Penas mínimas para exdirectivos de banca por confesar su complicidad en un fraude millonario
Los acusados han reconocido que pagaban facturas falsas que fabricaba el cerebro de la trama de Las 5 Jotas
Cinco de los directivos de sucursales bancarias juzgados este lunes por complicidad en el fraude millonario de facturas falsas, creado en torno al grupo Las 5 Jotas, verán reducidas al mínimo sus condenas al confesar los hechos ante el tribunal. Estos empleados de las sucursales de La Caixa y BBVA, que supuestamente dieron cobertura a operaciones irregulares del cerebro de la trama, el empresario José Manuel Costas, entre 2007 y 2011, verán reducida su condena de casi tres años a solo nueve meses.
A la espera de que el fiscal cambie su escrito de acusación y rebaje la condena solicitada en la última jornada de juicio, los cinco acusados podrían haber alcanzado un acuerdo de conformidad a cambio de reconocer los hechos. Incluso la pena que les imponga en la sentencia se podría sustituir por trabajos en beneficio de la comunidad.
Los acusados han admitido haber cometido delito continuado de falsedad en documento mercantil al permitir al principal acusado de la trama centenares de operaciones irregulares cuyo montante supera los 150 millones de euros, aunque muchas de ellas prescribieron. El propio Costas, que también se sentaba en el banquillo, declaró que en los bancos operaba con absoluta impunidad. “Me lo consentían todo”, afirmó el empresario y administrador del grupo de carpintería que fue detenido en junio pasado en Portugal después de protagonizar una fuga de casi dos años para eludir la prisión.
Costas ha insistido ante la juez en que la mayor parte de los responsables de los cuatro bancos implicados ayudaron a la red a cobrar hasta diez millones a través de facturas falsas que luego iban a parar en negro a las empresas que formaban parte de la trama (la mayoría adjudicatarias de obra pública) a las que Costas les facturaba.
En estas sucursales de La Caixa, BBVA, Banesto y Banco de Galicia (estos dos últimos absorbidos por el Santander) le permitieron realizar a Costas la misma mecánica tras abrir cuentas bancarias a nombre de otras personas, muchos de ellos autónomos, sin su conocimiento. El empresario falseaba las firmas de los supuestos titulares para realizar movimientos de ingreso, reintegro, cheques y pagarés, que iban desde los 400 euros a los 100.000, sin que los empleados pusiesen objeciones a estas operaciones irregulares.
José Manuel Costas, que junto a su hermano Jacobo ya acumula 91 procesos contra él en los que fueron implicadas importantes constructoras, también se enfrenta a una condena de dos años de prisión. Sin embargo solo cumplirá seis años de pena, el triple de la condena más alta.
También en esta primera jornada del juicio los exdirectivos acusados del antiguo Banco de Galicia y de Banesto negaron los delitos que se les atribuyen y descartaron que hubiesen consentido o promovido operaciones fraudulentas o irregularidades en la apertura de cuentas y movimientos de dinero en ellas. Todos estos empleados han mantenido que desconocían que Costas abriera varias cuentas a nombre de sus empleados.
El interventor del extinto Banco de Galicia ha reconocido que había una "confianza excesiva" en el empresario y, en el momento en que uno de los empleados rumanos del grupo se dirigió al banco para alertar de que no había autorizado ninguna cuenta a su nombre, se cancelaron todas las que había abierto el empresario. "Ahí nos dimos cuenta de que Costas nos había engañado", declaró.
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