Baño de nostalgia en el piso de ‘Friends’
Una exposición sobre la icónica serie de los noventa en la Casa del Lector de Madrid agota 4.500 entradas en menos de 48 horas
Bajo el techo de la Casa del Lector de Madrid se ha instalado durante cuatro días una fiel réplica del piso de Monica Geller, una de las seis protagonistas de la sitcom americana de los noventa Friends, que se ha convertido en el lugar de peregrinación de miles de fans que en menos de 48 horas agotaron las entradas de una exposición organizada por el canal de televisión Comedy Central.
El #FriendsFest, un evento acompañado por la emisión de todos los capítulos de la serie, llega por primera vez a España tras su éxito en Reino Unido. La muestra incluye el sofá naranja de la cabecera, futbolines para emular a Joey y Chandler y vestidos de boda para hacerse una foto en la capilla de Las Vegas donde Ross y Rachel contrajeron matrimonio. Cuando mañana cierre sus puertas, 4.500 personas habrán pasado por una exhibición cargada de nostalgia noventera.
Las paredes moradas, el marco amarillo sobre la puerta, el teléfono inalámbrico, las vistas al hombre desnudo, las tazas y galletas sobre la mesa redonda de la cocina... Los detalles que han hecho de la serie un icono televisivo son incontables. Cada hora, 140 personas que han pagado cinco euros por entrada, se sumergen en el piso de Monica para sacarle humo a la cámara del teléfono móvil y brillo a las publicaciones en redes sociales. “Todo el mobiliario es original, se puede ver que el sofá está desgastado”, cuenta Leonor Iradier, directora de Marketing de Comedy Central. De hecho, en la nevera de la cocina descansan los sándwiches de Joey y en el congelador, una copia de The Shining y otra de Little Women, los libros que aterraban al compañero de piso de Chandler.
Luis Nieto, uno de los trabajadores que se ocupa de disparar instantáneas a los visitantes, se muestra sorprendido por el entusiasmo del público cuando llega a la muestra de 200 metros cuadrados: “La gente viene superilusionada y conocen cada particularidad del mobiliario. En la cola me han comentado que pedían hasta 150 euros por una reventa”, señala. Entre el público asistente el verbo que más se repite es identificar. “Cada fan se identifica con un personaje o con un poco de todos”, comenta en una de las colas Jorge Muñoz, de 31 años.
Mientras suena en bucle I’ll Be There For You, de The Rembrandts, la icónica canción que da paso a la serie, la locura se desata con un grupo de quinceañeras ataviadas con la camiseta de Friends que saltan de una foto a otra como auténticas groupies. “La llevamos viendo desde pequeñas por nuestros padres. Es la mejor serie del mundo y no pasa de moda”, cuentan las jóvenes Bárbara Baert y Marta Gamboa mientras esperan su turno para vestirse de novias e inmortalizar el momento.
También acuden muchas familias con hijos pequeños, como Álvaro de la Iglesia, de 34 años, que sujeta a su bebé en brazos “sorprendido” de ver a tanta gente más joven. “Es atemporal y multigeneracional”, señala Edurne Zamora, de 28 años, que tan solo echa de menos la recreación de la cafetería Central Perk, donde los personajes pasaban el tiempo bebiendo café y charlando. El pico de glucemia nostálgica llega cuando en el salón del piso de Monica las hermanas Fátima y Cristina Arenas, de 20 y 19 años, recrean la escena en la que Chandler le pide matrimonio a su chica. “Aunque la hayas visto 50 veces y sepas lo que van a decir, siempre te hace gracia”, explican. “La serie forma parte de la cultura de cada país, y va pasando de generación a generación y toca temas que no han envejecido mal”, explica Iradier. Al igual que la puesta en escena: “Mientras muchos pisos se quedan anticuados, la decoración de Monica ha soportado el paso del tiempo. Es un espacio muy femenino y muy cuqui que no ha pasado de moda”. Iradier reconoce que se han quedado cortos con las estimaciones de público: “Si existe el deseo de llevarla a otras ciudades y ampliar las actividades, los fans serán escuchados”.
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