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Buch agrava la crisis de los Mossos colocando a un político al frente

El consejero del Interior deja vacante el puesto de jefe de la policía catalana al no renovar ni sustituir al comisario Ferran López

Rebeca Carranco
El conseller de Interior, Miquel Buch, saluda al comisario jefe de los Mossos d' Esquadra Ferran López
El conseller de Interior, Miquel Buch, saluda al comisario jefe de los Mossos d' Esquadra Ferran LópezQuique García (EFE)

El consejero del Interior, Miquel Buch, ha puesto de manera provisional como jefe de los Mossos a un político. Las funciones que hasta ahora ejercía el comisario Ferran López serán asumidas por el director de la policía, Andreu Martínez. La decisión ha caído como un jarro de agua fría en un cuerpo que atraviesa una grave crisis por el procés. Interior alega que se trata da una decisión provisional a la espera de una reestructuración más profunda del cuerpo. Fuentes policiales aseguran que ya se está preparando un despacho en la sede central de Mossos para el nuevo director.

La decisión llegó a mediodía del jueves día en forma de nota de prensa. El consejero del Interior, Miquel Buch, aceptaba la renuncia que Ferran López le hizo el pasado 4 de junio, como la persona designada por el Ministerio del Interior para sustituir al mayor Josep Lluis Trapero, cesado por el Gobierno central. López le comunicó que daba por acabada esa labor, puesto que ya había un nuevo Gobierno de la Generalitat.

Buch tenía dos opciones: ratificar a López o relevarlo y elegir otro comisario. Lo que pocos mandos se esperaban es que el consejero optase por no sustituir la figura del jefe de Mossos, y hacer depender a la actual escala de mando del director general de la policía, Andreu Martínez. López sigue sin saber qué puesto ocupará en Mossos, y quienes eran sus segundos, el jefe territorial, Miquel Esquius, y el jefe de los servicios centrales, Joan Carles Molinero, deberán reportar directamente al director de la policía.

Es la primera vez que Mossos no tiene a un jefe policial al frente. “Es una politización absoluta del cuerpo, que no es admisible ni siquiera transitoriamente”, lamentan mandos de Mossos, que se preguntan quién se encargará ahora de asumir la representación técnica con el resto de policías, o quién redactará las órdenes operativas internas. “¿Se hará de manera colegiada? ¿Lo hará el propio director? El cuerpo necesita un jefe policial”, sentencian.

A eso se suman las formas en las que se ha gestionado el tema más delicado que tenía Buch sobre la mesa: la más que previsible sustitución de Ferran López por su papel simbólico como comisario del 155. Buch ha tardado 10 días en aceptar su renuncia, alargando la agonía sobre el futuro de Mossos, sin poner a nadie en su lugar. López fue citado a la una de la tarde en el Departamento de Interior, junto a Molinero y Esquius. El consejero les comunicó la decisión de dejar vacante el puesto y poner al frente al director de la policía. A las dos y media de la tarde, Interior informó a la prensa y la mayoría de mandos se fue enterando a través de los medios de comunicación de la inaudita decisión.

Interior abre ahora una etapa de “análisis de la actual estructura” de los Mossos d’Esquadra para “proponer, si hace falta, las medidas necesarias para reforzar y adecuar la organización policial” a las necesidades de la ciudadanía. El Departamento no ha puesto una fecha límite para esta situación.

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Por ahora, los sindicatos de los Mossos se muestran prudentes sobre la decisión tomada y esperan a ver los siguientes pasos que dará el consejero. “Suponemos que será momentáneamente, pero si se alarga en el tiempo, pondremos el grito en el cielo”, aseguran fuentes sindicales.

Los Mossos d’Esquadra no han levantado aún cabeza de un periodo muy duro, en el que han visto a su jefe imputado por sedición y organización criminal y decenas de agentes, investigados por su actuación durante el referéndum ilegal del 1 de octubre. Durante ocho meses, el mando del cuerpo ha estado en una situación de interinidad, intervenidos por el Gobierno central, que dudaba de la lealtad de la policía catalana. A ello se suma la desconfianza de jueces y fiscales, que anunciaron su intención de apartar de las investigaciones a los Mossos. Los mandos se han esforzado en recuperar esa confianza perdida, insistiendo en su neutralidad política y su profesionalidad. La decisión de Buch, aseguran fuentes policiales, pone en entredicho ese trabajo.

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Sobre la firma

Rebeca Carranco
Reportera especializada en temas de seguridad y sucesos. Ha trabajado en las redacciones de Madrid, Málaga y Girona, y actualmente desempeña su trabajo en Barcelona. Como colaboradora, ha contado con secciones en la SER, TV3 y en Catalunya Ràdio. Ha sido premiada por la Asociación de Dones Periodistes por su tratamiento de la violencia machista.

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