Poesía por pesetas
El Espai Brossa, dedicado al artista visual, comienza a andar en la antigua fábrica de monedas de La Seca
Cuando el poeta y creador plástico Joan Brossa falleció en diciembre de 1998 dejó escrito en su testamento, ante la sorpresa de muchos que lo conocían, que quería contar con una fundación para gestionar su obra y su legado. Después de recorrer durante estos casi veinte años espacios como la vivienda del poeta en la calle Roger de Llúria, un local en la de Provença y estar ubicada en el Centro de Estudios del Macba, la entidad dará el salto a su nueva y flamante sede, un edificio patrimonial en la antigua fábrica de la moneda La Seca de Barcelona que ha sido objeto de una intensa remodelación.
El traslado se visualizó ayer con la presentación del nuevo espacio, un impoluto y diáfano lugar blanco que conserva restos del pasado como es el enorme techo de madera a dos aguas y las paredes desnudas de irregulares ladrillos.
El nuevo espacio, al que hace unos años se le quería dar otra utilidad, como lugar de recepción y de talleres del nuevo y vecino Museo de las Cultures del Món, se conectará con el Espai Escènic Joan Brossa al que se accede desde la calle Flassaders, formando un espacio único de más de 1.740 metros cuadrados.
La estancia principal del Espai Brossa cuenta como único mobiliario con una gigantesca librería metálica, también blanca, prevista para alojar la biblioteca del artista. Pero también destacan las enormes losas de piedra repartidas por el suelo en las que estaban atornillados los troqueles y maquinaria donde se acuñaron durante años las monedas, entre ellas las primeras pesetas que circularon en toda España. Pura historia.
Durante unos meses en la sala habrá una barca llena de confeti rojo. Es la obra Caronte, de Brossa, que la joven artista Alicia Kopf ha tuneado cambiando el multicolor confeti original por otro de color rojo sangre. El mismo confeti que ha colocado en las baldas vacías de la estantería. “Es una metáfora de la vida, para inocular sangre nueva en el espacio, para evocar un símbolo muy brossiano: los libros como fiesta y vida”, explicó ayer Kopf.
“Queremos que sea un espacio de referencia del universo de Brossa, de las escrituras radicales, de la performance y de las artes parateatrales”, explicó Vicenç Altaió, presidente de la Fundación desde hace un año que insiste en que el nuevo espacio, que ha sido cedido por el Ayuntamiento de Barcelona a la fundación durante un periodo de tiempo todavía por acordar, no solo se dedicará a Brossa, sino que será “un lugar de exposiciones dedicado a la difusión del patrimonio y un centro de creación y reflexión para nuevas generaciones de artistas”.
El Espai Brossa —cuyo coste de remodelación que ha dirigido la arquitecta Meritxell Inaraja ha ascendido a 100.000 euros— se presenta en sociedad con tres citas: el acto de ayer en el que no faltaron el grupo de Falconers de Barcelona desplegando sus equilibrios y sus torres humanas como si fueran naipes o como construcciones verbales, acompañados por la música electrónica. El domingo 13 de mayo habrá, dentro del marco de la semana Barcelona Poesía, un homenaje a Carles Santos, primer presidente simbólico del Centre de Estudis Joan Brossa, junto a Pere Portabella; un acto multitudinario que comenzará en diferentes espacios y acabará en este nuevo llamado Seca 2. El 29 de mayo se vivirá una concentración de poetas durante la presentación de la antología Mig segle de poesia catalana. Del maig del 68 al 2018.
Luego cerrará hasta septiembre cuando se inaugurará la exposición Art i Follia. Joan Obiols psiquiatría humanista en la que podrán verse, junto a obras de Miró, Tàpies, Brossa y Perejeaume otras realizadas por pacientes del psiquiatra Obiols. “Se hace así por la voluntad del patronato y el Centro de Estudios Joan Brossa, en la línea de lo que se hizo con la Fundación Joan Miró y no como ocurrió con el Macba, que se presentó un edificio vacío”, apuntó Altaió.
“Si hablásemos de artistas universales de esta ciudad hay dos, que son Joan Miró y Antoni Tàpies. Sobre el tercero había un gran consenso para que fuera Joan Brossa”, ha resaltado Carles Sala, representante del Icub, sobre el Espai Joan Brossa, del que el Macba seguirá hospedando su obra.
Estamos en la casa donde se acuñaba moneda y ahora se convertirá en la “casa de la palabra que transforma”, señaló Altaió parafraseando al artista que dijo que “la poesía es transformación”.
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