La mujer del presunto asesino de Susqueda niega que le tuviese miedo
Londoño asegura que Magentí no la dejó sola en el pantano, adonde fueron al día siguiente del crimen
La mujer del presunto asesino del pantano de Suqueda, Nancy Londoño, aseguró este miércoles ante el juez que "nunca había tenido miedo ni se había sentido amenazada" por su marido, Jordi Magentí, acusado de matar a los jóvenes Marc Hernández y Paula Mas, de 23 y 21 años, en agosto del año pasado. La mujer sí reconoció que una madrugada se enviaron simultáneamente 12 mensajes desde su móvil a teléfonos de Girona y Colombia, incluido el 112, en el que pedía ayuda, “SOS ayuda” y con algunas fotos oscuras, pero negó haberlo hecho "voluntariamente". La mujer lo atribuyó a un "posible virus o troyano" que hubiese infectado su teléfono, según explicó el abogado de Magentí, Benet Salellas.
Londoño también aseguró ante el juez que el día después de los crímenes fueron a la playa de enfrente de La Rierica –en esta última es donde los Mossos creen que se cometieron los crímenes–, pero negó que su marido la dejase sola dos horas. Dijo que no lo perdió de vista en ningún momento, y lo tuvo siempre a unos 20 o 25 metros de distancia. También afirmó que no era la primera vez que iban. Su versión contradice la explicación que el propio Magentí dio a los Mossos cuando les ayudaba en la búsqueda de los jóvenes, antes de ser investigado. El hombre contó que la había dejado sola dos horas, para adentrarse por un camino, y dijo que era la primera vez que la llevaba a dicha playa. Los Mossos consideraron entonces que Magentí la dejó sola probablemente para “acabar de hacer desaparecer los efectos de los chicos, motivo por el cual se habría ausentado del lugar”.
Tras la petición de todas las partes de tomar declaración a la mujer de Magentí, Londoño llegó la semana pasada a Girona desde Colombia y este miércoles declaró ante el juzgado de instrucción 2 de Santa Coloma de Farners, junto a su hija veinteañera. Durante más de una hora y cuarto, la mujer intentó exculpar a su marido, del que dijo que siempre se ha declarado inocente. También relató que habían ido muchas veces al pantano, juntos y por separado, a buscar setas, leña o fresas, e incluso acompañados de su hija. El juez le pidió que entregue las fotos que tiene del pantano.
Nancy se casó con Jordi Magentí en Colombia en 2013 y en 2015 en Anglès, y cuando lo hizo sabía, según Salellas, que Magentí había matado de cuatro tiros a su primera mujer en 1997. Desde entonces han pasado pocas épocas viviendo juntos, unos dos años y medio en 2013, y en 2016 unos meses en Colombia y entre 2015 y 2017 un año y medio en Anglès. El 3 de septiembre de 2017 viajó a Colombia porqué encontrón un billete barato, como ya tenían previsto ha dicho, no instada por su marido una vez apareció el coche de las víctimas, como sospechan los investigadores.
La letrada de las familias de las víctimas, Maria Monguilod, calificó de “poco creíble” la versión “beneficiosa” para el presunto asesino dada por madre e hija. Según ella, “ambas sabían perfectamente qué decir y no se han salido en ningún momento de su guion. Cuando se las ha apretado un poco, no recordaban”. La letrada destacó que ambas viven de la pensión del preso. A preguntas del fiscal, explicó que Magentí recibe unos 900 euros mensuales que va directamente a su cuenta en Colombia y que saca unos 700 para vivir. Nancy no trabaja y la hija tiene un sueldo que correspondería a unos 210 euros.
Por su parte, Salellas se mostró “indignado” por el hecho de que Magentí lleve cuatro meses y medio en la cárcel y que las “las únicas diligencias que ha practicado" el juzgado sean las declaraciones de Londoño y su hija, "que para lo que es el esclarecimiento de los hechos no tienen absolutamente ninguna relevancia”, sentenció.
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