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Revés para los dos jefes de Podemos en Madrid

La gestión de los secretarios generales de Podemos en la Comunidad de Madrid y en la capital, Ramón Espinar y Julio Rodríguez ha resultado en el distanciamiento y ruptura con miembros destacados del partido.

Los secretarios generales de Podemos en la Comunidad de Madrid y en la capital, Ramón Espinar y Julio Rodríguez.
Los secretarios generales de Podemos en la Comunidad de Madrid y en la capital, Ramón Espinar y Julio Rodríguez.LUIS SEVILLANO / CLAUDIO ÁLVAREZ

Los secretarios generales de Podemos en la Comunidad de Madrid y en la capital, Ramón Espinar y Julio Rodríguez, tenían la misión de gestionar la confluencia de su formación con otras fuerzas de izquierda para las autonómicas y las municipales de 2019. Su gestión de las negociaciones y sus intentos de influir en las candidaturas de Íñigo Errejón y la alcaldesa Manuela Carmena ha resultado sin embargo en el distanciamiento y la ruptura con miembros destacados del partido.

Carmena reunió a su equipo más cercano el jueves a primera hora de la mañana para contarle el acuerdo con Errejón. El anuncio de que el candidato autonómico de Podemos se unía a Más Madrid para presentar, desde esa plataforma, su candidatura a las autonómicas, fue recibido con euforia y aplausos en Cibeles. En ese núcleo de confianza de la alcaldesa consideran que Errejón encarna al Podemos de los primeros tiempos, con un planteamiento político más transversal que el que ofrece una confluencia con partidos como Izquierda Unida

Después de que la dirección regional de Podemos suspendiese en noviembre a los seis concejales de su formación —incluida la portavoz Rita Maestre— por negarse a participar en las primarias del partido, el movimiento de ayer se vivió en el entorno de algunos de los cesados como un órdago que podría impactar también en las negociaciones que continúan con Julio Rodríguez. Otros consideraban que la decisión de extender Más Madrid a la Comunidad no influye en las conversaciones para la construcción de la candidatura municipal, que siguen su curso.

El partido de Pablo Iglesias no puede prescindir de Carmena en la capital, opinaban fuentes cercanas a los concejales cesados, horas antes de que el dirigente anunciase que el partido concurrirá con la alcaldesa para el Ayuntamiento pero competirá contra Errejón en la Comunidad. En ese análisis, las mismas fuentes añadían que si surge una candidatura más en la izquierda, a Más Madrid podría no venirle mal para barrer votos que después de las elecciones puedan sumar por una opción progresista. Mientras Podemos saltaba por los aires en Madrid, el entorno del exJemad se replegó sin hacer comentarios durante todo el día.

El choque entre Espinar, cercano a Iglesias, y Errejón, ha sido una constante desde que la dirección nacional envió a su fundador a Madrid en febrero de 2018 tras enfrentarse al líder y perder en Vistalegre II. El cisma de ayer llega después de varios días en los que Podemos ha demostrado que su capacidad de retransmitir en directo sus desavenencias internas sigue intacta. Esta semana el sector pablista, encarnado por Espinar, trató de forzar un acuerdo con IU para que su líder autonómica fuese su número dos. La noticia se filtró a los medios y Errejón, al desmentirla, ya apuntó que quien le interesaba a él era Carmena.

En abril de 2018 Espinar trató de imponer también su modelo de primarias. Errejón se plantó, rechazó el formato propuesto y exigió autonomía en el diseño de su campaña. Errejón ganó aquel pulso y las primarias, celebradas en mayo de ese año.

La tensión entre las dos principales familias de Podemos terminó por desplazar a la tercera, los anticapitalistas, que renunciaron a participar en las primarias. En su opinión, el proceso estaba diseñado para que el equipo ganador se lo llevase “todo y para expulsar a la disidencia”, según Lorena Ruiz-Huerta. La entonces portavoz en la Asamblea dimitió contrariada también porque su partido se concentrase en una lucha de poder en lugar de sacar del Gobierno a la entonces presidenta, Cristina Cifuentes, acosada por el escándalo de su máster.

La figura de Ruiz-Huerta encarna otro de los fracasos estructurales del partido. Todavía no han agotado su primera legislatura y Podemos ya va por el tercer portavoz en la Asamblea. El primero fue José Manuel López, el número uno de Podemos en las autonómicas de 2015, cesado en diciembre de 2016. En octubre de 2018, tras la dimisión de Ruiz-Huerta, el grupo parlamentario propuso por unanimidad que Clara Serra, cercana a Errejón, ocupase el puesto de portavoz. La dirección regional ratificó su nombramiento un mes después.

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