitudes irregulares, pero callábamos porque debíamos volver y los castigos corporales estaban al orden del día”, sostiene.
Las revelaciones de Saurina coinciden con las denuncias publicadas hace unos días por el diario Ara acerca de los presuntos abusos a menores que cometió monseñor Tomàs Pons durante 30 años. El cura, que ahora tiene 91 años y lleva 20 ingresado en una residencia, fue párroco de Vilobí d'Onyar durante 33 años y profesor en Bell-lloc desde el curso de 1967-1968 hasta 1996. Los primeros cursos celebraba Misa, confesaba y hacía homilías, unas 12 horas a la semana y los últimos 8 años iba una mañana a la semana. El Obispado de Girona, que aseguró no tener constancia de los casos denunciados, ha abierto una investigación para esclarecer los hechos.
Bell-lloc, por su parte, ha emitido este jueves un comunicado en el que admite que, a raíz de la publicación de los supuestos abusos por parte del rector de Vilobí, “antiguos alumnos han contactado con el centro para explicar que sufrieron tocamientos durante las actividades que el sacerdote organizaba en la rectoría de Vilobí”. De hecho, uno de ellos ha detallado que un día, hace más de 30 años, se sintió “acorralado” por él en el centro, pero logró “escabullirse”. El centro no ha respondido a este diario acerca de cuántos exalumnos han denunciado abusos, aunque según el Diari de Girona, serían, al menos, cinco personas.
El centro ha asegurado no tener "constancia de haber recibido ninguna denuncia de carácter sexual” y la semana pasada envió una carta a los padres de los alumnos escolarizados en el colegio para condenar los abusos y asegurar que el centro dispone de “protocolos eficaces”.
Con todo, a raíz de las indagaciones llevadas a cabo, la dirección del colegio ha encontrado una entrevista de 1999 entre una familia de Vilobí y un tutor, en la que los padres comentaron que sus hijos no habían hecho la Primera Comunión por una "enganchada" con el párroco. Años antes, el entonces director del colegio recuerda “haber atendido a unos padres que le mostraron extrañeza por unos comentarios del sacerdote durante una excursión con sus hijos”. “De ninguna de estas dos entrevistas se podía deducir que el sacerdote hubiera mantenido conductas inapropiadas con menores”, sigue el comunicado.
Manifestación en Montserrat
Víctimas de presuntos abusos sexuales por parte de clérigos han organizado una protesta ante el Monasterio de Montserrat (Barcelona), este domingo a las 10 horas, para pedir "transparencia y depuración de responsabilidades" tras los últimos casos que han salido a la luz, ha explicado a Europa Press el exscout Miguel Hurtado, que hizo público recientemente haber sufrido presuntos abusos del monje Andreu Soler.
Hurtado calcula que las presuntas víctimas pueden ascender a una decena, entre dos personas más que explicaron su situación ante medios y otras que han contactado con él a través de una dirección de correo que habilitó, y ha alertado que la cifra aún puede aumentar, aunque algunos no quieren explicarlo públicamente.
"Estamos disconformes con cómo el Monasterio está gestionando el caso", ha dicho, ante lo que la protesta pedirá la dimisión del abad de Montserrat, Josep Maria Soler, a quien Hurtado ha acusado de encubrir los abusos y de no salir actualmente a dar explicaciones. La protesta también pedirá que se establezca una comisión de investigación "realmente independiente", que tenga al frente a un jurista de prestigio, si conexiones con la Iglesia, y que gestione las denuncias, en lugar de hacerlo la Abadía.
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