57 madrileños elegidos al azar fiscalizarán al Ayuntamiento en un pleno en la sombra

El Ayuntamiento de Madrid va a crear un pleno en la sombra que estará formado por 57 ciudadanos, el mismo número que los concejales que forman el equipo de Gobierno y la oposición. Serán elegidos por sorteo, tendrán un mandato de un año y se reunirán al menos ocho veces al año. La participación de los ciudadanos será voluntaria y solo cobrarán dietas. El Observatorio de la Ciudad hará "un seguimiento continuo de la acción de Gobierno", según Pablo Soto, concejal de Participación Ciudadana, Transparencia y Gobierno Abierto.

"Aunque un sorteo parezca improvisado, es uno de los elementos troncales de la democracia, incluso de su nacimiento hace más de 2.000 años", ha explicado Soto en la rueda de prensa tras la Junta de Gobierno que ha aprobado el proyecto inicial. La medida, que ya han probado en otros países del mundo como EE UU, Australia e Irlanda, ha tenido hasta ahora un carácter efímero pero en Madrid será permanente.

Para elegir a los miembros del observatorio el Ayuntamiento enviará 25.000 cartas –con un coste aproximado de unos 18.000 euros– a domicilios seleccionados por sorteo. Las personas empadronadas en esas viviendas que quieran participar entrarán en un segundo sorteo, que tendrá en cuenta la edad, sexo y distribución geográfica de la ciudad, para que la muestra sea representativa. Solo quedarán excluidas las personas que trabajen en el Ayuntamiento o tengan un cargo público y quienes hayan cometido delitos dolosos, apunta Soto.

Los 57 concejales en la sombra no cobrarán un sueldo, pero sí dietas los días de reunión. La cuantía de estas las tendrá que aprobar el Gobierno municipal pero que el concejal calcula que será similar a la que se pagan en las mesas electorales, de en torno a 60 euros. La iniciativa irá al pleno de enero o febrero y las cartas se enviarán en marzo.

Recomendaciones al Ayuntamiento

En las reuniones, los temas que tratarán les vendrán derivados del pleno y de la ciudadanía, y ellos mismos podrán proponer algunos. Tendrán además acceso a expertos y podrán deliberar y proponer soluciones en un dictamen con recomendaciones, al que el Ayuntamiento tendrá que responder en un plazo de 90 días. También tendrán capacidad para evaluar las propuestas ciudadanas más votadas y convocar consultas.

Madrid ya tenía un órgano llamado Observatorio de la Ciudad. Según Soto, tenía un cometido similar, vigilar la acción política del Gobierno, pero estaba formado por concejales responsables de áreas. El equipo de la alcaldesa Manuela Carmena lo disolvió para crear el que se ha perfilado este miércoles para que sea la ciudadanía quien ejerza esa supervisión de la acción municipal.

Para diseñar el observatorio el Ayuntamiento se fijó en ejemplos de otros países. En Irlanda, como explicó el concejal, fue un conjunto de 100 ciudadanos elegidos por sorteo de forma que demográficamente fuesen representativos el que propuso el referéndum sobre el aborto que finalmente se celebró en mayo pasado. En Australia, como ningún político se atrevía a decidir dónde colocar un cementerio nuclear, conformaron un grupo elegido al azar que propuso una solución innovadora. En Canadá se encargó a ciudadanos poner la base de la reforma de la ley electoral.

En la convocatoria de Inteligencia colectiva para la democracia de Medialab Prado de 2017 un grupo de investigadores de diversas universidades, junto a miembros de la New Democracy Foundation de Australia o el centro Jefferson de Estados Unidos, hizo una propuesta para el Observatorio. Sobre esa base ha trabajado el Área de Participación Ciudadana en el último año. Según Soto, la iniciativa, que fue presentada en el Foro Global de Democracia en Roma, está generando interés y atención internacional.