M80, música adulta para gente sexy
Elefantes, Celtas Cortos o Gran Cañón celebran 25 años de radio en una Plaza Mayor agitada por el rock
Costó un cuarto de siglo, pero anoche sonó rocanrol (del bueno) en la plaza del pueblo. No era un pueblito cualquiera, de esos que asemejan una mota en el mapa, sino toda una Villa y Corte en plena celebración patronal. Y la gente se aproximó no solo por la calle principal, sino por las aledañas, los pórticos o los arcos majestuosos. A una fiesta musical de cumpleaños no se le puede decir que no, y menos con acceso libre a esa plaza Mayor que se erigió en plural hervidero: los bocatas de calamares circularon en avalancha, la brisa alborotaba los flequillos rubios de los guiris y las niñas guapas lucían claveles de chulapas a hombros de papá o mamá.
Decía el tanguero que 20 años no es nada, pero todo depende de las circunstancias y la compañía. Los oyentes acabamos de alcanzar 25 años de singladura vital junto a M80, y tan ricamente. En el caso de las relaciones interpersonales, a semejante durabilidad se le da en llamar “bodas de plata”, acaso porque se le atribuya un mérito casi olímpico. Pero con la música todo es más sencillo: no hay motivos de divorcio, si acaso la certeza frustrante de que nunca llegaremos a conocer y escuchar toda la que pudiera merecer la pena.
“Integramos con los oyentes un matrimonio fiel y estable que abarca a varias generaciones”, se sonreía justo antes de la fiesta Ramón Redondo, director de M80 desde 2011. Roquero fervoroso que en ningún caso aparenta los 48 años que le atribuye el DNI, Redondo sueña con ampliar el predicamento de las guitarras eléctricas más allá de esos 440.000 oyentes que acredita la cadena. Por eso persuadió personalmente a Carlos Tarque (M-Clan) y Leiva para que reflotaran Gran Cañón, su demoledor grupo de versiones, de modo que el anochecer tuviese ayer ecos de Clapton, Beatles, Eagles, Tom Petty o Led Zeppelin frente a la Casa de la Panadería. Con Alejo Stivel de invitado para Brown Sugar y Aurora Betrayer en Hard to Handle. El cartel lo completaron otras tres bandas muy consolidadas: los británicos Immaculate Fools (que se nos han instalado en Galicia), los vallisoletanos Celtas Cortos y esos Elefantes barceloneses que gozan de gran predicamento en Madrid. Años, experiencia, repertorio incombustible y muchos quilates. “Somos adultos pero sexis, y aspiramos a integrar también a esas nuevas generaciones que manejan otros lenguajes”, resumía el director del 89.0 en el dial capitalino, que sueña con un concierto de 30 aniversario “en algún gran estadio de fútbol”.
Decía Javier Penedo, una de las voces más reconocibles de la emisora, que el mérito de M80 radica en “saber elegir canciones sin fecha de caducidad”. Toni Garrido (Hoy por hoy), que también ejerció unos minutos como maestro de ceremonias, apuntaló: “La música suena aún mejor aquí, en la que probablemente sea la mejor ciudad del mundo por su entorno privilegiado y la buena gente”. Y no hubo un solo integrante de esa “gente alucinada”, que decía la canción de Tequila, dispuesto a contradecirle en la plaza del pueblo.
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