Ópera y ‘bocatas’ a la fresca
El Liceo lleva a ‘Manon Lescaut', de Puccini, en directo a más de 300 pantallas de España, Francia, Italia y Portugal
Ni mil, ni dos mil…cien mil personas vieron ayer la función de la ópera Manon Lescaut, de Giacomo Puccini, que se representó esa misma tarde en el teatro del Liceo de Barcelona. Un lapso de dos horas separaron el desarrollo de la función y su transmisión televisiva para que la noche facilitara el visionado y que algunos de los artistas pudieran desplazarse al Arc del Triomf, de Barcelona, uno de los cinco puntos de la ciudad donde se instalaron pantallas y sillas en lo que es la cuarta edición del Liceu a la fresca.
En la plaza Salvador Seguí, en el corazón del raval barcelonés, las luces del entorno se apagaron para que se apreciara bien el espectáculo. Junto al cartel del Liceu a la fresca se veía otro: “Bocatas a la fresca, 2,50 euros”. La iniciativa de vender bocadillos fue de la asociación de vecinos de Illa Robadors que colaboró en la difusión del acontecimiento. Poco a poco se fueron llenando las sillas con un público tan heterogéneo como el propio Raval. Entre ellos, la concejal del distrito de Ciutat Vella, Gala Pin.
La función se pudo ver en 266 municipios de Cataluña, 24 en el resto de España, dos de Portugal, seis de Francia, uno de Italia y otro de Andorra. En total, 305 pantallas proyectaron la ópera en una retransmisión que corrió a cargo de TV3, que la emitió por el canal 33, La 2 de Televisión Española para el resto de España y RTP 2 de Portugal.
La Manon Lescaut, una de las óperas más populares de Puccini, que se vio ayer fue la creada por el director de escena italiano, Davide Livermore. Sitúa parte de la acción en Ellis Island, el centro de internamiento donde entraban los emigrantes a Nueva York a finales del siglo XIX. Bajo la dirección musical de Emmanuel Villaume, los protagonistas fueron el renombrado tenor norteamericano Gregory Kunde, que encarna al joven enamorado Des Grieux, la soprano Liudmyla Monastyrska — una de las más reconocidas en la actualidad— , que debutaba en el papel de Manon y David Bizic, en el papel de Lescaut, junto con el coro y la Orquesta Sinfónica del Liceo.
Cuando se presentó la iniciativa del Liceu a la Fresca tanto Kunde como la soprano Monastyrska subrayaron lo “especial” que era saber que al otro lado de las pantallas les estarían escuchando miles de personas. Un público que asistió a una versión de la ópera de Puccini que denuncia el drama de la prostitución y la inmigración. Porque en este montaje, Manon es una prostituta deportada que acabará muriendo durante la cuarentena en el centro de Ellis Island. La historia de un amor apasionado con una de las arias más bellas —Sola, perduta, abbandonata— que canta Manon que, a buen seguro, conmovió al público.
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