La Audiencia da carpetazo al asesinato del cura de Vilanova dos Infantes
Los sospechosos, de nacionalidad croata, quedan desimputados porque se han agotado sin resultado "todas las diligencias para el esclarecimiento de los hechos"
La muerte violenta del párroco de Vilanova dos Infantes, Adolfo Enríquez, y el robo de la Virxe do Cristal, segunda imagen devocional más pequeña del planeta, seguirán siendo un misterio mientras la Guardia Civil no descubra alguna pista que la juez de Instrucción, Olalla Para, considere suficientemente sólida como para reabrir la causa. Su decisión de sobreseer el caso, tomada hace meses ante el estupor de la familia del sacerdote que custodiaba la venerada Virxe do Cristal en el municipio de Celanova, ha sido respaldada ahora por la Audiencia de Ourense. Según ha informado con una breve nota el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, la Sección Segunda de la Audiencia Provincial ha confirmado el auto de conclusión de sumario sin procesamiento dictado en principio por el Juzgado de Instrucción número 1 de Celanova. De esta manera, los dos únicos sospechosos contra los que se dirigían las pesquisas desde que fueron detenidos en 2016, dos ciudadanos croatas, tío y sobrino, residentes entre Ourense y Asturias, quedan desimputados.
La Sala de lo Penal de la Audiencia confirma de esta manera del sobreseimiento provisional de la causa, al entender que se han practicado "todas las diligencias pertinentes para el esclarecimiento de los hechos" y que, con estas agotadas, no existen indicios suficientes para "poder dirigir la acusación contra sospechoso alguno". El párroco de Vilanova dos Infantes, Adolfo Enríquez Méndez, fue asesinado en marzo de 2015 en el transcurso de un supuesto robo en el que no faltó dinero pero toda la casa apareció revuelta y desapareció la diminuta talla de la Virxe do Cristal. El cadáver apareció en el pajar de la casa rectoral con señales de haber sido brutal y reiteradamente golpeado antes de morir. Todas las señales apuntaban a que los asaltantes trataron de arrancarle algún secreto. El religioso llevaba casi siempre encima la pequeña figura para protegerla.
Los dos sospechosos aparecían en las cuentas manuscritas que llevaba el cura. Adolfo Enríquez anotaba las cantidades de dinero que daba a todas las personas que solían acudir desde diversas zonas de Ourense y Portugal atraídas por su caridad. Dos de los beneficiarios eran los que un año después del asalto fueron detenidos. Uno de ellos reconoció haber estado en la rectoral la mañana anterior a la muerte del cura, que se produjo durante la noche, pero la instructora consideró que las pruebas no eran suficientes para que cumpliesen prisión provisional y los dejó libres con cargos. Tras intentar sin éxito recabar información sobre sus mensajes en Facebook en los días del asesinato, en enero de este año la juez de Celanova dictó un auto en el que se sobreseía la causa.
El portavoz de la familia, José Manuel Enríquez, sobrino del párroco asesinado, ha asegurado, en declaraciones a Europa Press que se esperaban el sobreseimiento porque él y sus padres nunca han tenido "el mejor trato de colaboración, respeto, cariño o afecto" por parte de la juez que ha instruido el caso. Visiblemente afectado por la confirmación de la Audiencia, atribuye a la instructora un "comportamiento singular" y "anómalo" en este caso, y también lamenta la actitud de la fiscalía. "La familia creyó en la justicia, sigue creyendo en el estado de derecho, pero no en determinados administradores de la justicia en este país", ha reiterado el sobrino del sacerdote asesinado.
José Manuel Enríquez ha reconocido no obstante el trabajo de la Guardia Civil, que ha puesto "todo su esfuerzo, sacrificio y trabajo" para resolver el suceso que golpeó a su familia y a todo el pueblo de Vilanova. La Guardia Civil "es lo único que tenemos", lamenta, y en este caso los agentes de Ourense "no han contado con la intervención" de los equipos de élite de la UCO, declaraba hace unos días Enríquez a El País, lo que habría podido impulsar las pesquisas.
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