La última red de contrabandistas de tabaco que operaba entre Andorra y Galicia, a juicio

Días después de caer el considerado último gran contrabandista que seguía operando en Galicia en la pasada década, Manuel Gulías, el Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) asestó el golpe de gracia a la red que suministraba tabaco de contrabando procedente de Andorra a los mercados de A Pedra, en Vigo, y al de Santa Lucía, en A Coruña, en una operación dirigida desde Santiago por el juez José Antonio Vázquez Taín por la que procesó a 17 personas.

Todas ellas serán juzgadas este martes en la sección sexta de la Audiencia de A Coruña y se enfrentan a condenas de entre tres años y medio a siete, además de fuertes multas que en la mayoría de los casos suponen cuatro veces el valor del tabaco incautado e incluyen el pago de los correspondientes impuestos con los intereses acumulados. La mercancía intervenida fue valorada en 2012 en casi un millón de euros.

La red cayó en diez operaciones consecutivas que se desarrollaron entre enero y julio, cuando los presuntos contrabandistas fueron pillados moviendo la mercancía que iba destinada a diversas localidades gallegas. La mayoría de los acusados son transportistas que regresaban de Andorra con el género camuflado en camiones y furgonetas con dobles fondos.

También se sientan en el banquillo varios distribuidores y los receptores finales del tabaco ilegal como los vendedores de los citados mercadillos. Es el caso de la empresaria coruñesa M.D.S.L., con antecedentes por contrabando, en cuyo bazar del mercado coruñés de Santa Lucía le fueron incautadas más de 6.000 cajetillas. La investigación también le atribuye el alijo de 6.600 cajetillas interceptado a un transportista de nacionalidad portuguesa entre A Gudiña y Verín valorado en más de 57.000 euros.

La acusada M.D.L.S. también aparece implicada en el que resultó ser el mayor transporte incautado en esta operación: 74.930 cajetillas con un precio de mercado de 289.367 euros y una valoración de impuestos de 232.250 euros. El alijo estaba oculto en el doble fondo de un camión que fue interceptado cuando trasladaba la mercancía ilegal desde el centro comercial Dolce Vita de A Coruña a una nave industrial de Nostián. Los dos acusados de este transporte actuaban supuestamente como auxiliares de la empresaria coruñesa, destinataria del alijo.

Otros de los alijos intervenidos tenían como destino la provincia de Pontevedra. Uno de ellos cayó en la circunvalación de Vigo cuando uno de los acusados transportaba en una furgoneta alquilada en Manresa y procedente de Andorra un total de 15.000 cajetillas. En la tarea de transporte del tabaco le auxiliaba otro de los acusados que alquiló un taxi con el fin de alertar a su compañero por si encontraba algún control en la ruta.

El último transporte al sur de Pontevedra se saldó con tres procesados y 17.500 cajetillas decomisadas en un furgón que pertenecía a una empresa de alquiler con sede en Alcalá de Guadaira (Sevilla). Cuando los aduaneros dieron el alto al camión en las proximidades de Porriño, donde iba a quedar almacenada la mercancía, uno de los transportistas huyó por el monte.