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El cadáver hallado en el pantano de Boadella es el de un hombre de 55 años desaparecido en Llinars

El cuerpo fue encontrado dentro del agua y presentaba signos de violencia

Cartel de anuncio del hombre desaparecido.
Cartel de anuncio del hombre desaparecido.

Los Mossos d’Esquadra han identificado al hombre hallado muerto en el pantano de Darnius-Boadella (Alt Empordà) el pasado 24 de noviembre con dos piedras de 10 kilos atadas en el cuello y los tobillos como Vasili Korchagin. Según ha avanzado El Punt Avui y ha confirmado este diario, se trata de un hombre de nacionalidad rusa de 55 años, cuya familia había denunciado su desaparición el 29 de noviembre en Llinars del Vallès (Barcelona).

La víctima constaba desde el día que fue denunciada su desaparición en los carteles de Sosdesaparecidos, asociación sin ánimo de lucro que desde hace más de una década ayuda a familiares de personas desaparecidas. Esta fotografía fue una de las piezas que ayudó en la identificación final del cadáver.

El cuerpo sin vida de Korchagin, hundido a muy poca profundidad, lo encontraron el 24 de noviembre dos pescadores cerca del mirador de la presa pequeña del pantano de Darnius-Boadella, en el término municipal de Terrades. Se trataba de un hombre corpulento, con perilla, que llevaba camiseta, ropa interior y unas zapatillas deportivas, pero ni pantalones, ni calcetines, ni ropa de abrigo.

Los investigadores no hallaron por los alrededores del pantano el vehículo de la víctima. Tampoco la ropa, ni signos de que se hubiera producido la pelea en el lugar donde apareció el cadáver. Esta falta de indicios hizo pensar a la policía que podrían haberle matado en otro lugar y haber ido al pantano a deshacerse del cuerpo, intentando hundirlo con las piedras. Los Mossos d'Esquadra sospechan que las piedras provenían de una cantera cercana al lugar donde se deshicieron del cuerpo.

La víctima presentaba signos de haber sido golpeada en la cara, extremo que confirmó la autopsia, y al menos un fuerte golpe en la parte posterior de la cabeza, que todavía sangraba cuando la Unidad Acuática de los Mossos sacó el cuerpo del agua. La autopsia confirmó que no había agua en sus pulmones, lo que significaría que ya estaba muerto cuando lo tiraron al agua y que presentaba múltiples contusiones, algunas de ellas con heridas abiertas, y mortales. También mostraba señales de haber sido estrangulado.

Los agentes del Área de Investigación Criminal (AIC) de Girona, que se hicieron cargo del caso, investigan el entorno para localizar a los autores del crimen, cuyo móvil por el momento se desconoce. El caso está bajo secreto de sumario.

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