Del bar Freeway al infierno

1. Chilango. Un auténtico restaurante y bar mexicano en Malasaña. Allí solemos reunirnos a cenar varios amigos los domingos. Preparan unas buenas micheladas [bebida a base de cerveza, limón, sal y otros condimentos] y genuina comida mexicana. (Manuela Malasaña, 12).

2. Freeway Bar. Un clásico en Malasaña. El que fuera el bar rocker King Creole cuenta con buenas sesiones de rock and roll con DJ auténticamente rockeros. Los dueños son personajes míticos del barrio. Un buen garito para arrancar las noches. Si de Madrid al cielo, del Freeway al infierno. (Corredera Alta de San Pablo, 17).

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3. Templo del Gato. Solíamos quedar después de nuestros conciertos con los amigos. Aunque ahora está tristemente cerrado por superar el nivel de decibelios, representaba 32 años de historia del rock madrileño, como reflejaban portadas de revistas o alguna película de Pedro Almodóvar. Lo nombro porque retrata un Madrid que se extingue por la desprotección de estos simbólicos espacios culturales. (Trujillos, 7).

4. Costello Club. En este bar se han fraguado bastantes proyectos musicales en los últimos años. Por ejemplo, Hot Legs, la banda de versiones que tuve con Leiva y otros amigos, The Rollers o Gran Cañón. Un local ideal para tomarse unas copas o disfrutar de música en directo. (Caballero de Gracia, 10).

5. Mesón el Chacón. Típico mesón gallego con un pulpo con cachelos excelente. Una costumbre: cenar ahí y después ir al concierto de turno. (Saavedra Fajardo, 16).

6. Cupid killer Boutique. En esta tienda de ropa en Chueca, con diseños exclusivos de su propia marca, encontré camisetas del músico norteamericano Gram Parsons. Solo por eso merece la pena ir a echar un vistazo. (Infantas, 16).

7. Nave Oporto. Un antiguo recinto de actividad textil, con aspecto de nave industrial de los setenta, que ha sido reconvertido en estudios artísticos por nueve artistas de diversa procedencia. Está en Carabanchel, al otro lado del río, en el llamado Brooklyn madrileño. Sonia Navarro y Fod, dos de los creadores, organizan comidas, con arroces y vino, que congregan a artistas y coleccionistas. (Pedro Díez, 25).

8. Discos Killer. Una pequeña tienda especializada en la compraventa de discos de rock de los sesenta, con más de 30 años de historia. El local, que puede pasar inadvertido, está dividido en dos plantas donde además de discos se pueden encontrar películas y material cultural vintage. El dueño aporta sabios consejos a tus incursiones en la tienda. (Montera, 28).

9. Estación fantasma Chamberí. Esta estación, clausurada y reconvertida en museo en 2008, explica —junto a la Nave de Motores y el centro de interpretación de Metro Andén 0— cómo el nacimiento y la consolidación del metro supuso un cambio fundamental en la ciudad. Tiene sabor antiguo. (Plaza de Chamberí, s/n).

10. Headbanger Rare Guitars. Tienda especializada en guitarras, bajos, pedales y amplificadores vintage de calidad. Israel Domínguez, el dueño, viaja a Japón, Inglaterra o EE UU para buscar piezas de coleccionista que luego vende en su local. También expone instrumentos de particulares que quieren venderlos. En el local, rústico y hogareño, se organizan conciertos, talleres o clases magistrales. Delicatessen para guitarristas. (Palma, 73).