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La presión contra los narcopisos del Raval tensiona La Mina

Algunos vecinos temen que los toxicómanos se trasladen el barrio de Sant Adrià del Besòs

Un agente del Grup Especial d'Intervenció custodia un narcopiso del Raval
Un agente del Grup Especial d'Intervenció custodia un narcopiso del Raval Albert Garcia

La venta de droga es como la Bolsa, aseguran fuentes policiales, sube y baja en función del mercado. Por eso La Mina está en tensión desde el lunes, según vecinos del barrio, debido a la macrorredada del Raval, donde se cerraron 26 narcopisos y otros 14 pisos más relacionados con la venta de las drogas. “Todavía es pronto, pero ya se nota algún movimiento”, explican esas mismas fuentes. En el barrio de Sant Adrià de Besòs, donde se vende droga 24 horas al día, temen que parte del centenar de toxicómanos que identificaron los Mossos y la Guardia Urbana en los narcopisos se trasladen a la Mina para comprar la heroína.

“La operación ha generado tensión entre los vecinos y también entre quienes venden la droga”, añaden esas mismas fuentes, que consideran que si se actúa en El Raval, la teoría de los vasos comunicantes les hace pensar que parte de esas personas acabarán en La Mina, donde también existen narcopisos, y hay menos presión social que en Barcelona.

Fuentes policiales calculan que existen entre 3 y 4 inmuebles que ejercen esa función desde hace años. Los suelen regentar toxicómanos de “confianza” de los camellos y en su interior se permite, además de la compra, el consumo de la droga. “Están muy concurridos”, aseguran esas mismas fuentes policiales, que indican que en un solo día se pueden vender entre 200 y 300 dosis de droga en el barrio.

Los Mossos identificaron el lunes a cerca de un centenar de toxicómanos en los narcopisos del Raval en los que irrumpieron para desmantelar la estructura que los dirigía y proporcionaba las microdosis de heroína. Muchos de ellos alegaron que tenían frío y buscaban un sitio en el que cobijarse.

El Ayuntamiento no preparó un dispositivo especial para atender a los consumidores. La alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, aseguró que ya existe un servicio de atención suficiente en la ciudad, que ha sido reforzado en los últimos meses. En la sala de venopunción Baluard han detectado un mayor número de usuarios: de los entre 50-54 consumos de los días anteriores a la macroperación policial, pasaron a 77 en la noche del lunes, lo que supone un incremento superior al 40%.

“Desde la mirada de la salud pública es una buena noticia el cierre de tantos narcopisos”, asegura la comisionada de Salud, Gemma Tarafa, que explica que han alertado a los educadores, que este año han aumentado a 23 frente a los 10 del anterior. “Nos aseguran que no ha habido incidencias durante la noche”, añade.

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El Ayuntamiento prefiere que los toxicómanos consuman en la sala Baluard, acompañados de sanitarios, en lugar de en los narcopisos: “Nos beneficia desde el punto de vista de la salud”, sostiene Tarafa, que cuenta que el 10% de las personas que entran en la sala dan el salto a ayudas del tratamiento. “Hemos de ser prudentes porque han pasado 24 horas de la operación. Nosotros hacemos reuniones diariamente y veremos por la recogida de jeringuillas si se ha desplazado el fenómeno y lo evaluaremos”, concluye la comisionada de Salud.

El problema es que en la sala Baluard los drogodependientes no pueden comprar la heroína, algo que sí obtienen en los narcopisos. “Hay muchos consumidores por las calles. Se ha visto mucha presencia de gente merodeando buscando nuevos lugares donde comprar y muchos buscando locales y pisos que volver a ocupar. Se ha visto lo mismo que pasa cuando cierran un punto pero a lo bestia”, indica Ángel Cordero, de Acció Raval. Los vecinos tienen detectados 17 narcopisos que siguen abiertos en El Raval, en calles como Cardona, Reina Amàlia o Joaquim Costa. Fuentes policiales lo reducen a una docena en toda Ciutat Vella.

Uno de sus temores es que ante la falta de demanda, el precio de la droga suba. “Esto repercutirá en el comportamiento de algunos consumidores que puedan volverse agresivos”, añade Cordero. También temen a las reocupaciones e incluso han estado a punto de tapiar un narcopiso de la calle de Valldonzella, propiedad de un fondo de inversión, donde habían intervenido los Mossos. Finalmente, lo tapió el Consistorio. El juzgado de instrucción 27 de Barcelona ordenó el precinto de los pisos.

Los Mossos d’Esquadra buscan a 20 personas huidas

Los Mossos d’Esquadra buscan a 20 personas por su presunta relación con los narcopisos del distrito barcelonés de Ciutat Vella, donde el lunes, con apoyo de la Guardia Urbana, llevaron a cabo una macroperación policial, una de las más grandes vividas en la ciudad. Los agentes les acusan de formar parte de la organización criminal que controlaba 26 pisos en el barrio barcelonés. A última hora de ayer, los agentes detuvieron a dos personas más, lo que eleva a 57 el número de arrestados, la mayoría de origen dominicano.

Los Mossos realizaron también cuatro entradas de carácter administrativo en establecimientos de Ciutat Vella, relacionados con la red de tráfico de drogas, para comprobar sus permisos y licencias.

La operación Barcardi supuso el despliegue de 700 agentes, la mayoría por las calles del Raval. Los policías también detuvieron a algunos de los sospechosos en Poble-sec, Nou Barris, Esplugues de Llobregat, L’Hospitalet o Badalona.

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