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Un acusado de introducir heroína en Galicia justifica su patrimonio con un desguace de coches

Su esposa, también juzgada como cómplice, dijo que pudo comprarse coches de alta gama y un chalé en Pontevedra con herencias y su sueldo de funcionaria de la Xunta

El jefe de la unidad de drogas de la Pontevedra muestra un alijo de heroína oculto en un Porsche Cayenne.
El jefe de la unidad de drogas de la Pontevedra muestra un alijo de heroína oculto en un Porsche Cayenne. ÓSCAR CORRAL

Castor Manuel García González y su mujer, el matrimonio de la localidad pontevedresa de Mos acusado de integrar una red de gallegos y albaneses que introducían heroína en Galicia, han negado su relación con un alijo de 54 kilos capturado en 2016 ante el tribunal que le juzga esta semana en la Audiencia de Pontevedra. El fiscal antidroga y la brigada de la Udyco de la policía que logró interceptar en un Porsche Cayenne el alijo, valorado en 2,5 millones de euros, señala a García González como el máximo responsable en la provincia de Pontevedra de esta organización que operaba desde Barcelona para enviar la droga desde Holanda vía Turquía.

Pese a que tiene antecedentes por tráfico de estupefacientes, Castor Manuel, que afronta una condena de 17 años de prisión y multa de 9,5 millones, declaró que nunca se dedicó al tráfico de drogas y que amasó importantes ingresos procedentes de una empresa de desguace compraventa de coches que heredó de su padre y a la que se dedica desde el año 1982.

Su mujer, María del Carmen C.D., para la que la fiscalía solicita una condena de 15 años, ha justificado su patrimonio con su trabajo de funcionaria en la Xunta de Galicia y los alquileres de varios bajos comerciales que compró con el dinero que heredó de sus padres y otras aportaciones que estos le hicieron en los últimos años. Así, dijo, pudo comprarse un Mercedes y un Jaguar y tener 50.000 euros en su cuenta corriente del, además de construir un chalé valorado en 340.000 euros.

Los agentes de la Udyco explicaron que la aprehensión de alijo fue posible por los seguimientos y escuchas telefónicas que realizaron al matrimonio, pese a las medidas de seguridad que estos adoptaban, como utilizar móviles portugueses. La policía constató que su nivel económico no se correspondía con los ingresos que declaraban legalmente. Además, hacían continuos viajes por todo el territorio español y desplazamientos a Turquía, uno de los centros internacionales del tráfico de heroína.

En la segunda sesión del juicio también declararon otros dos acusados, José R.R., de Vigo, y el exguardia civil Marcos Antonio G.B., de Ribadumia, que formaban parte del último eslabón del grupo. Ambos procesados sólo respondieron a las preguntas de sus abogados defensores y negaron los hechos que les atribuye el fiscal.

A los dos presuntos vendedores se les interceptaron conversaciones telefónicas en las que mencionaban a “los turcos". Marcos Antonio explicó que se refería a una operación de compra de vieiras a unos vecinos de Noia para completar la jubilación que recibía como exagente de la Benemérita.

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En el banquillo también se sientan dos ciudadanos albaneses, Rinush G. y Sokol R., el que fue detenido en Tui cuando acababa de aparcar el coche con la droga aunque reconoció los hechos ante el tribunal. Sin embargo el considerado jefe de la trama albanesa, Nikolin J.A., no compareció ante el tribunal por lo que se ha dictado orden de detención con él.

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