El juez concluye que las hijas de Muñoz Ramonet “retuvieron ilícitamente” 658 obras de arte que el empresario dejó a Barcelona
El magistrado ve indicios de delito y deja a un paso de juicio a seis familiares del industrial por apropiarse de “la mayor parte” de la colección artística


Las cuatro hijas de Julio Muñoz Ramonet “retuvieron ilícitamente” un total de 658 obras de arte del patrimonio artístico que el industrial dejó a la ciudad de Barcelona antes de morir. En un auto al que ha accedido EL PAÍS, el titular del juzgado de instrucción número 29 de Barcelona, Santiago García, ha puesto fin, después de más de diez años, a la investigación por el supuesto expolio del legado. El magistrado aprecia indicios de delito contra un total de seis personas (incluidas las cuatro hijas del empresario y dos de sus nietos) y contra cuatro empresas, y rechaza las peticiones de archivo que habían formulado las defensas.
Antes de su muerte en 1991, Muñoz Ramonet dejó escrito en su testamento, redactado en Suiza, que el palacio de la calle de Muntaner de Barcelona y todo su contenido —incluida la extensa colección de arte que había acumulado en vida— pasaría a manos de la ciudad de Barcelona. Pese al silencio de las hijas sobre la última voluntad del padre, el Ayuntamiento acabó conociendo esa circunstancia y comenzó una batalla por el legado que no se resolvió, aunque de forma parcial, hasta 2007, cuando un juzgado concluyó que la Fundación Muñoz Ramonet era la propietaria legítima de ese patrimonio.
Los intentos de las hijas por evitar que se materializase la decisión no impidieron que, en julio de 2013, la Fundación tomara finalmente posesión del palacio de Muntaner. Los técnicos observaron, sin embargo, que buena parte de las obras que colgaban de sus paredes habían desaparecido. Esa constatación, unida a la declaración de antiguos empleados de la vivienda familiar (que afirmaron haber visto cómo dos camiones se llevaron obras de arte en los años 90) llevaron a la Fundación a presentar una querella por apropiación indebida y estafa procesal. El juzgado la admitió a trámite en junio de 2014. Pero, como todo lo que tiene que ver con los Muñoz Ramonet, el proceso ha sido complicado y, sobre todo, largo.
Ante las sospechas de que buena parte de esos cuadros siguieran en manos de la familia, el juez ordenó a la Guardia Civil el registro de viviendas y almacenes de su propiedad en Barcelona, Madrid y Valencia. Los agentes recuperaron un total de 474 cuadros, lo que ha servido a otro juez —el que ejecuta la sentencia civil que reconoció a la Fundación como propietaria— concluir que al menos 90 de esas obras pertenecen al legado de Muñoz Ramonet a Barcelona.
El juez concluye ahora, en el auto que pone fin a la instrucción, que existen indicios de delito contra las cuatro hijas de Muñoz Ramonet (Carmen, Isabel, Helena y Alejandra Muñoz), pero también contra dos nietos (Manuel Costelo y Carmen Lucía Escrivà) que supuestamente prestaron su “colaboración” para que las obras permaneciesen ocultas. Una de las hijas, Alejandra, ha fallecido recientemente, por lo que el juzgado acordará próximamente la extinción de su responsabilidad penal.
La resolución recuerda que, cuando la Fundación tomó posesión del palacete en 2013, “faltaba la mayoría de obras de arte incluidas en el legado y detalladas en inventarios”. Y concluye que los investigados “retuvieron ilícitamente y dejaron de entregar un total de 658 obras y objetos artísticos”, incluidas “352 obras pictóricas de gran formato”. “La mayor parte de las obras”, añade, “fueron trasladadas a diversos emplazamientos en Madrid” propiedad de la familia.
La defensa de los investigados había solicitado archivar la causa con el argumento de que el delito, en la hipótesis de haberse cometido, estaría prescrito. Pero el magistrado rechaza archivar la causa por ese motivo y pide a las partes que, en los próximos días, presenten sus escritos de acusación y defensa. La Fundación solicitará, previsiblemente, la apertura de juicio oral, lo que conduciría a las hijas de Muñoz Ramonet al banquillo de los acusados. El auto del juez, sin embargo, no es firme y puede ser recurrido. Existe la posibilidad, además, de que las partes lleguen a un acuerdo que permitiría a los investigados eludir el juicio.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
