Los servicios financieros y a empresas tiran de la economía de la Comunidad de Madrid

La economía madrileña crece desde 2014 —con un 3,9% interanual, según los últimos datos oficiales del segundo trimestre de 2018— y lo hace cada vez más volcada en el sector servicios, que supone ya algo más del 86% del valor añadido bruto del PIB (VAB, concepto usado para medir la riqueza generada) de la Comunidad. Sin embargo, no es la de la distribución y la hostelería la rama que más pesa dentro de los servicios madrileños, sino los servicios a empresas y financieros; estos suponían poco más del 38% del VAB en 2010 y en el segundo trimestre de 2018 ya era el 41,4%. Mientras, la importancia de la distribución y la hostelería apenas ha variado en ese tiempo, del 24,1% al 24,6%, según las cifras publicadas por el Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid.

Dentro de la rama de actividad de los servicios a empresas y financieros, explica un portavoz de la Consejería de Economía, se incluyen los de información y comunicaciones (edición de libros, periódicos, programas informáticos, actividades cinematográficas, de radio y televisión, telecomunicaciones por cable, servicios de información, etcétera); las actividades financieras y de seguros; las profesionales, científicas y técnicas (actividades jurídicas y de contabilidad, consultorías, arquitectura e ingeniería, investigación y desarrollo, publicidad, estudios de mercado, etcétera), y administrativas y servicios auxiliares (agencias de empleo, de viajes, seguridad e investigación, limpieza, etcétera).

Por último, también cae bajo este epígrafe uno de los sectores más boyantes actualmente en la región: las actividades inmobiliarias, es decir, las de compraventa, alquiler y gestión de bienes inmobiliarios.  Una muestra de su efervescencia es que las inmobiliarias encabezan la apertura de establecimientos en la Comunidad de Madrid de los últimos años, al alcanzar los 16.126, un 20% más que en 2015, según las estadísticas oficiales del Gobierno madrileño.

Por lo demás, mientras la agricultura mantiene su aportación casi marginal a la generación de riqueza regional (pasando del 0,26% al 0,15% desde 2010), la industria es la que sigue perdiendo gran parte de lo que van ganando los servicios: ha pasado en el mismo periodo de suponer el 9,71% al 8,24%. Los sindicatos y la oposición política (Podemos y PSOE) insisten una y otra vez en los peligros de olvidar el sector industrial (que en 2008 todavía generaba el 10,4% de la riqueza) para volcarse casi únicamente en los servicios, aunque estos vayan mucho más allá de la hostelería. Por último, la construcción sigue representando en torno al 5% del PIB.