Endesa caza 18.000 robos de electricidad hasta octubre
La compañía fía a los contadores digitales, no manipulables, la reducción del fraude
El robo de electricidad sigue siendo una realidad a pesar de la cruzada emprendida por Endesa años atrás. Desde enero hasta octubre, la compañía ha abierto en Cataluña un total de 17.839 expedientes por defraudación de fluido eléctrico, lo que representa que se han conseguido recuperar 242 millones de kilovatios por hora (kwh) hurtados mediante métodos ilegales, los denominados kilovatios fantasma. Los responsables de la compañía prevén que el fraude se reduzca en paralelo a la instalación de los nuevos contadores digitales, que no se pueden manipular, obligatorios a partir del próximo año. El robo ya ha caído respecto a los 412 millones de kwh del año pasado.
Endesa, la principal eléctrica de Cataluña, detectó en la comunidad durante 2017 cerca de 34.000 casos de fraude eléctrico, lo que representa el 50% del total detectado por la compañía en España, teniendo en cuenta que suministra a Andalucía, Aragón, Badajoz, y los dos sistemas insulares. En el cómputo global a nivel estatal, el número de casos fue de 68.000, con 761 millones de kWh de energía recuperada. Una de cada cinco inspecciones permitió destapar un caso de fraude, en el 40% de los casos eran conexiones directas a la red por parte de usuarios sin contrato, el resto fueron dobles acometidas o manipulaciones de los contadores.
Endesa aplica una política de tolerancia cero desde hace años. Con ese objetivo ha redoblado los medios para combatirlo mediante diversas vías. Entre ellas un uso intensivo de las nuevas tecnologías, como la videoscopia y los trazadores, que permiten inspeccionar instalaciones subterráneas, empotradas en las paredes e inaccesibles a simple vista o la utilización de herramientas de análisis masivo de datos, que permiten agrupar los datos históricos de consumo y de contrato de las instalaciones sobre los que se aplican logaritmos de cálculo para la identificar si se consume lo que indica el contador.
La detección por estas vías es cada vez más efectiva, pero también se ha aumentado el número de inspecciones. Precisamente este mes se actuó junto a la Guardia Civil en un macrooperativo antidroga en Maçanet de la Selva que permitió detectar diversas viviendas que habían pinchado la red eléctrica para suministrarse de forma ilegal. En esos casos, el coste del fraude alcanzó los 80.000 euros.
La compañía defiende que la defraudación de fluido eléctrico es un grave problema para la seguridad. En los últimos años se han registrado numerosos casos de incendios en instalaciones y viviendas como consecuencia de estas manipulaciones. Desde la compañía afirman que el grueso del fraude no lo cometen consumidores en situación de vulnerabilidad energética, sino grandes consumidores, empresas industriales y de servicios como hoteles, restaurantes, campings y particulares con consumos elevados.
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