El juez ordena entregar a Barcelona 90 obras del legado de Muñoz Ramonet rescatadas por la Guardia Civil
El magistrado señala que no se había dispuesto hasta ahora de los cuadros por la “intervención” de las hijas del industrial
Un juez ha ordenado que 90 obras del legado que el industrial Julio Muñoz Ramonet dejó a la ciudad de Barcelona sean entregadas a la fundación que lo gestiona. Hace cinco años, la Guardia Civil recuperó un total de 474 obras, la inmensa mayoría pinturas, que los herederos del empresario habían, presuntamente, ocultado en domicilios de su propiedad. El juzgado de lo civil que, en su día, valoró económicamente 106 obras —lo hizo a tientas porque las hijas no las habían entregado— ha acreditado ahora, a la vista del hallazgo y tras una reclamación de la Fundación, que 90 pertenecen efectivamente al legado y ha ordenado su “entrega material”, según el auto al que ha accedido EL PAÍS.
La herencia que Muñoz Ramonet dejó a Barcelona en 1991 ha sido objeto de una disputa que no termina y que se da en todos los frentes de batalla judicial. Uno de ellos es el civil. En 2018, el juzgado de primera instancia número 1 de Barcelona, dirigido por Guillem Soler, proclamó que las 106 obras reclamadas por la Fundación eran efectivamente de su propiedad, hizo una valoración económica aproximada (no disponía de ellas) e inició un proceso de ejecución contra las herederas por esas cantidades. Aunque la causa penal abierta en Barcelona señala que los herederos se habían apoderado, presuntamente, de una parte importante del legado, en ese momento el juez civil no pudo acreditar que otras obras, igualmente reclamadas por la Fundación, estuvieran incluidas en ese legado.
En marzo de 2020, por orden del juzgado de instrucción número 29 de Barcelona, agentes de la Guardia Civil irrumpieron en viviendas y almacenes de Madrid, Barcelona y Valencia donde los herederos tenían obras que, supuestamente, forman parte de la colección de arte que el industrial legó a la ciudad en testamento junto a su finca de la calle de Muntaner. En la operación se recuperaron también los inventarios de esas obras, que permanecen depositadas en un almacén de Viladecans.
La incautación ha permitido reactivar la ejecución en el procedimiento civil. El pasado diciembre, dos peritos (una de la fundación y otra de las hijas) plantearon sus conclusiones, dispares, en una vista. Tras analizar sus informes, el juez Soler concluye que 90 de las 106 obras que constaban en el procedimiento “pueden identificarse como las localizadas” por la Guardia Civil en los registros. Y ordena su “entrega material” a la Fundación, siempre y cuando eso no suponga ningún problema para la investigación penal. Una vez que esas obras se entreguen a su legítimo propietario, “se reducirá correlativamente la cantidad” reclamada a las hijas de Muñoz Ramonet, según la valoración hecha en 2018.
En su resolución, el juez admite que hubo que poner un precio a las obras “sin poderlas examinar y con información insuficiente”, lo que llevó a fijar “criterios a la baja”. Y, en base a los datos de la investigación penal, sugiere que hay “indicios” de que las herederas “han podido tener alguna intervención, directa o indirecta, más o menos intensa, en la no disposición efectiva hasta ahora” de la colección de arte.
El auto repasa, obra por obra, las razones por las que sea acredita o no su pertenencia al legado. Con carácter general, cuando se dispone de una fotografía previa que coincide con la localizada, el juez la da por buena. No otorga sin embargo tanta importancia al hecho de que haya “cierta discrepancia” entre los datos recogidos sobre una colección dispersa y no siempre bien inventariada. En total, concluye que 90 pertenecen al legado y por tanto son propiedad de la fundación, entre ellas obras del siglo de oro español (Bartolomé Esteban Murillo, José de Ribera, Francisco de Zurbarán), pero también algunas de Francisco de Goya, Eugenio Lucas o Thomas Gainsborough; y otras de autores más cercanos en el tiempo a Muñoz Ramonet, como Ramon Martí Alsina, Julio Romero de Torres o Joaquim Vayreda.
Soler aplaude la profesionalidad y el “tono distendido” que emplearon las dos peritos, aunque llegaran a conclusiones opuestas. La experta de la fundación partió del análisis de las fotografías, pero también de los inventarios, las escrituras de compraventa y las fichas del Ayuntamiento y de la colección Bosch Catarineu para afirmar que las 106 obras pertenecen al legado. La perito de las hermanas, en cambio, aseguró que “ninguna de las obras examinadas puede corresponder al legado” por desacuerdos en aspectos tan amplios como la autoría, la temática, la técnicas o las medidas del cuadro.
Las hijas han tratado de bloquear la entrega acordada ahora por el juez. Alegaron que las actuaciones de instrucción 29 podrían ser nulas (porque no se prorrogó a tiempo la investigación), que han sufrido indefensión (por las condiciones en que se localizaron las obras por parte de la Guardia Civil) y que han tenido limitaciones para llevar a cabo el análisis de las obras. El magistrado Soler no ve motivos suficientes para darles la razón y acuerda la entrega. La resolución no es firme y puede recurrirse.
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