Lorca, un retrato intimista del poeta

Lorca, una pieza creada e interpretada por Joel Minguet, es el último espectáculo del ciclo Off Side Romea que se presenta en el Teatre Romea hasta el 5 de mayo. Mediante la música de una guitarra y la palabra recitada, el espectador se sumerge en una obra intimista que aborda los primeros años literarios del poeta andaluz. Minguet explica que no quiere tratar a Lorca "desde la erudición, sino desde la barriga, la emocionalidad" y que tampoco quiere interpretarlo, tan solo "darle voz" a través de sus textos.

La obra surge cuando Minguet decide hacer un "punto y aparte" después de una época intensa de trabajo y retoma la lectura de Lorca. Siguiendo los pasos del poeta y con la idea ya en mente de hacer algo sobre él, resuelve viajar durante un mes por la costa este francesa. Su viaje culmina en Cadaqués, donde planta la semilla de la que nacerá Lorca. La huella que dejó el andaluz en la localidad gerundense a través de Dalí ha acabado siendo la fuerza motora del espectáculo.

La correspondencia epistolar entre Lorca y Dalí, recogida en el libro Mi querido Salvador, mi querido Lorquito, es el hilo conductor, pero dentro del espectáculo, además de las cartas, participan otros tres lenguajes más: el monólogo, los poemas y un anecdotario del que se vale Minguet para conversar con el público y situarlo en el viaje atmosférico que recorre la juventud de Lorca, "una época de amistad y descubrimiento".

Minguet no oculta su fascinación por Lorca, un personaje "inacabable, magnético, hechicero". Sin embargo, afirma que no quiere dar una imagen prestablecida del poeta al público, quien ha de encontrarla por su cuenta "a partir de la voz y ayudado por la música". Las luces del escenario también contribuyen a potenciar la imagen de un Lorca de "claroscuros", que se mueve entre el "poderoso encantador" y el "noble Federico de la tristeza", cuenta Minguet parafraseando a Aleixandre.