Un terrorista del 17-A: “Mis amigos me dijeron que destruir iglesias estaba bien según el islam”
Mohamed Houli declara que pretendían destruir "monumentos", como la Sagrada Familia, de noche
Mohamed Houli, uno de los encarcelados por los atentados terroristas del 17-A en Barcelona y Cambrils, asegura que se dejó llevar por sus amigos de toda la vida y que se “arrepiente” de haber planeado los ataques. “Mis amigos me dijeron que destruir iglesias y monumentos estaba bien según el islam”, sostiene en su declaración ante la Audiencia Nacional el 22 de agosto del 2017 y que ha trascendido ahora. Houli mantiene que la intención inicial de la célula de Ripoll era atentar con explosivos contra “monumentos históricos” de Barcelona y, en particular, contra iglesias. Decidieron que intentarían volar la Sagrada Familia porque era “la más conocida”. Su objetivo, matizó, era actuar “de noche” y “sin hacer daño a ninguna persona”.
Houli, que amplió ante el juez las seis declaraciones que había prestado ante los Mossos d'Esquadra, admite que se involucró en los atentados “dos meses antes” del 17 de agosto. Pero no por una especial motivación religiosa, sino por ayudar a los amigos de su colla, a quienes conocía desde el colegio. “Me propusieron para la fabricación de explosivos. Me dijeron si quería ayudarles. Tenía mis amigos y nos pusimos de acuerdo y dije que sí, que ayudaría”. Con sus amigos, afirma, ni siquiera mantenía “grandes discusiones sobre religión”. Además, en ese momento pensó que “no iba a ser tan grave” porque, según lo hablado, los atentados serían de noche y sin daños personales.
El grupo había acumulado una gran cantidad de explosivos en una casa okupada de Alcanar. Pretendían cargar todo ese material “en furgonetas” para, llegado el momento, “hacerlas explotar” junto a los monumentos. También habían preparado “cuatro o cinco” bombas de tubo “para lanzarlas dentro de los monumentos como si fueran granadas”, en caso de que el explosivo principal fallara. Pero la célula no estaba preparada, según Houli, porque aún tenía que secarse el explosivo y debían repartirse los papeles.
Todo cambió, sin embargo, el 16 de agosto, cuando una brutal explosión sacudió la vivienda de Alcanar. Houli estaba en el porche de la casa lavando los platos. Eso le salvó la vida. Pero Yousseff Aalla y el imán Es Satty estaban en la casa y murieron. No sabe qué ocurrió. “Posiblemente alguien tocó algo o removió algo”. Houli fue trasladado al hospital y el resto del grupo decidió entonces idear un plan B. Por la tarde del día 17, Younes Abouyaaqoub -uno de los integrantes de la célula- atropelló a decenas de personas en La Rambla de Barcelona y, por la noche, mientras Younes iniciaba su huida, otros miembros de la célula sembraban el pánico en el paseo marítimo de Cambrils.
Su colla de amigos había ocupado la casa de Alcanar dos años antes. El imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, les había convencido, explicó Houli, para trasladarse allí, donde podrían encontrar trabajo recogiendo fruta. En una de sus visitas, el joven -hoy encarcelado- vio unos sacos de pólvora. Sus amigos le dijeron, siempre según su declaración, que eran para “un prototipo de petardo”. Sobre las bombonas de butano, le indicaron que querían montar “un negocio de compraventa de bombonas”.
Houli atribuye todo el plan al imán de Ripoll. “Nos había inculcado que era parte del islam, que estaba bien (…) Nos decía que estaba bien el martirio, pero que también se podía hacer contr monumentos y tal”. En su declaración, de hecho, admite que en la casa de Alcanar había preparado un solo chaleco real con explosivos, porque Es Satty “se quería inmolar”. Houli asegura que él no estaba de acuerdo -“no me parece bien matar a gente”- pero que se trataba de “una elección de Es Satty”.
La cuestión es que, desde al menos un par de meses antes del 17-A -siempre según su declaración- Houli ya estaba involucrado en el plan para cometer atentados. El objetivo, insiste ante los Mossos, era “detonar el explosivo a distancia”. Preguntado por qué otros objetivos concretos tenían además de la Sagrada Familia, Houli no lo especifica. “Solo sé que eran iglesias, pero no conozco ninguna más en Barcelona. A propósito de la existencia de un plan B que incluyera atropellos o apuñalamientos, Houli asegura que no estaba sobre la mesa. Por el momento. “Todavía no habíamos hablado nada, hasta que se terminara el material. Luego hablaríamos de lo que se haría si nos salía bien”.
La furgoneta de Driss
Otra de las declaraciones que figuran en el sumario es la de Driss Oukabir, también investigado por alquilar a su nombre la furgoneta con la que Younes cometió el atropello masivo de La Rambla. Driss es hermano de Moussa Oukabir, uno de los integrantes de la célula de Ripoll que murió abatido por la policía tras el ataque de Cambrils. En su declaración, Driss Oukabir insiste en su inocencia y asegura que solamente cedió su nombre para que su hermano y sus amigos pudieran hacer una mudanza.
Driss asegura que actuó “de buena fe” y para “hacerle un favor” a su hermano, que por la edad de él y de sus amigos no podían alquilar por sí mismos la furgoneta. El día 17, tras los atentados y después de que su imagen se hiciera pública, Driss acudió a entregarse a comisaría. Inicialmente dio que le habían robado la documentación. “Estaba acojonado de que me pegaran un tiro. Tenía miedo de lo que me podía pasar por algo que no había hecho. Me acojoné. Pero al final colaboré con todo”.
En la declaración, el juez y la fiscal insisten en la inconsistencia de algunas de sus explicaciones. Pero Driss se mantiene firme en su inocencia. “A mí me han tomado el pelo. Si llego a saber todo esto me habría quedado en Marruecos”. Cuando la fiscal solicita su ingreso en prisión provisional sin fianza, el investigado protesta, aunque sin éxito. “He ido a entregarme, ¿por qué me tendría que dar a la fuga ahora, si saben dónde vivo? Tengo a mi novia y a mi familia aquí”.
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