Los catalanes que retrataron a las estrellas de Hollywood

Mientras se desmoronaba el imperio romano, a Lucilla, la hija del emperador Marco Aurelio, la pillaron fumando un cigarrillo sentada en una cuadriga. No lo hicieron los pretorianos de su malvado hermano Cómodo, sino dos catalanes. Y también engancharon a Lara Antipova —en pleno tema con Yuri Zhivago— estirando las (preciosas) piernas en un trineo. Y a la condesa rusa Natalie Ivanoff, de 55 días en Pekín,con actitud felina sobre la cama en su dormitorio.

La pareja que tuvo esas privilegiadas vistas de Sophia Loren, Julie Christie y Ava Gardner respectivamente y las inmortalizó en imágenes de maravillosa espontaneidad y rara intimidad eran los hermanos de Cervera Claudi y Frederic Gómez Grau, que durante parte de la época dorada de Hollywood trabajaron como fotógrafos (foto fija) en los rodajes de muchas de las grandes superproducciones, entre ellas La caída del imperio romano, Lawrence de Arabia y Patton.

A descubrir al gran público la personalidad, las insólitas carreras y las sorprendentes fotos de los hermanos está dedicada la exposición Prop de Hollywood, fotografíes de Claudi i Frederic Gómez Grau que se inauguró el jueves en la Filmoteca de la Generalitat, donde podrá visitarse hasta el 16 de septiembre. La muestra, comisariada por el director de la Filmoteca, Esteve Riambau, tiene como preámbulo una enorme foto en la que aparece Frederic de rodillas, cámaras al cuello, poniéndole el fotómetro ante la cara a un inmenso león que lo mira como pensando si pegarle un zarpazo o un mordisco. “Me gustaba la foto por lo que tiene de simbólico, porque parece el mismísimo león de la Metro”, señala Riambau, que confiesa que no se trata de ese célebre felino sino de uno que tenían como reclamo turístico en un hotel de Addis Abeba cuando se rodó Shaft en África (1973), de John Guillermin, tercera entrega del personaje encarnado por Richard Roundtree.

La exposición es una selección del fondo de 6.284 fotos de rodajes y diferente material fílmico de los Gómez Grau donado por la familia a la Filmoteca —Claudi, nacido en 1907, falleció en 1989 y Frederic (1920) en 2013—. El material de los hermanos (“un verdadero tesoro”), que en la muestra se ciñe a diez superproducciones estadounidenses rodadas en parte en paisajes españoles, se presenta acompañado de detalles escenográficos que hacen aún más emocionante la visita: sillas de rodaje con el nombre de los directores de las películas, carteles vintage, unos farolitos chinos sobre la monumental foto del set de 55 días en Pekín (en Madrid, en realidad), nieve artificial en el suelo del espacio dedicado a Doctor Zhivago o arena —con filtros naranja en las luces— en el de Lawrence de Arabia.

Lean, Ray, Heston

El paseo por la muestra es entretenidísimo y lo realiza el aficionado con una sonrisa a la vez feliz y melancólica. Ahí están David Lean haciendo localizaciones en Jordania frente a un vastísimo paisaje que parece el mismísimo Wadi Rum de Feisal, los personajes de Doctor Zhivago en la estación de Moscú (Madrid Delicias), Nicholas Ray junto a la cruz en la que clavan a uno de los dos ladrones que flanquearán al Rey de reyes (el Gólgota estaba en Navacerrada), Charlton Heston despachando, Tizona en mano, a un enemigo de El Cid, James Mason ayudado por técnicos a enfundarse en su coraza de Timonides o George Cukor dirigiendo una animada escena de Viajes con mi tía.

“Empezaron en Cervera en un negocio familiar de fotos de bodas, bautizos y comuniones”, explica Riambau de la fenomenal trayectoria de los Gómez Grau. Claudi tenía una cámara de cine de aficionado y rodaba películas etnográficas sobre la Segarra (quién le iba a decir que un día rodaría en Aqaba). “Entonces el cine de Hollywood llegó a España y desembarcó cerca de su casa”. Eran los años, finales de los cincuenta, en que Franco ofrecía mano de obra barata —si hacían falta muchos extras prestaba al Ejército— y todo tipo de facilidades a los estudios a cambio de divisas y de la presencia de estrellas internacionales que vendían una imagen más amable de la sombría España de la dictadura.

Los Gómez Grau se incorporaron a la gran caravana de los sueños sobre todo como fotógrafos. Samuel Bronston los fichó para todas sus grandes películas. Luego corrió la voz y los hermanos trabajaron en una lista asombrosa de filmes inolvidables. “Hacían el trabajo de foto fija, las instantáneas de rodaje que luego servían para la publicidad o para poner en los vestíbulos de los cines, pero seguían fotografiando cuando el rodaje se paraba, y obtenían imágenes insólitas de los actores y actrices en los descansos”. La favorita del comisario es la de la Loren en la cuadriga.

Del aprecio que cosecharon los Gómez Grau dan fe fotos dedicadas, como la de George C. Scott caracterizado de Patton (“a Freddy”) o la de Richard Harris en El hombre de una tierra salvaje. En otra aparece Claudi junto a John Wayne en un papel de fotógrafo, precisamente, un cameo en El fabuloso mundo del circo, de Hathaway. “Es increíble que estos dos personajes, Claudi y Frederic, sean hoy unos auténticos desconocidos”, lamenta Riambau, que confía en que la exposición, que incluye la proyección de algunas películas de rodajes que hicieron los hermanos, sirva para revelar su cinematográfica historia.