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La huelga de taxis en Barcelona termina con violencia y enfrentamientos con los Mossos

Los manifestantes protestan contra el Gobierno por la suspensión cautelar del reglamento de la AMB que limitaba las licencias de coche con conductor

Manifestación de taxistas en Barcelona este miércoles.
Manifestación de taxistas en Barcelona este miércoles.JOAN SÁNCHEZ

La protesta de taxistas que ha colapsado el centro de Barcelona este miércoles al mediodía ha terminado con escenas de violencia y enfrentamientos entre varios manifestantes y los Mossos d'Esquadra, que se han visto obligados a dispersarlos. La manifestación de los taxistas, que se han desplazado desde la sede del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) hasta la delegación del Gobierno, ha transcurrido sin incidencias hasta el final, cuando algunos grupos de taxistas han agredido a vehículos con licencia VTC y los Mossos han intervenido. La huelga, que terminará a las seis de la madrugada del viernes, es una protesta contra la suspensión cautelar del reglamento del Área Metropolitana de Barcelona que limitaba las licencias que utilizan aplicaciones como Uber o Cabify. Estas empresas han decidido suspender su servicio a causa de las agresiones, "hasta que vuelva la normalidad".

La manifestación que los taxistas habían convocado para este miércoles, en el marco de una huelga de 48 horas que ponía fin a meses de relativa tranquilidad, se preveía intensa y encendida, y así ha sido. Más de un millar de taxistas han protestado contra la suspensión cautelar del reglamento metropolitano que pretendía limitar las licencias VTC y reducir a la mitad las 800 que hay en el área de Barcelona. El objeto de la protesta era doble: por un lado el TSJC, ente que ha emitido la suspensión cautelar, y por otro el Ministerio de Fomento, que junto con la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia puso un recurso contra el reglamento al entender que invadía competencias estatales y autonómicas.

La marcha de los taxistas ha ido desde la sede del TSJC hasta la delegación del Gobierno, en un ambiente sin incidencias aunque con los ánimos calentándose a cada paso. A los habituales petardos y bengalas, se han sumado cánticos como "¡guerra, guerra, guerra!" y "el taxi, unido, jamás será vencido". En la protesta han participado más de 150 taxistas de otras comunidades autónomas.

En el sector del taxi, muy atomizado, conviven pequeños empresarios o flotas familiares con conductores muy activos en la lucha del sector, que han conseguido imponer a las protestas una puesta en escena más radical, donde predominan las camisetas negras, las bengalas, las máscaras y los petardos. En los últimos años, muy convulsos para el sector por la llegada de aplicaciones como Uber y Cabify, ha cobrado importancia la asociación Elite Taxi, que ha capitaneado la protesta de este miércoles. 

Aunque ha transcurrido sin incidentes, la manifestación ha terminado con varios episodios de violencia. Grupos de taxistas han atacado a varios coches con licencia VTC que se encontraban en las inmediaciones de la marcha, entre ellos un vehículo privado del Hotel Palace y un automóvil en el que viajaba una familia. Más tarde, los taxistas se han enfrentado a los Mossos d'Esquadra, que les han dispersado.

A partir de ahí, los pocos taxistas que quedaban han empezado a cortar calles céntricas de la ciudad, como la Gran Via, la Estación de Sants y la Plaza Universidad, mientras los Mossos los encapsulaban para dispersarlos. Dos taxistas han sido identificados, uno por causar daños y otro por desacato a la autoridad. Los taxistas han terminado constituyendo una asamblea en Sants, en la que han decidido emprender mañana, segunda jornada de huelga, una "marcha lenta" que partirá de la Terminal 2 del aeropuerto de El Prat.

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Condena de los ataques

La patronal de las empresas VTC, Unauto, ha condenado los ataques y ha anunciado la suspensión del servicio "hasta que se recupere la normalidad", y ha pedido a las instituciones y a las fuerzas de seguridad que actúen contra los responsables. También la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera, ha condenado las agresiones, y ha asegurado que "es más fácil apoyar cuando no hay violencia". Grupos municipales como el PDECAT también han condenado los ataques.

Sobre la suspensión del reglamento de la AMB, la alcaldesa de Barcelona, que en calidad de presidenta de la AMB impulsó la autorización metropolitana para las licencias VTC, ha pedido "la retirada automática del recurso", y ha defendido la legalidad de la medida, aunque el Gobierno insiste en que se invaden competencias estatales y autonómicas.

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