Juicio a dos mujeres por pasar heroína a un preso en la prisión de Teixeiro
Desde 2010, se han judicializado al menos otros siete casos por introducción de narcóticos en este centro penitenciario de A Coruña
Dos mujeres de Betanzos serán juzgadas este jueves por la sección primera de la Audiencia de A Coruña, acusadas de un delito contra la salud pública, al haber entregado varias dosis de heroína y hachís a un interno, durante un vis a vis, en diciembre de 2015. Las acusadas, una de ellas por antecedentes similares, afrontan condenas de seis y cuatro años de prisión, el pago de las costas del juicio y una multa de más de dos mil euros, el duplo del valor de la droga incautada, que en caso de impago será sustituida por ocho más de privación de libertad.
Ambas acusadas, D.J.B., y T.J.G., según recoge el escrito de acusación de la Fiscalía de A Coruña, solicitaron permiso para visitar al interno durante tres horas, con el propósito de proporcionarle sustancias que causan grave daño a la salud. Las mujeres no encontraron obstáculo para pasar las sustancias en los controles policiales de la prisión, pese a que los funcionarios del penal someten a los visitantes a meticulosos cacheos para cumplir con las estrictas normas penitenciarias.
Pero los estupefacientes fueron descubiertos al día siguiente en poder del interno, también procesado por tráfico de drogas pero fuera del proceso al haber fallecido un año después de los hechos. En su celda le intervinieron una papelina con casi ocho gramos y medio de heroína, de apenas 39 por ciento de pureza, valorada en 570 euros, y otra que, aunque de mayor cantidad, estaba mucho más adulterada, según los test reactivos, cuyo precio en el mercado negro era de 375 euros. También se le encontraron 27 gramos de resina cannabis que en la venta al por menor hubiera alcanzado el precio de 147 euros.
Desde 2010, se han producido otros siete casos similares en la misma prisión coruñesa que han derivado en juicios y contundentes condenas. En el primero de los procesos abierto en estos últimos ocho años, la novia de un recluso aceptó una condena de dos años de prisión. En el control de seguridad, a la mujer se le intervinieron varias dosis de resina de hachís y 50 comprimidos del medicamento psicotrópico Trankimazín que llevaba ocultos en el interior de su cuerpo.
El último juicio celebrado en enero pasado en la Audiencia de A Coruña, un interno, José Ángel R.C. también fue condenado a tres años y tres meses de prisión por posesión de sustancias estupefacientes, pese a que presentaba un grave problema de drogadicción por el que recibía tratamiento con metadona.
El interno llevaba pocos días en la cárcel de Teixeiro para cumplir una condena por tráfico de drogas, cuando los funcionarios del centro penitenciario le registraron sus pertenencias y hallaron hasta 97 comprimidos de diversas sustancias que había logrado introducir para consumo propio y para la venta a otros internos. Los estupefacientes estaban ocultos en dos huevos de chocolate y su valor en el mercado era de 500 euros.
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