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Un coro diferente como símbolo de la multiculturalidad

La Coral de Lavapiés reivindica otra forma de hacer música. Tras 17 años, preparan su primer disco, que verá la luz en verano

El músico argenito, Osvaldo Ciccioli, junto a los componentes de La Coral de Lavapiés el pasado 23 de enero.
El músico argenito, Osvaldo Ciccioli, junto a los componentes de La Coral de Lavapiés el pasado 23 de enero.INMA FLORES

En un sótano abovedado cerca de las Vistillas, suena la melodía de una canción conocida, Pongamos que hablo de Madrid, de Joaquín Sabina, pero la música no se proyecta desde instrumentos físicos, sino de las gargantas de una veintena de personas ataviadas con camisetas de diferentes colores. Son los integrantes de la Coral de Lavapiés, un grupo musical —que ensaya todos los miércoles en este local— formado por personas de todas partes del mundo y que han hecho de la capital su hogar.

También forman parte castizos como Juan Felipe Carrasco, criado en Tirso de Molina y vinculado al coro desde sus inicios en 2002. “Cantar en una coral te ayuda a escuchar a los demás, tienes que cantar tu cuerda, pero prestando atención a las otras, es hacer música desde la antítesis del individualismo y a mí eso me ha enseñado muchas cosas”, dice el madrileño.

“El ser humano es un animal musical, así que todos, o la inmensa mayoría de las personas podemos entonar una melodía”, dice Osvaldo Ciccioli, fundador de La Coral de Lavapiés

La mayoría de los coros funcionan con cuatro cuerdas (voces), dos masculinas (tenor y bajo) y dos femeninas (soprano y contralto) y, como explica el músico argentino Osvaldo Ciccioli —director y fundador de La Coral de Lavapiés—, “este género musical ha estado históricamente muy restringido por su vinculación al ámbito religioso”. “Nosotros reivindicamos otra forma de hacer música coral”, añade.

“Un coro es cualquier grupo de personas que se juntan para cantar, es un instrumento en sí mismo con el que se puede interpretar cualquier tipo de música, incluso hasta heavy metal”, aclara Ciccioli, quien realiza los arreglos de canciones populares, fundamentalmente de autor y latinoamericanas, que este grupo de coral independiente interpreta en conciertos que dan en la capital desde hace años. Temas de Joan Manuel Serrat, Manu Chao, Pablo Milanés, Caetano Veloso, Silvio Rodríguez, Queen, Violeta Parra o The Police, acompañados en ocasiones por una guitarra e instrumentos de percusión.

Un integrante de La Coral de Lavapiés mira una partitura.
Un integrante de La Coral de Lavapiés mira una partitura.INMA FLORES
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Gabriela Miranda llegó a España procedente de La Paz, Bolivia, hace tres años. “En mi país cantaba en coros así que cuando llegué aquí me puse a buscar uno porque lo echaba mucho de menos”, cuenta. Su primera idea fue intentar acceder al Coro de Radio Televisión Española, pero mientras averiguaba los procedimientos para hacerlo, descubrió a la Coral de Lavapiés en uno de sus conciertos. “Verlos allí, tan coloridos, cantando canciones que no son típicas de un coro me produjo una sensación difícil de describir”. Dos años y medio después, Miranda ha olvidado completamente su deseo de formar parte del coro del primer coro que había pensado en un primer momento. “Esto no es solo música, aquí he hecho grandes amigos que son como mi familia”, añade.

Al holandés Remmet Deen le ocurre lo mismo. “La diferencia de este coro es la calidad humana”. Deen se embarcó en esta aventura hace diez años. “Por aquel entonces, vivía en Cobeña, a 30 kilómetros de Madrid, y venía en moto. El director le dijo a uno de los compañeros que no creía que yo fuese a durar mucho y aquí estoy”.

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Cualquiera que lo desee puede formar parte de esta coral. “El ser humano es un animal musical, así que todos, o la inmensa mayoría de las personas podemos entonar una melodía”, dice Ciccioli, que dirigió un coro de 2.000 voces en el festival Cantapueblo de Argentina. “A algunos les costará más aprender y a otros menos”. Ciccioli ofrece un curso gratuito los lunes por la tarde para aquellos que no tienen formación previa en canto.

Su primer disco

Tras casi 17 años ensayando y actuando, la Coral de Lavapiés quiere grabar su primer disco. Para ello, lanzaron un crowdfunding el pasado diciembre con el que consiguieron recaudar 6.664 euros, aunque como cuenta su director “necesitan más ayuda económica”. “Nos queda un poco más para cubrir todos los gastos, así que cualquier ayuda es bienvenida, solo tienen que ponerse en contacto con nosotros”, explica.

El disco se empezará a grabar en febrero en tres estudios de Madrid. La copia digital verá la luz en julio y la versión física, después del verano. El repertorio contará con canciones populares como Clandestino, de Manu Chao, o Mediterráneo, Joan Manuel Serrat, y otras inéditas con la colaboración de músicos como el dúo de rock argentino Orozco-Barrientos y el cantautor gaditano Javier Ruibal. “Queremos que este disco sea un legado para futuras generaciones, que represente el trabajo colectivo de un coro y el potencial de este tipo de música”, concluye Ciccioli.

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