La Sagrada Familia construirá un gran voladizo sobre la calle Mallorca
Los vecinos del entorno de la Sagrada Familia están en completo desacuerdo con esa pretensión, que ha sido asumida por el Ayuntamiento inicialmente
Los planes y proyectos de la Sagrada Familia no cesan. Mientras las torres centrales trepan por el cielo con la meta final de 2026, en la tramitación urbanística del Plan Especial Urbanístico Integral del Templo de la Sagrada Familia, que concreta desde la edificabilidad total hasta la movilidad del entorno, se avanza en una nueva fase: la construcción de un gran voladizo a 25 metros de altura, de cinco metros de profundidad y de algo más de 50 metros de longitud en la fachada de la Gloria, la de la calle de Mallorca. La estructura crearía una inmensa pérgola hasta el mismo límite de la calzada.
Se trataría de una estructura que los responsables de la Junta Constructora vinculan al nártex de esa fachada. Sería, de facto, la primera gran pieza para poder construir el puente y la escalinata sobre la calle de Mallorca que persigue el templo, alegando que formaba parte del proyecto de Gaudí, un extremo que ha sido negado por expertos y por informes en la larga historia de la construcción del templo.
Los vecinos del entorno de la Sagrada Familia están en completo desacuerdo con esa pretensión de la Sagrada Familia, que ha sido asumida por el Ayuntamiento inicialmente —ese plan se aprobó en comisión de gobierno el 22 de noviembre— y que ahora se encuentra en fase de exposición pública. Los vecinos plantearán la nulidad de ese proyecto primero ante la propia Administración y, después, ante los tribunales.
La gran obra de Gaudí, en cifras
Construcción. Comenzó en 1882 y tiene prevista su finalización en 2026, coincidiendo con el centenario de la muerte de su ideólogo, Antoni Gaudí.
Visitas. Según el Observatorio de Turismo de Barcelona, en el año 2017 visitaron la basílica unos 4,52 millones de personas.
Récord de altura. Cuando termine su construcción, la Sagrada Familia será la iglesia más alta del mundo. La torre de Jesucristo llegará a los 172,5 metros de alto.
Ingresos. La basílica recibe unos 50 millones de euros anuales, en gran parte gracias a los turistas que la visitan.
Los planes del templo es que ese voladizo sea mayor, en concreto, de 10 metros de profundidad, lo que supondría construir un túnel sobre la calle de Mallorca. Y así lo dicen en el proyecto: “La cubierta se sitúa por encima del sistema viario de la calle de Mallorca con un vuelo variable de como máximo 10 metros y una longitud de 57 centrada en la fachada de la calle de Mallorca. En el presente plan solo se prevé la ejecución del elemento hasta un vuelo máximo de 5 metros, coincidiendo con la anchura de la acera”.
El crecimiento de ese voladizo de 5 a 10 metros se produciría, según los planes del templo, en la segunda fase del proyecto, en la que se enfocaría la construcción de la escalinata que supondría la expropiación de fincas y afectaría a 3.000 personas. Sería en esa segunda fase cuando se levantarían sobre el límite de la acera otras columnas —paralelas a las que ya aguantan la fachada de la Glòria y que se encuentran fuera del límite de la alineación de la fachada— que soportarían el voladizo hasta llegar a los 10 metros.
El proyecto está detallado en diferentes planos que se adjuntan al final de un prolijo documento de 250 folios que da por sentado, una vez más, que Gaudí ideó esa expansión fuera del perímetro de la manzana que ocupa el templo, aunque lo fundamenta en unos “álbumes” que publicó la propia Junta Constructora. Probablemente por eso el relato que hace en la memoria está plagado de expresiones como “probablemente” y “se podría deducir” al referirse al “proyecto” de Gaudí. Uno de los datos que concreta es que la edificabilidad total de la Sagrada Familia podría ser de 53.000 metros cuadrados.
Críticas vecinales
Sobre el destino y el porqué de una estructura que podría tener unos 250 metros cuadrados de superficie y estaría alzada a 25 metros de altura, el templo se escuda en que el voladizo forma parte del “proyecto de Gaudí” y que es normal en muchas iglesias. Y que su función es la de proteger a las personas de la lluvia sin que esté previsto que se habilite para otros usos. La enorme plancha estaría situada por encima de la puerta de acceso de la fachada de la Glòria.
“Esto se llama megalourbanismo y es una barbaridad”, califica Joan Itxaso, desde la asociación de vecinos de la Sagrada Familia, que no entiende cómo un consistorio gobernado por un partido como el que lidera Ada Colau se ha avenido a las pretensiones de la Sagrada Familia. Unos planes que quedaron en segundo plano, cuando no semiocultados, porque de ellos no se informó en el anuncio del acuerdo entre el consistorio y el templo el pasado mes de octubre. El pacto supone para la Sagrada Familia regularizar las obras, seguir con su planificación a cambio de abonar 36 millones de euros en 10 años para costear el desgaste urbano de las visitas de más de cuatro millones y medio de personas y para recursos de movilidad. También comportará el pago de la correspondiente licencia de obras, una cuantía que no se ha fijado. “Nos sentimos engañados porque si se aprueba ese voladizo se da el primer paso para la escalinata y porque se nos ha ocultado información”, añade Itxaso.
Este periódico ha intentado aclarar la posición del Ayuntamiento de Barcelona respecto al evidente impacto de un voladizo de esas dimensiones y de si su construcción no tendrá más consecuencias: “La continuidad del proyecto con la escalinata de acceso a la fachada de la Glòria por la calle Mallorca no es objeto del acuerdo de colaboración y, por tanto, no se desarrolla en esos documentos”.
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