Madrid se organiza para ayudar a los 30.000 madrileños amenazados por el Brexit

Unos 30.000 madrileños residentes en el Reino Unido viven con angustia las negociaciones del Brexit, que pueden cambiar para siempre sus vidas de emigrantes. Como ellos, los 360.000 españoles nacidos en la Comunidad de Madrid que han decidido hacer las maletas, desperdigándose por 50 países, están sometidos al castigo de la distancia, al yugo de los vaivenes políticos y, en algunos casos, a las dificultades para volver a casa. Justo cuando arranca el descuento hacia las elecciones autonómicas de mayo de 2019, que volverán a subrayar las dificultades del voto rogado, el Gobierno de Ángel Garrido acaba de crear el Consejo de la Emigración y el Retorno de la Comunidad de Madrid. Su objetivo: impulsar la ayuda, asistencia y protección de los madrileños residentes en el extranjero y garantizar que ejercen sus derechos constitucionales en condiciones de igualdad con los que residan habitualmente en Madrid.

"Se trata de que nos comuniquen directamente las problemáticas a las que se enfrentan", explica : Ignacio Javier García, director general de asuntos europeos de la Comunidad. "La novedad número uno es la posibilidad de participación telemática, para que desde sus propios países de destino, y con nulo coste para la administración, nos pueden manifestar todos sus problemas, y tener una interacción con la Administración", sigue. "La segunda es la incorporación de los representantes de los consejeros de los residentes en el extranjero, que reciben directamente sus necesidades", añade. "La idea es hacer la primera reunión del consejo ya en 2018".

El nuevo organismo tendrá que velar por la situación de los madrileños expatriados, que se han multiplicado en el último decenio: al calor de la crisis, se ha pasado de los 197.545 registrados en 2009 en el padrón de españoles residentes en el extranjero a los 360.000 actuales. Deberá "acercar a los emigrantes y retornados la realidad económica, social y cultural madrileña" y "servir de cauce de comunicación e información entre los colectivos de emigrantes y retornados y la Administración regional". Y esa actividad se potenciará al incorporar a los consejos de residentes en el extranjero, cuyos representantes llevan años reclamando que se cree una circunscripción electoral exclusiva para los españoles residentes en el extranjero.

Mientras ese día llega, y mientras se debate en el Congreso la abolición del actual sistema del voto rogado, los cientos de miles de madrileños residentes en el extranjero ya tienen un puente con el que sentirse más cerca de casa. No es cosa menor. En el Gobierno aún recuerdan cómo el año pasado hubo que repatriar a un español residente en una abadía de monjes holandesa. Sufrió un ictus. La sanidad holandesa le atendió hasta que descubrió que no tenía ningún tipo de cobertura. De vuelta a Madrid, fue integrado en el sistema sanitario regional.

"Han cambiado los países de destino, el perfil sociológico y las necesidades de los emigrantes, que se ven inmersos sucesivamente en un proceso dinámico no solo de emigración, de salida al exterior, sino también de retorno, de vuelta a su país y su comunidad de origen, en función de la manera en que evolucionan las variables económicas, sociales y laborales", se argumenta en el texto del decreto, publicado este jueves en el boletín oficial de la región. "Hoy se debe prestar atención no solo a quien emigra por razones laborales, sino también al cada vez mayor número de personas que se trasladan a otros países para formarse", sigue. "Deben tenerse en cuenta las necesidades de quienes llegan a un nuevo destino, pero también de quienes deciden volver a nuestro país por efecto de la recuperación económica, y necesitan reanudar aquí sus vidas".