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Una escuela de segunda oportunidad para ‘ninis’

El Ayuntamiento de Barcelona abrirá un centro en 2019 para reincorporar a los estudios reglados a jóvenes de entre 16 y 25 años que no estudian ni encuentran trabajo

Jessica Mouzo
Las instalaciones donde el Ayuntamiento albergará la escuela de segunda oportunidad
Las instalaciones donde el Ayuntamiento albergará la escuela de segunda oportunidadAyuntamiento de Barcelona

El Ayuntamiento de Barcelona ya ha puesto fecha y lugar para dar una nueva oportunidad a los jóvenes ninis, que no estudian ni trabajan. En septiembre de 2019, el Consistorio abrirá su primera escuela de segunda oportunidad para ayudar a estos chavales a reincorporarse al circuito de los estudios reglados.

A través de un tratamiento personalizado y de la mano de un equipo multidisciplinar de profesionales, el centro prevé reincorporar a chavales de entre 16 y 25 años al circuito de estudios reglados y dotarlos de herramientas para acceder al mercado laboral. Un estudio de la Fundación BCN Formación Profesional cifra en 17.000 los jóvenes barceloneses sin estudios ni empleo.

“Detectamos en su momento que los índices de personas con estudios superiores en Barcelona crecía, pero también lo hacían los de jóvenes que abandonaban los estudios. El objetivo de este tipo de centros es evitar que los jóvenes se descuelguen de los estudios y del mundo laboral”, explicó ayer la teniente de alcalde de Derechos Sociales y alcaldesa accidental, Laia Ortiz. Según el estudio de 2016 de la Fundación BCN Formación Profesional, el 13,2% de los jóvenes barceloneses de entre 16 y 24 años no estudia ni encuentra. Estos chavales, además de tener muy baja cualificación académica, tienen problemas para continuar o retornar al sistema educativo, no están preparados para incorporarse al mundo laboral y tienen recorridos vitales de alta complejidad.

El perfil: joven sin estudios ni trabajo

Este nuevo dispositivo municipal está dirigido a jóvenes de entre 16 y 25 años que no tengan estudios ni trabajo. El perfil, concretamente, es el de un hombre, soltero, de nacionalidad española y con estudios básicos no finalizados.

Según el Consistorio, este centro está pensado para chavales en alguna de estas situaciones: que finalicen la ESO sin haber obtenido la titulación académica, jóvenes con el graduado de la ESO que han decidido o se han visto obligados a dejar de estudiar, yo jóvenes en situación de paro y sin cualificación profesional.

La escuela, ubicada en el barrio de Navas contará con un grupo de seis profesionales (coordinador pedagógico, orientadores, profesores, educadores, etc.) que serán los encargados de pilotar el proyecto. “La clave es el diseño individualizado. Hacemos lo contrario de lo que ya viene dado. Partimos de cómo está este joven en este momento, cuáles son sus competencias y sus potencialidades”, apuntó la teniente de alcalde.

El objetivo, indicó Ortiz, es lograr que estos jóvenes, que no estudian ni tampoco encuentran trabajo por su bajísimo o nulo nivel de estudios, puedan retornar a los estudios reglados y dispongan de herramientas para entrar en el mercado laboral. Para ello, los chavales que entren en este nuevo dispositivo municipal recibirán una atención socioeducativa personalizada que va más allá de la meramente formativa. Así, además de que se impartirán aprendizajes académicos y competenciales para el mundo laboral, también cobrará importancia todo el ámbito psicoeducativo, emocional y “actitudinal” para “recuperar la autoestima de los alumnos”, dijo el Consistorio.

Ortiz insistió en que, precisamente esta atención integral con el abordaje socioeducativo en el punto de mira, es precisamente “donde falla el sistema”. “Queremos acompañar a los jóvenes y conseguir que recuperen los estudios y ofrecer a los alumnos una atención integral más allá de la instrucción educativa que se da en una centro ordinario de secundaria”, apostilló la alcaldesa accidental.

En un principio, según explicó Ortiz, el centro contará con 60 plazas para el curso académico 2019-2020 y se pretende ampliar hasta las 120 plazas al año siguiente. Cuando los alumnos se matriculen y el curso empecie a rodar, el equipo docente empezará a analizar y evaluar la situación formativa de cada alumno. Con el diagnóstico en la mano, se pondrá un marcha un plan personalizado para cada joven con formación y herramientas para mejorar sus habilidades personales y se les facilitarán itinerarios de formación. Los profesionales de la escuela de segunda oportunidad harán un seguimiento y evaluación de cada alumno a lo largo del curso.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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