Se duplican los ciclistas muertos en la carretera en cuatro años
De los seis accidentes mortales contabilizados por el Servicio Catalán de Tráfico (STC) en 2013 se pasó a los 13 del año pasado: 11 en zonas interurbanas y dos en ciudades
Salir en bicicleta se entiende como una actividad de ocio común, pero también puede convertirse en un deporte de riesgo. En los últimos cuatro años cuantificados, los accidentes mortales de ciclistas se han duplicado en Cataluña. De los seis contabilizados por el Servicio Catalán de Tráfico (STC) en 2013 se pasó a los 13 del año pasado: 11 en zonas interurbanas y dos en ciudades.
“Estamos preocupados por los ciclistas”, admite el jefe provincial de la Dirección General de Tráfico (DGT) en Barcelona, Adrià Puigpelat. “La bicicleta llegó para quedarse, pero las cifras de siniestralidad son demasiado elevadas”, lamenta. El número de heridos también aumenta considerablemente. En 2017 se contabilizaron 1.885 en las carreteras catalanas, 399 más que en 2013.
Desde los distintos organismos relacionados con la red viaria se apela a la formación y la responsabilidad al volante como la mejor receta para reducir los atropellos. También proponen iniciativas concretas: “Apoyamos reducir la velocidad en las carreteras y creamos 138 rutas ciclistas protegidas”, reivindicó Puigpelat en un acto celebrado ayer en el Centro de Alto de Rendimiento (CAR) de Sant Cugat. Se le suma Carlos Amoretti, representante en Cataluña de STOP Accidentes. “Los radares son solo sancionatorios. Si tengo dinero, seguiré saltándome la norma, y eso no sirve, queremos una educación en todo el ciclo vital, y debería haber una asignatura en las escuelas que se llamara Movilidad”, reflexionó.
Puigpelat y Amoretti aplaudieron la última iniciativa del fabricante de coches Hyundai. La firma coreana presentó una campaña para proteger a los ciclistas. Sus concesionarios pondrán a disposición de los clubes coches de asistencia, también en función de protección, para que acompañen a los grupos que salen a la carretera los fines de semana. El vehículo de asistencia se sitúa tras los ciclistas para impedir que los coches que circulan en la misma dirección se acerquen a los corredores cuando les adelantan.
“Da mucha confianza saber que no tendrás un coche pegado a un milímetro durante tres kilómetros, y que pueden pitarte. Estas situaciones generan mucho estrés encima de la bicicleta”, admite Clàudia Pérez, miembro del equipo de triatlón del CAR. Ella y sus compañeros se entrenarán a partir de ahora con un vehículo permanentemente a sus espaldas. “Tener un coche escoba permite rodar tranquilo”, confirma Juan Peralta, ciclista olímpico.
La campaña es exclusiva para clubes, no para cicloturistas esporádicos, y los interesados deberán presentar su petición a través de una página web. La iniciativa ya tuvo una primera prueba en 2017, y tras la buena acogida popular, este curso se ofrecerá de forma ininterrumpida. La pretensión es reducir los atropellos mortales. “Actualmente hay una normativa basada en el vehículo de motor que no contempla los nuevos paradigmas de movilidad”, alerta Puigpelat: “La bicicleta es un fenómeno a contemplar”. Y proteger.
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